Como ocurre ya desde 2016, la producción nacional de gas sigue a la baja y en un año disminuyó de 32,50 millones de metros cúbicos día (MMmcd), en junio de 2024, a 27,82, en junio de 2025. Hay una declinación general tanto en el campo Margarita, el principal de Bolivia, como en el resto de yacimientos gasíferos del país.
Así lo revelan los datos oficiales procesados el Centro Departamental de Monitoreo y Fiscalización de Hidrocarburos de la Secretaría de Desarrollo Económico de la Gobernación de Santa Cruz. La Cámara Boliviana de Hidrocarburos y Energía (CBHE) alertó el martes que la extracción de gas disminuye a un ritmo de 10% anual.
Los datos oficiales revelan que en el campo Margarita, uno de los principales en el país y operado por la petrolera española Repsol, en junio de 2024 se producía 10,35 MMmcd de gas natural, pero un año después en junio de este año solo 8,50.
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Mientras que la producción de gas en el campo Sábalo, operado por la brasileña Petrobras cayó de 5,87 a 4,85 MMmcd y en el yacimiento Incahuasi-Aquío, administrado por la francesa Total, de 7,35 a 6,25 MMmcd.
San Alberto, el otrora megacampo que puso a Bolivia en el mapa mundial, hoy solo produce 1,48 millones, cuando hasta hace un año eran 1,66. En el yacimiento Yapacaní de YPFB- Andina la producción bajó levemente de 1,26 a 1,25 MMmcd y, en el resto de campos, de 6,01 a 5,49 MMmcd.
Preocupación
“La producción de gas está cayendo a un ritmo de aproximadamente el 10% anual. Las proyecciones señalan que, en dos o tres años, toda la producción tendría que destinarse al mercado interno, con el impacto negativo que esto tendrá para la economía del país al dejar de percibir ingresos por la exportación”, advirtió el martes la CBHE que afilia a las principales empresas petroleras del exterior que operan en el país.
Según la CBHE la producción de gas natural ronda un promedio de 29 millones, muy distantes de los 60 que se alcanzaron en 2014, cuando las exportaciones superaron los 6.000 millones de dólares. Desde 2006, el sector ha generado más de 50.000 millones de dólares por concepto de renta petrolera para el Estado boliviano.
La institución recalcó la urgencia de que se aprueben los cambios a la ley 767, como el primer paso para impulsar la reactivación del sector, a través de acciones que permitan mitigar la progresiva declinación de la producción de gas natural.
La Cámara considera que es prioritario para el país viabilizar la ejecución de nuevos proyectos de exploración y desarrollo, que permitan la incorporación de reservas y, por lo tanto, aumentar la producción de gas y líquidos, lo que redundará en mayores ingresos. Esto requiere condiciones adecuadas para atraer inversiones en el sector.
La ley 767, de Promoción para la Inversión en Exploración y Explotación Hidrocarburífera, promulgada en diciembre de 2015, tenía el objetivo de promocionar las inversiones que permitan incrementar las reservas y producción de hidrocarburos con incentivos para garantizar la seguridad, sostenibilidad y soberanía energética en el país.
Con la norma se creó un fondo con el aporte del 12% de los recursos del Impuesto Directo a los Hidrocarburos (IDH), antes de la distribución a las entidades territoriales autónomas, universidades públicas y otros beneficiarios por ley. Los recursos eran administrados por el Banco Central de Bolivia (BCB), pero la entidad dejó de publicar hace varios años en sus estadísticas el monto acumulado en ese fondo. Los recursos comenzaron a juntarse desde agosto de 2016.
En junio, Bolivia entregó para la comercialización 26,31 MMmcd, de los cuales 12,48 se distribuyen en el país para atender la demanda interna de gas natural y otros 12,30 MMmcd se dirigen a la exportación hacia Brasil.