China controla actualmente cerca del 70% de la extracción y el 90% de la refinación global de tierras raras, lo que se percibe en Washington como un riesgo estratégico.
Por Renzo Gonzales
Fuente: Infobae
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Una nueva decisión del gobierno de Estados Unidos busca convertir al país en el mayor accionista de la única mina en operación de tierras raras de su territorio, lo cual responde una estrategia para desafiar el dominio casi absoluto que China ejerce en este sector clave.
Según reportó BBC Mundo, la mina situada en Mountain Pass, California, operada por MP Materials, ha sido elegida como el eje de una política que busca asegurar el suministro interno de estos recursos, indispensables para industrias de alta tecnología, como la de autos eléctricos y turbinas eólicas.
China controla actualmente cerca del 70% de la extracción y el 90% de la refinación global de tierras raras, otorgándole la capacidad de influir en los precios y en la disponibilidad mundial. Este control se percibe en Washington como un riesgo estratégico. Para contrarrestar esta situación, el Departamento de Defensa estadounidense firmó un acuerdo de 10 años para pagar a MP Materials al menos 110 dólares por kilogramo de neodimio y praseodimio, dos de las tierras raras con mayor demanda global y cruciales en la producción de imanes permanentes presentes en teléfonos inteligentes, motores eléctricos y equipos médicos.
El convenio prevé además la construcción de una nueva instalación en territorio estadounidense para procesar la materia prima local. El Departamento de Defensa aportará 400 millones de dólares a este proyecto, apostando a que una cadena de suministro nacional reforzada otorgue mayor autonomía en sectores estratégicos y reduzca la vulnerabilidad frente a presiones comerciales o políticas externas.
Para qué sirven estos minerales
Las tierras raras son un grupo de 17 elementos esenciales para la industria moderna. El escandio se usa en la fabricación de aviones, bicicletas y raquetas de tenis para aumentar su resistencia, mientras que el itrio permite el desarrollo de pantallas LCD y bombillas de bajo consumo energético. Los metales más demandados, como el neodimio y el praseodimio, son fundamentales para imanes de alto rendimiento que mejoran la eficiencia de motores eléctricos empleados en autos eléctricos, aerogeneradores, drones e incluso en pequeños motores de electrodomésticos.
Estos minerales también resultan insustituibles en el ámbito de la defensa, pues permiten crear sistemas militares avanzados y equipamientos inteligentes, esenciales para las capacidades tecnológicas de los ejércitos. Juan Diego Rodríguez Blanco, profesor de Trinity College Dublin e investigador en nanomineralogía, explicó a BBC Mundo: “Es como si fuesen el petróleo del siglo XXI, porque hacen falta pequeñas cantidades, pero son extremadamente útiles y sin ellas no tendríamos la tecnología que tenemos actualmente”.
Conflictos comerciales y nuevos equilibrios
La presencia de Shenghe Resources, una empresa parcialmente estatal china, como uno de los principales accionistas de MP Materials, complicaba hasta hoy la independencia estadounidense, pues la totalidad de la producción de Mountain Pass se refinaba históricamente en China. Sin embargo, a raíz de la guerra arancelaria que incluyó gravámenes del 145% a productos chinos y del 125% a bienes estadounidenses, MP Materials interrumpió el envío de minerales a China, adhiriéndose a los intereses nacionales de Estados Unidos incluso tras la posterior reducción de los aranceles.
La preocupación por el control chino llevó también a una respuesta en Europa, con el Parlamento Europeo tildando de injustificada y coercitiva la política de exportaciones de Pekín, y solicitando la implementación rápida de la nueva normativa continental para materias primas críticas. Mientras tanto, la estrategia estadounidense se centra en desarrollar una cadena de valor nacional que incremente la capacidad de procesar y refinar tierras raras en suelo propio.
Aunque China ha sostenido que el control de las exportaciones de estos materiales es un derecho soberano y una práctica habitual en recursos de utilidad comercial y militar, las economías occidentales consideran que asegurar un acceso independiente a tierras raras fortalece no sólo sus capacidades industriales sino también su autonomía tecnológica y de defensa. El nuevo papel del Estado en la industria minera estadounidense se presenta, así, como un intento decidido de reducir la influencia de China y proteger su liderazgo en los sectores que demandan estos materiales imprescindibles.