Expertos del U.S. Geological Survey localizaron el desplazamiento a unos 400 metros de la línea oficial de la falla.
Por Daniela Mérida
Fuente: Infobae
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Un segmento previamente no identificado de la Falla de Concord ha sido detectado como activo y en deslizamiento lento (“creeping”), añadiendo complejidad al panorama de riesgo sísmico en el Área de la Bahía de San Francisco, según un estudio de la U.S. Geological Survey publicado por la Seismological Society of America el 2 de julio.
La investigación localiza el nuevo tramo, denominado “Madigan Avenue strand”, extendiéndose siete kilómetros más hacia el sur de lo previamente documentado, bajo zonas densamente urbanizadas de Walnut Creek y Concord. El desplazamiento se encuentra aproximadamente 400 metros al oeste de la traza oficial reconocida, lo que implica que muchas viviendas y centros educativos, hasta ahora fuera del área de peligro conocido, están afectados por esta actividad sísmica constante.
Las mediciones muestran un movimiento anual de cerca de 3 milímetros, acelerando la preocupación acerca de la exposición de miles de habitantes al potencial destructivo de un sismo. Desde la década de 1970 se sabía que la mitad norte de la falla presentaba desplazamiento lento, pero la ubicación y el comportamiento de la mitad sur permanecían ambiguos.
¿Por qué no se detectó antes la “nueva” zona de la falla?
La observación de estructuras desplazadas, como aceras y bordillos que presentan deformaciones de hasta 18 centímetros, ha sido fundamental para delimitar el tramo recién detectado, cuya presencia se aprecia tanto por nuevas herramientas de radar de apertura sintética (InSAR) como por inspección directa en el terreno.
El sismo registrado en 1955, de magnitud 5,4, ya causó daños notables cerca de la zona. De acuerdo con los datos recabados, el potencial sísmico de la falla puede alcanzar una magnitud de 6,7 o mayor, debido a la longitud y continuidad estructural con otras fallas importantes como la Green Valley Fault y la Calaveras Fault. El avance silencioso del segmento sur no había sido detectado antes con claridad, debido a la superposición de la infraestructura urbana y la ausencia de indicios geomorfológicos claros en superficie.
El tramo descubierto de la Madigan Avenue está densamente poblado
La Falla de Concord es una de las más urbanizadas de la región, con casi el 100% de su longitud bajo barrios, calles y edificaciones. La avanzada urbanización anterior al desarrollo de estudios geológicos precisos limitó el monitoreo del deslizamiento y la identificación de los segmentos activos.
Ahora, la detección del tramo Madigan Avenue bajo núcleos densamente habitados de Walnut Creek y Concord implica que cualquier actividad sísmica afectaría directamente a infraestructuras críticas, zonas residenciales y centros escolares, como la Valle Verde Elementary School. Estas conclusiones han desencadenado la revisión de las zonas oficialmente clasificadas como de falla activa.
Según la California Geological Survey, el trazo actualizado puede ser incorporado a una nueva Zona Oficial de Falla Sísmica, lo que afectaría políticas de divulgación en el mercado inmobiliario, normas de construcción y planificación urbana a largo plazo. Las autoridades y expertos consideran que la cartografía precisa de este nuevo tramo facilitará respuestas más ajustadas a los riesgos y ayudará a priorizar la inspección constante en áreas de desarrollo reciente.
Los expertos temen graves consecuencias para la población
Las inspecciones de campo han mostrado bordillos y aceras desplazados entre 8 y 18 centímetros, algunos con zona afectada de hasta 10 metros de ancho. Estas observaciones corresponden a deformaciones acumuladas durante hasta 60 años y demuestran cómo el lento desplazamiento —aún en ausencia de grandes terremotos— puede provocar daños estructurales continuos y requerir frecuentes labores de reparación y mantenimiento urbano.
El geólogo Andrew Alden aseguró que la falla de Concord, en contraste con otros sistemas como la Hayward Fault que atraviesa zonas menos edificadas, está completamente superpuesta bajo infraestructura humana, incrementando el riesgo de daño a largo plazo. Respecto al comportamiento de la falla, el desplazamiento anual en la mitad norte desde finales del siglo XX se ha estimado en promedio entre 3 y 3,3 milímetros, con episodios de aceleración cada tres o cuatro años por un total de hasta 10 milímetros en cortos intervalos.