Pese a ser el país con el internet más lento de América Latina, Bolivia rechazó el servicio de Starlink de Elon Musk


El New York Times reporta que el Gobierno boliviano negó la licencia a la empresa de internet satelital pese a la gran expectativa ciudadana. El argumento oficial: proteger la soberanía y garantizar una competencia justa.

Bolivia figura entre los países con el internet más lento de América Latina | El DeberFoto referencial (Internet)

 



Fuente: Brújula Digital

 

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Bolivia tiene el internet más lento (y más caro) de América Latina. Los últimos 20 años han visto cómo el país se va atrasando respecto de sus vecinos en estos aspectos, para no hablar de la mala cobertura en áreas rurales.

Ello se demostró dramáticamente durante la pandemia, cuando más de la mitad de los hogares de las zonas urbanas no podían conectarse a ningún sistema de internet, ni siquiera por celular, para que sus hijos puedan tener clases a distancia. En las zonas rurales, menos del 10% tenía acceso.

El New York Times acaba de revelar que, pese a esa situación, el gobierno boliviano rechazó que el país pueda obtener el sistema de internet ofrecido por StarLink, la empresa de Elon Musk. Con ello, se ha convertido en el único país de América Latina en ponerle freno. La nota está firmada por Ana Ionova y María Silvia Trigo.

En vez de ello, dice la nota, Bolivia seguirá utilizando su “vetusto” satélite chino adquirido por el gobierno de Evo Morales y que solo tiene cinco años más de uso.

Según el diario estadounidense, el gobierno del presidente Luis Arce se negó el año pasado a otorgar la licencia de operación a la empresa de Musk, pese a que su servicio ha revolucionado el acceso a internet en zonas remotas de América del Sur.

Musk es un polémico multimillonario norteamericano que tiene actividades empresariales en varios rubros. Tras haber apoyado al gobierno de Donald Trump en un inicio, ahora está en una franca actitud opositora.

“Starlink tiene superioridad tecnológica”, reconoció Iván Zambrana, director de la Agencia Boliviana Espacial (ABE), en una entrevista citada por el NYT. Sin embargo, afirmó que cualquier empresa extranjera debe someterse a una regulación que garantice una “competencia en igualdad de condiciones” y evite daños a los proveedores locales.

“Cualquier empresa que venga a hacer negocios en el país se va a llevar un pedazo del pastel, pastel que ahora mismo está entre los que estamos aquí”, declaró Zambrana, quien dirige la entidad estatal que opera el satélite Túpac Katari, lanzado en 2013 con financiamiento y tecnología china.

Pero ese “pastel” de internet es pequeño y desparejo. El NYT señala que apenas la mitad de los hogares bolivianos tiene acceso a internet de banda ancha, frente al 87% en Brasil y el 94% en Chile. En las áreas rurales, los ciudadanos deben subirse a árboles o cerros para captar señal desde sus celulares.

“Es un gran problema para nosotros”, lamentó Patricia Llanos, profesora universitaria y geógrafa que realiza investigaciones en la Amazonía boliviana.

Temor a la influencia de Musk

El artículo del NYT subraya que Bolivia no está sola en sus reservas hacia Starlink. Otros países también han comenzado a alertar sobre la creciente influencia política y económica que Elon Musk podría ejercer a través del control de su red de satélites.

Starlink ya ha enfrentado bloqueos en Europa, el Caribe y África. En Brasil, su principal mercado latinoamericano con más de 250.000 suscriptores, el gobierno firmó recientemente un acuerdo con la empresa china SpaceSail como alternativa, tras el conflicto que surgió cuando X (la red social propiedad de Musk) se negó a acatar el año pasado decisiones del Supremo Tribunal Federal brasileño.

“Los países se han dado cuenta de que no pueden confiar solo en un actor”, dijo Antoine Grenier, director global de espacio en la consultora Analysys Mason, con sede en Inglaterra, citado por el NYT.

¿Y ahora qué?

Bolivia está en conversaciones preliminares con SpaceSail, la misma firma china mencionada por Brasil, como posible proveedor futuro de internet satelital. Así lo confirmó al NYT el embajador boliviano en China, Hugo Siles. “Hemos venido trabajando con China porque sentimos que hay una absoluta comodidad en cuanto a la normativa boliviana y respecto a la soberanía”, aseguró.

SpaceSail proyecta lanzar 648 satélites este año y hasta 15.000 para 2030, según datos del gobierno municipal de Shanghái. Expertos citados por el NYT creen que esta empresa podría convertirse en la principal competidora de Starlink en los próximos años.

Mientras tanto, la presión social para mejorar la conectividad en Bolivia crece. Legisladores estarían evaluando la posibilidad de reconsiderar el veto a Starlink, dice el NYT.

BD/RPU