El bus trasladó a personal policial y militar a Llallagua durante los conflictos registrados.
Ligia Portillo
Fuente: Red Uno
«Me siento indignado, molesto y con una impotencia que no se puede describir», así comienza el desgarrador testimonio de Don Ariel Villca Zenteno, propietario del bus que fue quemado durante un operativo policial en Llallagua. El vehículo, comprado hace apenas tres semanas, quedó reducido a cenizas tras ser utilizado para transportar a efectivos de la Policía y las Fuerzas Armadas.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
«Este era mi primer bus. Lo compré con mucho esfuerzo, con ayuda de mi familia, con préstamos del banco. Verlo así, hecho fierros, me rompe el alma«, relató entre lágrimas Don Ariel, aún conmocionado por lo ocurrido.
El transporte, valuado en 220 mil dólares, realizaba su primer viaje cuando fue destruido. Don Ariel no ocultó su dolor y su reclamo: «Usé mi bus para ayudar a la Policía de Llallagua, pero pasó esta desgracia. Me siento devastado. Ver mi bus así… solo me pongo a llorar. ¡Fue mi primer bus!«
Ahora, con el bus remolcado y depositado en un garaje, Don Ariel lanza un desesperado pedido de auxilio: «Pido ayuda al Presidente. ¡Imploro al Gobierno que me ayude! Esta flota fue para apoyar a los militares y policías que fueron a salvar al pueblo. ¡Por favor, que me repongan mi herramienta de trabajo!«
Con la voz entrecortada, repite una y otra vez que su intención siempre fue colaborar. «Lo hice por la gente de Llallagua, por apoyar. Pero ahora estoy en la ruina. Tengo deudas con el banco, con familiares. ¿Cómo voy a pagar sin mi bus? ¡Pónganse la mano al pecho! ¡Es muy doloroso!«
Mientras su chofer presta declaraciones ante las autoridades sobre lo sucedido, Don Ariel sostiene la esperanza de ser escuchado.»Solo le pido a Dios que me repongan el bus. Con eso pensaba salir adelante. No tengo palabras, el dolor es inmenso.»
Para Don Ariel, la tragedia no solo representa una pérdida económica, sino el derrumbe de un sueño que recién comenzaba a rodar.