La Organización de los Estados Americanos es considerada como la asociación regional más antigua del mundo, su origen se remonta a la Primera Conferencia Internacional Americana, realizada en Washington D.C. la cual creó el 14 de abril de 1890 la Unión Internacional de las Repúblicas Americanas. La Carta que la rige fue suscrita en Bogotá en 1948. Actualmente la OEA está compuesta por 32 miembros, y el Secretario General de la organización regional es Albert Ramdin de Suriman que asumió el cargo el 27 de mayo de 2025. El escenario en que toma la responsabilidad no es nada auspiciosa, por los problemas pendientes de la gestión del uruguayo Luís Almagro.
El propósito de la Organización de los Estados Americanos (OEA), es alcanzar la paz y la seguridad del continente, promover la democracia, asegurar la solución pacífica de controversias y organizar la acción solidaria de los Estados. Esto supone posponer la retórica y aplicar medidas urgentes para bajar las tensiones antidemocráticas en el hemisferio.
En la 55ª. Asamblea General de la OEA que se realizó en Saint John, Antigua y Barbuda, bajo el lema “Construyendo economías resilientes e inclusivas en las Américas” del 26 al 27 de junio, el Subsecretario de Estado de los Estados Unidos de América, Christopher Landau, cuestionó a los embajadores del cónclave, por la falta de acciones concretas frente a la crisis del fraude electoral en Venezuela en 28 de julio de 2024, y la situación social, política y económica en Haití.
En su discurso severo, Landau exigió a los miembros de la OEA respuestas claras, para la democracia en estos países. La inacción puede agravar los problemas y no es posible que Nicolás Maduro se burle de la comunidad regional y mundial.
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Les planteó ¿por qué existe la OEA si no puede actuar de manera efectiva? En respuesta de este descarado fraude electoral interrogó ¿qué ha hecho esta organización? Hasta donde sabemos nada substancial.
En el marco de la solidaridad hemisférica, exhortó, apoyemos a Venezuela y Haití, no solo con palabras y eslóganes, sino en hechos. Invocó Landau, rechacemos los regímenes totalitarios y antidemocráticos y a aquellos que buscan venganzas políticas a través del proceso judicial. Apuntó que nuestro derecho soberano es asegurar nuestras fronteras, defender las normas democráticas y fortalecer esta organización a través de la acción, no de la retórica.
Si algo que puede considerarse relevante de la participación de Landau, es la posición de EE.UU. para ser socio activo en el hemisferio en esta coyuntura de infiltración antidemocrática. Subrayó que al presidente Trump y al pueblo norteamericano le gustaría que la OEA fuera parte de la solución, no del problema. Entonces demandó que el compromiso sea constructivo.
En determinados momentos de alta tensión creciente de apoyar a gobiernos que no respetan los resultados a través del voto, se notó la situación incómoda del Secretario General de la OEA, que se salió de la sesión en pleno discurso de Christopher Landau. Actitud que no pasó desapercibida rompiendo el protocolo de la agenda hemisférica.
Se conoce que el actual edificio de la OEA en Washington D. C., es propiedad de los Estados Unidos, que los sueldos de los empleados de la OEA los paga el gobierno de los Estados Unidos, que sale de los impuestos del pueblo americano. Por tanto, de aplicarse la medida del retiro del financiamiento a la OEA, la organización dejaría de tener veedores en jornadas electorales generales que apoyan a gobiernos dictatoriales. Esto podría traer serias consecuencias para la Organización de los Estados Americanos, y el fortalecimiento de la democracia. Bolivia debe revisar sus posturas neutrales y comenzar a reflexionar sobre la situación de Venezuela, Nicaragua y Haití y dejar de alinearse con Irán que promueve el terrorismo en varios Estados vecinos.
El profesor Luis Enrique Concepción Montiel dice: “El gobierno democrático se caracteriza fundamentalmente por su continua aptitud para responder a las preferencias de sus ciudadanos, sin establecer diferencias políticas entre ellas”. En una democracia el no establecer diferencias, es fundamental.
Pedro Gareca Perales