Umberto Eco fue un semiólogo, filósofo y escritor italiano, autor de numerosos ensayos sobre semiótica, estética, lingüística y filosofía, así como de varias novelas, entre ellas El nombre de la rosa.
Lo odio.
Lo detesto porque resulta que tenía razón.
A comienzos del presente siglo, Umberto Eco dijo en una entrevista que el internet y la aparición de Redes Sociales, crearían una generación de imbéciles peligrosos, entes estúpidos que tendrían el poder de la palabra, la opinión y la influencia sobre la sociedad con resultados nefastos.
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En serio.
Detesto a Umberto Eco.
Cuanta razón tenía.
Y es que…
Con la aparición de los “teléfonos inteligentes “ en manos de estúpidos e inmorales, la cosa se puso peor.
Y todo empeoró cuando aparecieron los estúpidos “influencers” publicando estupideces, subiendo contenido basura que otros más estúpidos que ellos replican
Y claro….
Considerando la enorme cantidad de estúpidos que aglutinan en torno a ellos, crean un “nicho” interesante de estúpidos que algunas empresas explotan, pagándoles cantidades enfermizas de plata por sus “servicios publicitarios”.
Y así estamos.
Ahora resulta, que la cantidad de seguidores es más importante que la capacidad e integridad de alguna persona.
Y ahí estamos.
En un deterioro moral sin precedentes.
Pero…
Lo sucedido con la familia Antelo Angus, superó todas las expectativas en cuanto al nivel de degradación social y humana en la que hemos caído.
Y en ese plan…
Ahí estaban felices…
Ahí estaban los malditos morbosos, los que veían y compartían las imágenes, con comentarios tan infames como ellos.
Pero bueno…
¿Qué más se puede esperar?
¿Que se puede esperar de un país, con una sociedad moralmente destruida?
¿Que esperar de una sociedad, donde lo más común es la impostura de gobernantes?
¿Que esperar de un país, donde se consume más cerveza que leche?
¿Que esperar de un país, donde existen más ventas de coca que bibliotecas?
¿Que esperar de un país, donde “los pobres” lloriquean el centavo para comprar un libro para sus hijos, pero gastan diez veces más bebiendo cada fin de semana?
Y la educación…
¿Que esperar de un sistema que ya no educa y solamente adoctrina?
¿Que esperar de un sistema educativo donde se sigue aprendiendo por memorización y de crecimiento personal ni hablar?
¿Que se puede esperar de un país repleto de candidatos cínicos, entes pseudos pensantes que no se acuerdan de sus matufias recientes?
Ahí andan…
Lo enemigos de mentira que se acusan entre ellos, sabiendo que todos son cómplices de todo, ya sea por obra, complicidad, conveniencia u omisión…
Lo sucedido con la familia Antelo Angus, solo es el triste reflejo de una sociedad que hace mucho perdió el rumbo, una sociedad que bajo el cuento de “modernidad”, perfeccionó todo, menos su actitudes, conductas y bajezas personales.
Una sociedad sin alma, indiferente al dolor y al respeto.
Y lo peor…
Una sociedad que en busca de aceptación digital, se volvió estúpidamente frívola.
Por eso y mucho más detesto a Umberto Eco.
No porque sea él.
Lo detesto, por que el hombre no se equivocó.
Umberto Eco tenía toda la razón y en su momento el mundo no lo quiso escuchar
EL ESCRIBIDOR
Fuente: eju.tv