Un ataque con drones ucranianos detuvo la producción en una fábrica clave de Rusia


Una ofensiva aérea en Chuvasia obligó a suspender operaciones en una planta estratégica, resaltando la vulnerabilidad de la infraestructura militar rusa y el avance de la guerra tecnológica entre Moscú y Kiev

 

Imagen dentro de una fábrica

Imagen dentro de una fábrica de drones Shahed.



 

Fuente: infobae.com

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El lunes, la producción en una de las principales fábricas de componentes electrónicos de Rusia se detuvo de forma temporal tras un ataque con drones, en un episodio que subraya la escalada de la guerra tecnológica entre Ucrania y Rusia.

El incidente ocurrió en la región de Chuvasia, ubicada a unos 600 kilómetros al este de Moscú, donde, según el gobernador regional, dos drones impactaron en el territorio de la fábrica VNIIR. La noticia principal, reportada por las autoridades locales y confirmada por el Estado Mayor ucraniano, revela que la instalación atacada produce antenas para los drones Shahed, utilizados frecuentemente por Rusia en sus ofensivas contra ciudades ucranianas.

El gobernador Oleg Nikolayev comunicó a través de Telegram: “Dos drones impactaron en el territorio de la fábrica VNIIR”, y aseguró que no se registraron víctimas.

La fábrica VNIIR es reconocida como una de las más importantes en la producción de componentes electrónicos en el país.

El Estado Mayor de Ucrania confirmó la autoría del ataque y detalló en un comunicado que el objetivo fue “unas instalaciones del complejo militar-industrial, donde se fabricaban antenas para los drones Shahed”. Estos drones, de diseño iraní, han sido empleados por Rusia para lanzar decenas de ataques diarios sobre territorio ucraniano.

Un dron iraní Shahed. Reuters/Brian

Un dron iraní Shahed. Reuters/Brian Snyder

El medio fuente explicó que, tras el ataque, las autoridades rusas decidieron suspender temporalmente la producción en la fábrica para proteger a los empleados. “Se había tomado la decisión de suspender temporalmente la producción para garantizar la seguridad de los empleados”, declaró el gobernador Nikolayev, según AFP.

Mientras tanto, el Estado Mayor ucraniano advirtió que “los ataques contra las instalaciones que apoyan la agresión armada de la Federación Rusa continuarán hasta su completo cese”.

El Ministerio de Defensa ruso informó, según el medio original, que durante la noche interceptó 49 drones ucranianos. Por su parte, Ucrania aseguró haber derribado “docenas” de drones rusos en la región occidental de Rivne. Estos intercambios de ataques con drones forman parte de una dinámica de represalias que se ha intensificado desde el inicio de la ofensiva rusa a gran escala en territorio ucraniano hace más de tres años.

El impacto de los ataques no se limitó a territorio ruso y ucraniano. El masivo ataque ruso obligó a Polonia, país vecino de Ucrania, a desplegar aviones de combate para proteger su espacio aéreo. El Comando Operacional de Varsovia comunicó en redes sociales que la medida buscó asegurar la integridad de su territorio ante la proximidad de los drones y misiles involucrados en el conflicto.

En paralelo a los ataques con drones, el Servicio Federal de Seguridad (FSB) de Rusia anunció la detención de dos personas acusadas de planear un atentado en una empresa de la industria militar en la región de Moscú.

Los expertos en policía trabajan

Los expertos en policía trabajan en el sitio de la huelga aérea rusa, en medio del ataque de Rusia contra Ucrania, en Zaporizhzhia, Ucrania, el 9 de junio de 2025. Reuters/Stringer

Según el FSB, “el FSB impidió la actividad ilegal de dos ciudadanos rusos que pretendían cometer un acto de sabotaje en una de las empresas de la industria de Defensa de la región de Moscú”. Los detenidos, nacidos en 1997 y 1999, habrían mantenido contacto con una organización terrorista ucraniana y recibido instrucciones para infiltrarse como empleados en la empresa objetivo.

El organismo de seguridad explicó que los sospechosos realizaron tareas de reconocimiento, fotografiaron instalaciones clave y enviaron la información a sus contactos ucranianos.

“Para cometer los atentados, los perpetradores fabricaron los explosivos con materiales que tenían escondidos y con los que finalmente fueron detenidos tras introducirlos en el territorio de la empresa”, detalló el FSB en su página web. Ambos individuos confesaron sus crímenes y enfrentan cargos de alta traición, lo que podría acarrearles severas penas.

El lunes, los servicios secretos rusos también informaron sobre la detención de seis personas acusadas de intentar exportar ilegalmente piezas de helicópteros Mi-8 y Mi-17 a Ucrania y otros países. Estas acciones forman parte de los esfuerzos de las autoridades rusas para frenar el flujo de tecnología militar hacia el extranjero, especialmente en el contexto del conflicto con Ucrania.