Análisis. El país necesita $us 2.500 para honrar la deuda externa, $us 2500 millones para importar combustibles, $us 2.500 millones si hay unificación cambiaria, $us 7 mil millones para fortalecer las RIN, según esa entidad.
¿Cuántos dólares va a necesitar Bolivia? El Centro de Estudios Populi (CEP) advierte que las necesidades de divisas para honrar el servicio de la deuda externa, asegurar la importación de combustibles, fortalecer las Reservas Internacionales Netas (RIN) y otras obligaciones asciende a más de 14 mil millones de dólares este año y 2026.
El investigador de CEP Oscar Mario Tomianovic, en el análisis, sostiene que los planes de gobierno presentados por las diferentes alianzas y partidos políticos ante al Tribunal Supremo Electoral, en su mayoría, se encuentran plagados de deseos, no de políticas.
Por ejemplo, señala que aducir que se “recuperarán los dólares” o que se “acabará con la inflación” son objetivos, compartidos por todos los partidos, y no una política pública que permita identificar las medidas exactas que aplicará dicha agrupación en caso de acceder al gobierno.
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Según el análisis de Tomianovic, otra constante que se observa en los diferentes planes de gobierno es la omisión de toda referencia a la cantidad de divisas que serían necesarias para afrontar las diferentes necesidades y obligaciones del gobierno los meses siguientes a las elecciones generales.
Deuda externa
El investigador refiere que uno de los pagos más urgentes que se avecinan es el de la deuda externa. A inicios del mes de julio, el Banco Central de Bolivia (BCB) reportó que ya había cancelado 764 millones de dólares por concepto de deuda pública externa, pago programado para el primer semestre de 2025.
“Para el último trimestre de 2025 se tienen pendientes más de 400 millones de dólares de deuda externa, incluyendo pagos de capital e intereses. Adicionalmente, el año 2026 se tienen programados pagos por deuda externa por 1.900 millones de dólares”, puntualizó Tomianovic.
Según el investigador, estos pagos resultan de vital importancia, pues su omisión equivaldría a caer en default y esto podría minar la credibilidad del Gobierno frente a organismos internacionales e inversores, cerrando las de por sí limitadas fuentes de financiamiento externo, entre las que se encuentran créditos de organismos multilaterales y deuda soberana.
Hidrocarburos
El análisis refiere que el último año ha sido turbulento en materia energética. Largas filas, desabastecimiento, mercados negros y otras irregularidades en el suministro de carburantes han sido los elementos comunes de un modelo que se ha mostrado incapaz de garantizar estabilidad por el lado de la oferta.
“Dada la creciente presión que existe por el aumento de la demanda, el Estado boliviano necesitará 2.500 millones de dólares para garantizar la importación de combustibles el próximo año, un aumento significativo en comparación con la cifra registrada el año pasado”, subrayó el investigador de Populi.
Depósitos financieros
Tomianovic sostuvo que el dólar paralelo se suma a la lista de los varios desbalances que registra la economía boliviana en los últimos meses. “Con un tipo de cambio oficial que se ubica entre 6,86 y 6,96 bolivianos por dólar, mientras en las calles ese mismo dólar cotiza un 100% más arriba, oscilando entre los 13 a 15 bolivianos, los ahorros de los bolivianos en esta divisa extranjera se encuentran en una situación delicada”, agregó.
“No es un secreto que esos ahorros se encuentran cautivos en las entidades financieras. Si uno acude a retirar sus dólares a un banco comercial, puede estar seguro de recibir una respuesta negativa. El motivo detrás de ello es que parte de esos depósitos de la banca comercial se encuentran sobregirados por el Banco Central, por un monto que supera los 2.500 millones de dólares”, explicó el investigador en su análisis.
Apuntó que en un escenario de unificación cambiaria, esos 2.500 millones de dólares serían imprescindibles para asegurar que los depositantes puedan retirar sus depósitos en dólares a un tipo de cambio actualizado.
Reservas Internacionales
Tomianovic también recordó que desde el 2015, las Reservas Internacionales Netas (RIN) de Bolivia han sufrido una caída drástica, de más de 15 mil millones de dólares en 2015, a menos de tres mil millones en el primer trimestre de 2025.
“En consecuencia, con miras a fortalecer las reservas internacionales se necesitarían, al menos, 7 mil millones de dólares. Esto permitiría mejorar la relación entre dólares en reservas y la base monetaria, lo que nos remite a los indicadores ARA (Assesing Reserve Adequancy) del Fondo Monetario Internacional (FMI)”, puntualizó.
Añadió que una relación de 0,5 entre reservas y dinero en sentido amplio es considerada aceptable. “En 2014, este indicador era de 0,65; sin embargo, para 2024 no llegaba ni al 0,04, demostrando la caída de las reservas internacionales y la expansión de la base monetaria. Estos 7 mil millones de dólares dirigidos a las reservas revertirían esta tendencia”, apuntó.
¿De dónde saldrán los dólares?
De acuerdo con el análisis de Tomianovic, las necesidades de divisas del Estado boliviano para hacer frente a sus obligaciones y otros pagos programados para lo que resta de gestión, y de cara al 2026, superan los 14 mil millones de dólares.
Consideró que las opciones de Bolivia son limitadas, ya que los créditos paralizados en la Asamblea Legislativa no superan los 1.400 millones de dólares, y muchos de estos recursos no son de libre disponibilidad, sino que incorporan cláusulas que fuerzan su utilización en programas y destinos específicos.
Por otro lado, en caso de recurrir al Fondo Monetario Internacional (FMI), indicó que se abren diferentes caminos de financiamiento. Si se recurre a un Instrumento de Financiamiento Rápido (IFR), Bolivia podría recibir hasta un 100% de su cuota en Derechos Especiales de Giro (DEG); por otro lado, un acuerdo del tipo “Stand By” amplia el acceso de los recursos que varían entre el 145% y 200%. “En el mejor escenario, la aprobación de recursos por el FMI bajo alguno de estos instrumentos no superaría los 2.000 millones de dólares”, alertó.
Además, la alternativa para acceder a una mayor cantidad de recursos demandaría la firma de un acuerdo del FMI y requiere de serios compromisos fiscales y monetarios, como reducir drásticamente el déficit o liberar el tipo de cambio. “Incluso si el próximo Gobierno está de acuerdo con aceptar las condiciones del FMI, esto es un trámite prolongado, demorando un año como mínimo, como demuestra la reciente experiencia de Argentina”, aseguró Tomianovic.
De acuerdo con el investigador, otras fuentes de financiamiento no están siendo lo suficientemente discutidas, como los bonos de carbono, la comercialización del litio o recurrir a otros organismos internacionales, como los BRICS. Su factibilidad, no obstante, no es del todo clara.
Advirtió que tras las elecciones, el próximo Gobierno se enfrentará en una carrera contra el tiempo por conseguir las tan necesarias divisas. “En caso de fallar en tal cometido, el país quedará al borde del default, sin combustibles y con una expropiación de los ahorristas sin precedentes en la historia de Bolivia”, advirtió.
En cualquier escenario, el investigador anticipa que un ajuste fiscal que aliviane la demanda de dólares, por ejemplo, eliminando la subvención a los hidrocarburos, contribuiría a reducir la presión sobre las siguientes autoridades nacionales.