Api, tujuré, buñuelos y empanadas de queso: la comida caliente que reconforta a los cruceños en estos días fríos


En temporada de frío, estos pequeños negocios experimentan un repunte en la demanda. Lo simple y tradicional resultan el mejor ‘remedio’ contra el frío.

Por Carolina Galarza Villagran
Fotografía: Juan Carlos Torrejón
Api y manzanilla, dos bebidas muy vendidas en días de frío | Fotografía: Juan Carlos Torrejón

Fuente: El Deber

 



 

Con temperaturas mínimas que rondan los 8°C, la población cruceña ha encontrado en las bebidas calientes una forma de enfrentar las bajas temperaturas del invierno. En mercados, plazas y esquinas concurridas, se vuelve común ver a las personas hacer una breve parada en los puestos ambulantes o carritos para servirse algo caliente que les devuelva el calor al cuerpo.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Fotografía: Juan Carlos Torrejón
Fotografía: Juan Carlos Torrejón

Entre las opciones más populares destacan la manzanilla, que se vende a Bs 3; el tradicional api morado a Bs 3; la quinoa con leche a Bs 5 y el arroz con leche, también a Bs 5. Estas bebidas, más allá de calentar, son asequibles y de rápida preparación, lo que las convierte en una alternativa ideal para quienes comienzan su jornada temprano.

Fotografía: Juan Carlos Torrejón
El café de ‘la plaza’ es una tradicional parada en el centro cruceño | Fotografía: Juan Carlos Torrejón 

 

El acompañamiento perfecto para estas bebidas son los buñuelos recién fritos, que se ofrecen entre Bs 2 y 3, y las empanadas de queso a Bs 3. Este tipo de desayuno o merienda se vuelve habitual en las mañanas, especialmente en zonas de alto tránsito donde trabajadores, estudiantes y vecinos buscan algo que no solo caliente, sino que también les llene el estómago.

‘Doña Saida’, la caracteriza su amabilidad con los clientes

Fotografía: Miguel Surubí
Doña Saida ofreciendo sus productos en la redacción de EL DEBER| Fotografía: Miguel Surubí 

 

En medio del ritmo acelerado de la ciudad y las bajas temperaturas que se sienten en Santa Cruz, hay sabores que reconfortan el alma y el cuerpo. Uno de ellos es el que ofrece, desde hace 15 años, la señora Saida Ricaldiz en el mercado Santa Rosa, más conocido como Alto San Pedro.

Su puesto, llamado La Hogareña, se ha convertido en una parada obligatoria para quienes buscan algo caliente y sabroso en las frías mañanas cruceñas.

«Tengo ya mis clientes y saben, conocen mi sazón, conocen todo lo que yo vendo, y a mí me gusta vender una cosa bien rica, cosa que la gente me vuelvan y vuelvan a comprar», compartió Doña Saida.

Su jornada laboral comienza a las cuatro de la madrugada. Ella misma prepara la masa de los buñuelos y empanadas, aunque cuenta con personal en casa que se encarga de freírlas. A las seis de la mañana ya está atendiendo a su clientela, ofreciendo un menú reconfortante: api, tojorí, té, café y una variedad de empanadas —de queso, carne, pollo, jamón, champiñón e incluso napolitanas.

Fotografía: Miguel Surubí
Con sus productos, llevó una mañana ‘deliciosa’ a la redacción | Fotografía: Miguel Surubí 

 

En estos días fríos, puede vender hasta 100 vasos de api y tojorí, junto con 200 buñuelos y otras 200 empanadas, que se terminan a lo largo del día. Todo se elabora fresco, con ingredientes cuidadosamente seleccionados.

«La harina, yo compraba el quintal con Bs 180, ahora está Bs 440 la harina, ahora por eso se acaba diario, digamos, vendo 500 Bs, 350 Bs para las compras y 150 Bs queda para mí», se sinceró.

Cuando se le pregunta cómo aprendió a preparar estas delicias, Doña Saida responde con humildad y orgullo: “Esto yo lo aprendí de mí misma, viendo a las personas cómo preparan, porque aquí la gente a veces no te quieren indicar, no te quieren enseñar. Y también por recetas, igual de libros (…) igual en EL DEBER mandaban recetas, sus libros de recetas. Todo eso he aprendido yo por mí misma y hacer algo rico”.

En tiempos difíciles, historias como la de Saida nos recuerdan que el esfuerzo, la calidez humana y el sabor auténtico siguen siendo ingredientes fundamentales de la vida cotidiana.

Fotografía: Juan Carlos Torrejón
Las personas acompañan sus bebidas calientes con empanadas o buñuelos | Fotografía: Juan Carlos Torrejón 

 

La venta de estas bebidas y masitas representa, además, un sustento importante para muchas familias que, con una olla, una mesa improvisada o un ‘carrito’, generan ingresos diarios ofreciendo productos tradicionales, con un sabor que remite al hogar.

Fotografía: Juan Carlos Torrejón
Vendedores ambulantes, una alternativa que está disponible en toda la ciudad | Fotografía: Juan Carlos Torrejón