Las elecciones generales del próximo 17 de agosto en Bolivia se perfilan como un momento decisivo en la historia democrática del país. No será una jornada electoral más, tras 20 años el país tendrá comicios diferentes.
Fuente: lostiempos.com
Cinco factores convergen para convertir este proceso en un punto de inflexión: una crisis estructural sin precedentes; el retiro de Evo Morales como figura dominante en la política nacional, el debut electoral de una generación que sólo ha conocido un modelo de gobierno; el desarrollo tecnológico y un escenario político pluralizado, coincidieron los analistas.
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Los polítologos Carlos Alberto Goitia y Jorge Komadina señalaron que desde 2005, la figura de Evo Morales marcó cada elección nacional, ya sea como candidato o como líder incuestionable del Movimiento al Socialismo (MAS). Incluso en 2020, pese a estar inhabilitado, fue él quien definió al candidato ganador, Luis Arce Catacora.
Este año, por primera vez en dos décadas, Evo no será el protagonista central. Y aunque su influencia persiste, el escenario es otro: dividido, desgastado y con múltiples aspirantes disputando el legado del MAS.
Komadina señaló que el MAS ya no es un partido político dominante. “En las anteriores elecciones todos sabíamos que el MAS iba a ganar, pero hoy tenemos unas elecciones completamente abiertas y no sabemos quién va a ganar las elecciones. No solamente porque el MAS está dividido en un ciclo histórico menguante, sino que la oposición también presenta una diversidad de candidaturas”, sostuvo.
En segundo lugar, la elección se da en un contexto de crisis multidimensional: económica, jurídica, institucional, ambiental y social. Komadina añadió que este escenario se agrava por la incertidumbre de la realización de las elecciones nacionales. “Y esto no tiene que ver solamente con las sospechas de un fraude electoral, sino por las acciones violentas que está desatando Evo Morales para patear el tablero electoral”, indicó..
Goitia enfatizó que este proceso electoral también será el primero para una juventud nacida o criada durante el largo ciclo del MAS. Se trata de una generación que conoció un solo partido en el poder, y que por primera vez podrá ejercer su derecho al voto en un contexto de mayor acceso a la información, redes sociales y discurso político digitalizado.
Komadina señaló que los jóvenes aun no han definido su voto. “Hay toda una generación de jóvenes que solamente han conocido el llamado proceso de cambio, es decir, la sucesión de gobiernos del MAS; y al quebrarse esta opción política, ellos no han definido todavía su voto”. explicó.
Para Goitia, la tecnología es otro cambio trascendental porque ha transformado las campañas. Las redes sociales se han convertido en espacios de debate, polarización, y también en herramientas de manipulación. La interacción entre electores y candidatos ha cambiado radicalmente, permitiendo nuevos liderazgos, pero también amplificando discursos vacíos y contradictorios.
Un factor novedoso en la coyuntura electoral es la pluralidad política, señalaron Goitia y la politóloga María Teresa Zegada.
Desde el retorno de la democracia, pocas veces se ha visto una oposición tan activa, pese a la persecución y el amedrentamiento sufrido durante años. Sin embargo, también es cierto que ciertos sectores opositores han replicado prácticas clientelares, cuoteo y listas negras, debilitando su credibilidad.
Zegada señaló que este escenario electoral trae buenas noticias, porque después de muchas elecciones pasadas hay una verdadera incertidumbre en los resultados de la elección. “Hay una pluralidad de actores, de procesos y hay una oportunidad política para que muchos candidatos o fuerzas políticas puedan llegar a lugares importantes de representación, incluso a la presidencia”, enfatizó.
Los tres analistas señalaron, por separado, que en los últimos 20 había cierta certeza de los ganadores y las elecciones normalmente marginaban a los minoritarios que eran opositores a la línea predominante del MAS. En esta elección no está ocurriendo eso.
Fuente: lostiempos.com