El empresario opositor y candidato presidencial Samuel Doria Medina afirmó este miércoles en una entrevista con EFE que tiene la esperanza de que las elecciones generales del 17 de agosto en Bolivia se resuelvan “en primera vuelta” con un resultado a su favor.
Agencia EFE
Fuente: https://asuntoscentrales.com
Doria Medina (La Paz, 1958) es el candidato de la alianza Unidad, el principal bloque opositor al que también perteneció en un principio el expresidente Jorge Tuto Quiroga (2001-2002), aunque el exmandatario decidió finalmente postular por su cuenta con la alianza Libre.
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En las encuestas difundidas hasta el momento, el empresario lleva la delantera a Quiroga con escasas diferencias porcentuales, aunque también se reflejan altos porcentajes de indecisos, votos blancos y nulos.
Doria Medina dijo a EFE que en el país “una buena parte de la población” recién empieza a mostrar interés en las elecciones dos semanas antes de la votación.
“Veo que recién hay un interés de la gente, hay preguntas, hay una asistencia mayor a una serie de eventos y la población está empezando a tomar su decisión”, señaló el político y destacó el apoyo recibido recientemente de sectores “muy importantes”, como algunos mineros cooperativistas de la región andina de Potosí.
“Varios sectores que no habían tomado una definición están empezando a tomarla y vamos a ver en las próximas semanas. Yo tengo incluso la esperanza de que se pueda resolver en primera vuelta”, manifestó.
Para ganar en primera vuelta, se debe lograr más del 50 % de los votos, o un mínimo del 40 % con al menos diez puntos de ventaja sobre el siguiente, según la Ley del Régimen Electoral.
Morales y el nulo
Doria Medina afirmó que “tradicionalmente” los votos nulos y blancos en Bolivia alcanzan el 8 %, por lo que consideró que los seguidores del expresidente Evo Morales que promueven la anulación del sufragio en estos comicios se quieren “montar” a ese porcentaje “porque saben que no van a tener mucho respaldo”.
Los sectores afines a Morales (2006-2019) empezaron esta semana una campaña por el voto nulo porque el exmandatario no es candidato en estos comicios por una disposición constitucional que se lo impide.
Doria Medina consideró que el también exlíder del gubernamental Movimiento al Socialismo (MAS) ya “no es el Evo Morales del 2005”, el año en que el político llegó por primera vez a la Presidencia de Bolivia
El empresario señaló que “hay una decepción de la gente, hay un rechazo” hacia Morales, entre otras cosas por la investigación en su contra por supuestamente haber tenido un hijo con una menor de edad cuando era presidente.
“Evo Morales ya no tiene el respaldo que tenía y además vamos a tener mucha legitimidad porque la población quiere que se resuelvan los problemas, la población no aguanta más”, sostuvo.
A su juicio, el 17 de agosto “se va a formalizar que el MAS es pasado porque no van a tener una votación importante, ni juntos, ni separados, ni revueltos”, en alusión a la división del partido oficialista en un sector afín a Morales, otro leal al presidente Luis Arce y un tercero que está con el titular del Senado y candidato Andrónico Rodríguez.
Los cien días
El también economista sostuvo que “no hay otra forma de salir” de una crisis económica como la que atraviesa Bolivia “si no se lo hace rápido”.
Recordó que en 1985, cuando el país estaba en una crisis “mas fuerte que la actual”, el entonces presidente Víctor Paz Estenssoro juró el cargo el 6 de agosto y 23 días después firmó el decreto 21060, una norma que estableció el modelo de economía liberal en Bolivia y que, según Doria Medina, permitió entre otros parar la inflación.
Según el empresario, lo mismo ocurrió en Argentina con el expresidente Mauricio Macri (2015-2019), quien esperó para tomar medidas y cuando quiso hacerlo, “ya no pudo, ya no tenía apoyo”, mientras que el actual mandatario argentino, Javier Milei, actuó de inmediato.
Para resolver la crisis, Doria Medina se fijó un plazo de cien días, con un plan que apunta a reducir el déficit fiscal con medidas como eliminar la subvención de los combustibles y cerrar las empresas estatales que operan a pérdida.
Además, promete aprobar de inmediato un decreto para reducir el gasto del Estado en un 60 %, con reducciones en el presupuesto de la publicidad gubernamental o la eliminación de la partida para costear “fiestas políticas”.
El apoyo a los emprendedores y el impulso al turismo también están en sus planes.
Fuente: Gina Baldivieso/ EFE.