Crisis energética: cuáles son los síntomas que presenta Bolivia


Bolivia no puede satisfacer su demanda de energía, lo que ocasiona un impacto negativo en la economía. Expertos coinciden en que dentro de pocos años se tendrá que importar gas a precios internacionales

Raúl Domínguez
Filas en los surtidores /Foto: Juan Carlos Torrejón

Fuente: eldeber.com.bo



Según la definición de diversos organismos internacionales y expertos, la crisis energética se refiere a una situación crítica en la que un país o una región enfrenta una imposibilidad de satisfacer su demanda de energía, lo que se traduce en un aumento drástico de los precios, escasez de recursos y, en última instancia, impactos negativos significativos en la economía y la calidad de vida de sus ciudadanos.

¿Coincidencia? Bolivia atraviesa por una profunda crisis energética, a decir de cuatro expertos consultados por EL DEBER.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

La abogada experta en energía, Daniela Durán, sostuvo que Bolivia cumple a cabalidad cada uno de requisitos para considerar que está en plena crisis energética, pues no tiene la producción suficiente de petróleo o condensado para producir carburantes (gasolina y diésel) que sean destinados al abastecimiento del mercado interno, y tampoco cuenta con los recursos económicos para importar y subsidiar su mercado.

“Las acciones adoptadas en el sector petrolero en los últimos años, la falta de planificación y de voluntad de hacer atractivo invertir en el país, han desencadenado en la actual situación que se está viviendo, pues a la fecha no tenemos la capacidad para abastecer la demanda de carburantes en el mercado interno, lo cual conlleva a un alza de precios e inestabilidad económica y social”, indicó Durán.

Advirtió que lo que está sucediendo con los carburantes podrá ocurrir, “más temprano que tarde”, con el gas natural en el mercado interno, porque se desincentivó la exploración, declinó la producción de los campos, sumado a la la inseguridad jurídica de los últimos años, entre otros aspectos. “La producción de gas natural es cada vez menor y llegaremos al punto de tener que importar este hidrocarburo para abastecer la demanda interna de las termoeléctricas, industria, hogares y demás. Estamos viviendo la fiebre holandesa”, consideró la experta.

Por su parte, el director de Energía, Minas e Hidrocarburos de la Gobernación de Santa Cruz, Eduardo Ibáñez, aseguró que el actual desabastecimiento de hidrocarburos en el país es un síntoma de crisis energética y que “si no se toman medidas drásticas y se cambia el modelo (económico)”, incluso se tendrá que importar gas natural.

“Al importar vamos a tener que pagar (la energía) mucho más cara. Entonces el costo de la energía para el ciudadano, para el consumidor final, se va a incrementar (…). Sí, estamos en una crisis energética y este desabastecimiento es un síntoma de ello, es una situación grave, preocupante y que ojalá el nuevo gobierno tome medidas rápidas y efectivas”, manifestó Ibáñez.

Sin embargo, si la situación persiste, máximo hasta 2029 se tendrá que importar gas natural para “balancear” nuestro sistema. “Ahí vamos a tener que pagar, ya no 1,3 dólares el millar de pies cúbicos, vamos a tener que pagar al precio que nuestro vecino, como Argentina, quiera vender”, puntualizó el director, a tiempo de indicar que la caída de la producción ya está afectando los ingresos de la Gobernación por regalías, de unos 200 millones en 2025.

Crisis desde hace cinco años

El ex ministro y analista de hidrocarburos, Álvaro Ríos, aseveró que la crisis energética de Bolivia ya se vive desde hace cinco años, cuando se ha tenido una disminución de la producción de gas, de líquidos y de recaudaciones para comprar combustibles en el exterior del país.

“Lo que pasa es que ahora la gente recién ve que no tenemos cómo salir de esta crisis y el Gobierno no tiene idea de cómo aguantar el abastecimiento de los cuatro próximos años y, por eso, es que está levantando las manos (…). Es un país que necesita 3.000 millones de dólares para mantener su aparato productivo funcionando, no tiene la plata para comprarla (energía) y tampoco puede producirla, porque han descuidado la exploración, porque no han trabajado con los subsidios oportunamente y porque se han rifado 13 trillones (de pies cúbicos) de gas”, apuntó.

De su lado, el analista y ex funcionario de YPFB, Fernando Rodríguez, coincidió con Ríos al afirmar que la crisis energética se encuentra en el país desde hace tres años, porque es la que ha ocasionado la actual crisis económica en el país.

“De 62 millones de metros cúbicos de gas (producidos), bajar a 22, es realmente brutal. Lo que ha sucedido y lo que va a suceder es peor todavía, porque cuando los pozos ya están en declinación total, las reservas recuperables son mucho menores. Por lo tanto, podría haber 2,6 TCF que no van a poder ser recuperados en el tiempo que uno los necesita”, afirmó.

Explicó que la crisis energética no puede concebirse como de origen hidrocarburífera o de electricidad, sino de una manera integral, porque en todas sus formas se transforma en maquinaria en movimiento. “Bolivia consume 70.000 barriles (de combustible) diarios e importa 50.000, eso se llama crisis energética”, agregó.

DEFINICIONES

CEPAL. Aborda la crisis energética desde la perspectiva de la seguridad energética y el acceso a los servicios básicos. Se manifiesta en la inseguridad energética, que implica la falta de acceso a la electricidad y a combustibles y tecnologías limpias para cocinar, lo que exacerba la pobreza y la vulnerabilidad.

AIE/FMI. Coinciden en señalar que una crisis energética es la imposibilidad de satisfacer la demanda energética, que se traduce en un aumento de los precios.