Por qué no está desahuciado Del Castillo y qué tiene que ver Siles en todo esto


Con menos del 2% de intención de voto, el agotamiento de Luis Arce y la influencia del TCP lo mantienen vigente

Por qué no está desahuciado Del Castillo y qué tiene que ver Siles en todo esto
Del Castillo

 

Fuente: El País.bo



Eduardo del Castillo es el candidato más entusiasta, al menos de momento. Su despliegue se basa en acudir a espacios digitales, hacer bromas las críticas a su gestión y usar gorras a lo Trump. Parece original aunque algunos usaron esos lemas y esas plataformas. Su objetivo es clarísimo: conectar con los jóvenes, pero no con cualquiera, sino con esos que están abrumados de tanto oír hablar de crisis y crisis y que apenas han mirado la política desde lejitos.

Del Castillo abre casas de campaña con fuegos artificiales, fuerza el acento donde va y explota cosas de su gestión, pero no muchas para que nadie se acuerde que se le escapó el narco más buscado de Sudamérica que llevaba dos años jugando fútbol semiprofesional en Santa Cruz el mismo día que intentó detenerlo.

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Del Castillo quiere que lo asocien con Donald Trump, o con Bukele. Bromea con la DEA y se pone serio para airear supuestos detalles de los casos de abusos sexuales a menores que supuestamente cometió el expresidente Evo Morales y que en cuatro años y medio no logró detener, aunque esto tampoco quiere que se diga.

Del Castillo habla de mano dura y apela más que ninguno a la lucha de clases, también le “exige al gobierno” medidas contra la crisis y cuestiona el desvío del evismo.

Del Castillo usufructúa la sigla del MAS, que el Tribunal Constitucional le entregó a los leales a Luis Arce en el pleito con Morales al considerar más legítimo un Cabildo en El Alto sin presencia de la directiva vigente que un Congreso en Lauca Eñe de cuya convocatoria discrepaban algunas organizaciones sociales.

Del Castillo se enfundó la sigla del MAS a tres días de la inscripción de candidatos en el TSE luego de ser elegido candidato en un acto cerrado sin participación popular. A entregar la candidatura le acompañó una caravana de funcionarios y el presidente Luis Arce por mucho que se jaloneara de los pelos su equipo estratégico que prefería tomar distancia lo antes posible de la carga negativa de la gestión de gobierno. Era el 19 de mayo.

Arce había renunciado a ser candidato unos días antes confirmando lo que todo el mundo estimaba: su candidatura era inviable. Arce esperaba así soltar presión sobre su gobierno, sobre todo en lo económico, y quién sabe, arreglar una suerte de frente con Andrónico Rodríguez, Eva Copa e incluso Evo Morales para ir en “unidad”. Una unidad en la que evidentemente Eduardo del Castillo, principal azote de Evo Morales, no cabía. Andrónico se inscribió en solitario, desatando la furia de Morales y develando con Mariana Prado la influencia de García Linera. También era el 19 de mayo.

Los cálculos

En algún momento hubo negociaciones para que Del Castillo fuera el segundo de Andrónico. Se trataba de la prueba del algodón de que esa candidatura no sería digitada por Evo Morales. Su cálculo era que el verdadero activo tóxico en el frente popular era Morales.

Andrónico Rodríguez y sus estrategas ligados al garcialinerismo no lo aceptaron – el activo tóxico también era Luis Arce -, pero dejaron puertas abiertas para pactos menores que dieran soporte a la campaña y salidas “honorables” post electorales que había que cerrar. Una sala constitucional del Beni ordenó suspender la inscripción de Andrónico Rodríguez y sus representantes. Era el mismo 19 de mayo, unas horas antes de que Del Castillo hiciera el mismo recorrido que Rodríguez y Prado y a la par de que lo hiciera Morena de Eva Copa y Johnny Fernández apareciera a última hora con los papeles de UCS y él incluido en su “dupla ganadora”, todo bloque popular.

Para entonces de nuevo no había gasolina ni diésel ni dólares, el pollo rondaba los 25 bolivianos el kilo y el invierno se acercaba a toda velocidad. Arce ya estaba agotado y se dejaba llevar. Salir cuanto antes era el objetivo. Ni el escándalo de la finca Adán y Eva comprada con 9 millones de dólares de crédito bancario adquirido por sus hijos veinteañeros tuvo la repercusión merecida por “respeto” al soldado caído. Solo habían pasado cuatro días. Era el 23 de mayo.

Las malas lenguas dicen que Del Castillo se dio cuenta. También que nunca dejó de controlar el ministerio de Gobierno. Un ministerio que ya había chocado con el de Justicia. Las encuestas le daban apenas un 2 por ciento. A Andrónico un 15. A Morales un 20.

El 5 de junio el TCP levantó el castigo al MTS y a Andrónico, consideró que el pleito familiar por la propiedad del MTS tenía poco sentido democrático y rehabilitó a Andrónico como candidato, que dio su primer y único “gran” discurso llamando de nuevo a la unidad del bloque popular.

El 12 de junio el juez Marcelo Lea Plaza fue aprehendido por haberle quitado la credencial del TSJ a la vocal paceña del TSJ, Fanny Coaquira, que supuestamente mintió en su acreditación de méritos académicos, aunque eso no le importa nadie.

La policía del Ministerio de Gobierno que hasta hace nada dirigía Eduardo del Castillo lo condujo a los calabozos, al día siguiente circuló un audio del ministro de Justicia César Siles instruyendo al juez Lea Plaza de cómo tenía que operar para volar a Coaquira y asegurándole todo el respaldo. El 14 de junio renunció, el 19 de junio fue aprehendido.

Andrónico Rodríguez desapareció y Luis Arce enmudeció. Evo Morales se sentó a esperar qué pasaba mientras charlaba con Johnny Fernández. Lo de Cuaquira, Castro, Siles, Campero, Lea Plaza y demás era un plan para controlar las sentencias del TDJ, pero ya poco importaba.

El 23 de junio otra Sala Constitucional de Santa Cruz admitía a trámite la demanda que pedía la inhabilitación de cinco candidatos a la presidencia por no haber renunciado a sus cargos electos. La admitía a pesar de que este mismo TCP es el que eliminó ese requisito. Andrónico Rodríguez y Eva Copa estaban entre ellos, y también Rodrigo Paz y Manfred Reyes Villa a los que se considera “de centro”, es decir, que suman parte del voto histórico del MAS.

El 26 de junio Luis Arce dio una entrevista fuera de su zona de confort, aunque no tanto, donde se lo vio siempre incómodo.

El 27 de junio la sala Constitucional archivó de obrados la causa que había aceptado y que tal vez llegue a la sala del pleno en Sucre, con la que hablaba Siles, la que inhabilitó tres veces a Evo y le regaló la sigla del MAS a Arce; la autoprorrogada.

Ayer Arce seguía cansado, Andrónico mudo y Del Castillo pletórico. Queda un mundo hasta el 17 de agosto, fecha en la que se resolverá una elección que no se batalla en las ánforas, sino en los estrados judiciales, que ya han demostrado su capacidad de dictar cualquier cosa.

Fuente: El País.bo