Cuidado con las sorpresas en las elecciones generales


La tercera encuesta de Ipsos CIESMORI publicada por la red UNITEL posiciona a Samuel Doria Medina con 21,5%, a Jorge “Tuto” Quiroga con 19,6% y a Manfred Reyes Villa con 8,3%. Entre los tres candidatos suman el 49,4% de intención de voto de la ciudadanía.

La tendencia muestra que podríamos tener un nuevo gobierno en el Órgano Ejecutivo y un cogobierno en la Asamblea Legislativa compuesto por hasta tres fuerzas políticas. Dos de esas fuerzas políticas podrían corresponder al bloque de Samuel Doria Medina, el segundo bloque a Jorge “Tuto” Quiroga y el tercer bloque podría pertenecer a alguien de izquierda, que podría pertenecer el bloque de Andrónico Rodríguez o para el bloque de Eduardo del Castillo. En ese entendido, es obvio preguntar: ¿Por qué el tercer lugar le correspondería a uno de esos dos candidatos?



Si evaluamos las últimas dos elecciones generales, el Movimiento al Socialismo (MAS) siempre salió triunfante en varias áreas rurales e incluso en ciudades intermedias, mostrando su fuerte presencia en estos sectores. En consecuencia, es muy poco probable que estos sectores voten por alguno de los tres candidatos de oposición que lideran la intención de voto, porque para su entendimiento estos son de derecha y ellos traerán crisis, privatización y sufrimiento al pueblo boliviano. No olvidemos que existe un 34,1% entre votos nulos, blancos e indecisos que no han sido conquistados por las propuestas de los candidatos y que podrían ser votos que podrían favorecer a algún candidato de izquierda.

En esa lógica, es muy probable que quienes puedan aglutinar el voto de esos sectores sean Andrónico Rodríguez o Eduardo del Castillo. Ambos candidatos de izquierda quienes tienen una llegada significativa a áreas rurales y cuentan con el apoyo de varios sectores sociales.

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A la cabeza del MAS ya se hizo un intento de unificar a la izquierda boliviana. Aunque ese intento no tuvo éxito, eso no quiere decir que no haya más intentos a futuro, incluso a días previos a las elecciones. Bajo ese escenario, podrían unificar sus porcentajes y dar una sorpresa en las elecciones.

Por la crisis económica podría haber “voto castigo” al MAS y favorecer a Andrónico Rodríguez.

No olvidemos que hasta la fecha no se ha hecho una auditoría del padrón electoral y que el INE no ha dado datos claros sobre cuántas personas viven en áreas rurales y cuántas personas viven en áreas urbanas, lo que podría generar poca credibilidad y transparencia de los resultados electorales en áreas rurales.

Todas las encuestas oficiales muestran que el ganador podría ser alguien de oposición y que el MAS perdería el poder después de casi 20 años. Sin embargo, si la oposición desea “sepultar” definitivamente al oficialismo, aún debe considerar apoyar al mejor posicionado y los demás bajarse de la contienda electoral. Aparentemente, esa idea es poco probable, pero esperemos que los candidatos puedan reflexionar.

Como lo mencioné, en caso de que gane un candidato de oposición, tendría una Asamblea Legislativa fraccionada y dividida en varias bancadas, lo que podría dificultar la gobernabilidad si no se soluciona la crisis económica de manera urgente y no se llegan a consensos con los diferentes sectores de la sociedad.

Por último, pero no menos importante, las fuerzas políticas deben concentrar sus esfuerzos en realizar el control electoral por intermedio de sus delegados de mesa para garantizar que las actas electorales puedan ser llenadas sin alterar los datos y verificar la veracidad de los votos emitidos.

Esta tarea de tener delegados de mesa es relativamente sencilla en ciudades donde las fuerzas opositoras que están en la contienda electoral tienen presencia. El desafío es tener delegados de mesa en áreas rurales y sectores alejados donde incluso hay poco acceso a internet.

Es primordial que en estas últimas semanas las fuerzas políticas concentren sus esfuerzos en llegar a áreas rurales y sectores alejados para conseguir más apoyo y tener presencia de delegados. El procedimiento y las estrategias políticas dependerán de sus asesores de campaña.

Diego Luis Tarqui Ramírez – Politólogo.