El gobernador cruceño se atribuyó las gestiones de la final de este evento deportivo previsto para el 22 de noviembre, señalando la cancelación sería un golpe en lo económico, en lo moral y en la credibilidad como país.
Fuente: Unitel
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El ultimátum de la Confederación Sudamericana de Fútbol (Conmebol) para que se reflejen los avances de las obras que se llevan adelante en el estadio Tahuichi Aguilera -con miras a la final de la Copa Sudamericana- genera eco en el ámbito político: el gobernador cruceño Luis Fernando Camacho, quien señaló que si Santa Cruz deja de ser sede de la Sudamerica, las autoridades a cargo tendrán que rendir cuentas.
“Las autoridades a cargo deben extremar recursos para evitar este fracaso, caso contrario deberán hacerse responsables y tendrán que rendir cuentas en caso de que no se concrete”, sostuvo el gobernador desde su reclusión preventiva en Chonchocoro.
Camacho también se atribuyó la gestión para la realización de este evento deportivo, pese a que pasa por la coordinación del máximo ente del balompié en el país, es decir, la Federación Boliviana de Fútbol (FBF).
“Conseguir esa final fue un arduo trabajo que se gestionó cuando la Gobernación estaba bajo mi responsabilidad y la del equipo que me acompañaba, con el especial apoyo del entonces presidente de la Asamblea Legislativa Departamental, Zvonko Matkovic Ribera”, dijo Camacho en su publicación.
Desde la Conmebol advirtieron que hasta el 16 de julio solo hay un 11.98% de avance físico real, del 43.58 del avance general y apenas un 0.28% de índice de desempeño general, siendo 1 el índice óptimo de avance para que se lleve adelante la final que está fijada para el 22 de noviembre de la presente gestión.
“La obra presenta un retraso significativo con respecto al cronograma original, lo que representa un alto riesgo para la realización del evento”, señala el informe, agregando que si hasta el 31 de julio no se reporta un avance mínimo del 50% de las obras, se procederá al cambio de sede.
En este sentido, Camacho manifestó que si la final cambia de sede, sería un golpe muy duro si no se realiza, en lo económico, en lo moral y sobre todo en la credibilidad como país y como departamento.
Para la autoridad cruceña, la final se constituye en una vitrina para Santa Cruz ante los ojos de América y el mundo del fútbol, además de ser un impulso muy grande para el turismo y toda la cadena de servicios que se favorece con un evento de esta magnitud.