Bloquear el sol: el insólito experimento y la conspiración para ocultarlo


Cientos de documentos muestran cómo investigadores estadounidenses intentaron ocultar una prueba de tecnología para bloquear los rayos solares, mientras planeaban un experimento mucho mayor.
Bloquear el sol: el insólito experimento y la conspiración para ocultarlo

Fuente: https://actualidad.rt.com

Un equipo de investigadores estadounidenses planificó de forma encubierta un multimillonario experimento de geoingeniería solar para atenuar la luz del sol produciendo nubes en una extensión del océano mayor que la isla de Puerto Rico, informa Politico, que obtuvo acceso a cientos de documentos relacionados con el proyecto.

La iniciativa secreta, dirigida por la Universidad de Washington con participación de las organizaciones científicas SilverLining y SRI International, tenía una duración prevista de meses, pero solo duró unos 20 minutos antes de ser suspendida el año pasado por las autoridades municipales de Alameda, en California, que objetaron que nadie les había informado de antemano sobre la prueba en su territorio.



El experimento consistía en probar un dispositivo para rociar diminutas partículas de sal marina sobre la cubierta de vuelo del portaviones retirado de servicio USS Hornet, actualmente un museo naval. De acuerdo con un mensaje enviado por el equipo de investigación al personal del museo, tanto secretismo se debía al hecho de que los científicos querían evitar «asustar demasiado» al público que lo estaba visitando en aquel momento.

Prueba oceánica de mayor envergadura

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Esa prueba inicial –que habría costado entre 10 y 20 millones de dólares– solo pretendía ser un preámbulo. Los archivos revelaron que los dirigentes del proyecto estuvieron en contacto con funcionarios de la Oficina Nacional de Administración Oceánica y Atmosférica (NOAA, por sus siglas en inglés) y de la consultora Accenture mientras los investigadores preparaban una prueba oceánica de mayor envergadura, incluso antes de que comenzara el pequeño experimento en California.

Los científicos esperaban poder acceder a buques, aviones y fondos de investigación del Gobierno estadounidense para un gran experimento de creación de nubes en el mar. Además, negociaron con donantes y consultores sobre la posibilidad de llevarlo a cabo en una área de unos 10.000 kilómetros cuadrados en las costas occidentales de Norteamérica, Chile o el centro-sur de África, revelan los registros. «A tales escalas, los cambios significativos en las nubes serán fácilmente detectables desde el espacio», señala un plan de investigación de 2023.

¿Quiénes financiaron el proyecto?

Aunque los documentos indican que el experimento de gran envergadura estaba supeditado a la finalización con éxito de la frustrada prueba piloto en Alameda, no detallan si los investigadores o sus multimillonarios patrocinadores abandonaron el proyecto.

Entre los donantes se encontraban el multimillonario de criptomonedas Chris Larsen, la filántropa Rachel Pritzker y el inversor de capital riesgo Chris Sacca, apunta Politico. En particular, Larsen afirmó que, «en un momento en que los científicos se enfrentan a ataques políticos y drásticos recortes de financiación, es necesario complementar una rápida transición energética con más investigación sobre una amplia gama de posibles soluciones climáticas».

Por su parte, la fundación Quadrature Climate Foundation reconoció al medio que había donado casi 11,9 millones de dólares a SilverLining y 5 millones de dólares a la Universidad de Washington para investigaciones sobre geoingeniería solar, también conocida como gestión de radiación solar.

¿Por qué es tan polémico?

La geoingeniería solar engloba un conjunto de tecnologías y procesos hipotéticos para reducir el calentamiento global reflejando la luz solar hacia fuera de la Tierra que, en gran medida, no están regulados. Los dos enfoques más estudiados incluyen la liberación de partículas de sulfato en la estratosfera y la pulverización de aerosoles de agua salada sobre el océano.

Los críticos de estas tecnologías advierten de que también podrían alterar los patrones climáticos, lo que podría afectar a los rendimientos agrícolas, la fauna y la flora y las personas.

Incluso si consiguieran enfriar el clima, las temperaturas podrían dispararse si los procesos se interrumpen bruscamente antes de que los países hayan abandonado la quema de combustibles fósiles que calientan el planeta, un resultado descrito por los expertos como «choque de terminación». En este contexto, más de 575 científicos han pedido la prohibición del desarrollo de la geoingeniería porque «no puede gobernarse globalmente de manera justa, inclusiva y eficaz».

Mientras, desde la Universidad de Washington aseguraron que su programa «no recomienda, apoya ni desarrolla planes para el uso del blanqueamiento de nubes marinas con el fin de alterar el tiempo o el clima». Subrayaron que el proyecto se centra en la investigación de la tecnología, no en su aplicación, y no hay «planes para realizar estudios a gran escala que alteren el tiempo o el clima».