Concesiones pesqueras en Villa Montes están infringiendo la Resolución Administrativa departamental 105/2025 al instalar trampas ilegales en el río Pilcomayo, pese a la expresa prohibición de este tipo de arte de pesca en zonas críticas para la migración del sábalo. Autoridades ambientales han emitido notificaciones y avanzan hacia procesos penales.
Franco Centellas
Fuente: eldeber.com.bo
Confirman violación a normas de pesca
Dimar Quispe, técnico de la unidad del Programa Conservación y Desarrollo de la Fauna, Codefauna de la Gobernación Regional del Gran Chaco Villa Montes, confirmó la realización de operativos de notificación a múltiples puntos de pesca que están operando con artes no autorizadas.
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“Hemos procedido a las notificaciones y vamos a continuar en otros puntos para hacer cumplir la Resolución 105/2025”, indicó Quispe. Añadió que se han detectado artes de pesca con trampas, en lugares como El Mirador, La Salvación y el Puente Sábalo. “Pese a que están prohibidas a través de reglamento, este tipo de prácticas fueron detectadas”, complementó.
La mencionada resolución prohíbe el uso de trampas, cucharas y cualquier arte que interfiera con el libre tránsito del sábalo, especificando que la pesca debe limitarse a un solo margen del río con red pollera a pie, modalidad artesanal considerada sostenible.
Apuntan a responsables y avanzan hacia sanciones
El jefe departamental de Biodiversidad y Codefauna en Tarija, Evelio Téllez, también se pronunció sobre la situación, denunciando formalmente la instalación de trampas por parte de, al menos, tres concesiones pesqueras. “Estas trampas bloquean el paso del sábalo, una especie clave para el equilibrio del ecosistema del Chaco. No solo se vulnera la normativa, también se compromete la seguridad alimentaria de las comunidades”, advirtió Téllez.
Según Codefauna, ya se agotaron las instancias administrativas. Las concesiones fueron notificadas formalmente, pero continuaron con la pesca ilegal, por lo que se ha decidido iniciar acciones penales.
Denuncian reiteradas infracciones
La Asociación de Pollereros 1ro de Mayo, del punto kilómetro 9, fue quien realizó la denuncia inicial. Su presidente, Fabián Coronado, alertó sobre trampas en los sectores de kilómetro 9 y El Pibe, señalando directamente a la familia Rentería como responsable.
“Cada vez que arman la trampa, nuestros miembros dejan de beneficiarse económicamente. El año pasado también denunciamos, pero la inspección fue una burla”, lamentó Coronado. Además, advirtió que, de no haber acción concreta por parte de las autoridades, se analiza el cierre de la carretera a Tarija.
Acusado lo niega
Wilmar Rentería, miembro de la concesión El Mirador, rechazó las acusaciones y calificó las denuncias como “producto de la envidia”. Afirmó que el uso de trampas es parte de una tradición pesquera ancestral y que las normas actuales son recientes.
“Siempre se ha pescado así. Ahora se prohíbe, pero ellos también pescan en ambas márgenes, lo cual está prohibido. Si se trata de normar, deberían ser investigados también”, respondió Rentería, poniendo en duda la legitimidad jurídica de la Asociación 1ro de Mayo.
La normativa es clara: trampas están prohibidas
La Resolución Administrativa 105/2025 establece claramente que en el tramo del km 9 y todo el Angosto de Villa Montes, dentro del Parque Nacional Aguaragüe, la pesca solo puede realizarse en el margen derecho del río y con red pollera a pie.
En su artículo séptimo se especifica que está prohibido el uso de trampas, cucharas, dinamitas y otras formas de pesca ilegal. El parágrafo segundo del artículo tercero prohíbe expresamente la pesca en el margen izquierdo del río, reservado para la migración libre del sábalo.
Impacto ambiental y riesgo alimentario
La instalación de trampas en el Pilcomayo representa una amenaza directa al ciclo migratorio del sábalo, especie fundamental para la biodiversidad de la región y para la economía de cientos de familias. “Es un atentado al desarrollo de la fauna ictícola”, advirtió Quispe, quien ya ha remitido un informe técnico a la Gobernación departamental, para su conocimiento y acción. “La competencia directa es de la Secretaría departamental de medioambiente”, acotó.
La situación actual en el río Pilcomayo no es un conflicto menor entre pescadores: es una violación directa a normas ambientales diseñadas para proteger la biodiversidad y la seguridad alimentaria del Gran Chaco. La falta de cumplimiento efectivo de las regulaciones amenaza con escalar el conflicto y deteriorar un ecosistema vital para toda la región, en especial Villa Montes