“La diferencia entre un niño vacunado y uno que no lo está, es abismal. Prevenir salva vidas”, recomendaron desde el Ministerio de Salud.
La vacunación contra la influenza en niños de seis meses a dos años es una medida fundamental para proteger su salud. En esta etapa, su sistema inmunológico todavía está en desarrollo, lo que los vuelve especialmente vulnerables a cuadros graves como neumonías o internaciones, señalaron desde el Ministerio de Salud.
“Vacunar es darle un escudo de protección al niño, sobre todo cuando aún está formando anticuerpos”, explicó el viceministro de Promoción y Vigilancia Epidemiológica, Max Enríquez Nava.
La vacuna no solo protege al niño, también corta la cadena de contagio hacia personas mayores o con enfermedades de base dentro del hogar. Además, ayuda a reducir las hospitalizaciones y el ausentismo escolar, destacó Enríquez.
Adalid Zamora, presidente del Comité Nacional de Inmunización, recordó que la influenza puede ser mucho más agresiva que un resfrío común. “Un niño pequeño puede pasar de un cuadro leve a terapia intensiva en muy poco tiempo. Por eso, es vital vacunarlos”, advirtió.
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Según Zamora, el sistema inmune infantil no madura completamente hasta después de los 12 años. Por eso, los primeros años de vida son determinantes para fortalecer las defensas con vacunas oportunas.
El Ministerio de Salud distribuyó más de 1,5 millones de dosis de vacuna contra la influenza, disponibles de forma gratuita en centros de salud públicos y de la Seguridad Social de todo el país.
Además de vacunarse, las autoridades recomiendan usar barbijos, toser en el pliegue del codo, lavarse las manos y desinfectar superficies. En caso de síntomas, es importante quedarse en casa para evitar contagios.
“Llevar a sus hijos a inmunizarse es proteger su presente y su futuro”, enfatizó Enríquez. Mientras que Zamora cerró con una advertencia: “La diferencia entre un niño vacunado y uno que no lo está, es abismal. Prevenir salva vidas”.