La justicia de EEUU cerró el expediente sin presentar nuevos cargos y publica un informe que refuerza la hipótesis del suicidio.
Fuente: Infobae
El Departamento de Justicia de Estados Unidos y el FBI cerraron formalmente la investigación sobre los crímenes de Jeffrey Epstein, al confirmar que no existen pruebas que justifiquen cargos contra terceros ni una supuesta “lista de clientes” de personas poderosas vinculadas al tráfico de menores. La conclusión, plasmada en un memorando oficial revelado esta semana, disipa una de las teorías conspirativas más persistentes en torno al caso y libera de potenciales consecuencias legales a figuras como el príncipe Andrés del Reino Unido.
La decisión de las autoridades llega tras una revisión exhaustiva del material recolectado durante años, incluyendo miles de fotografías, videos y otros documentos incautados tras la detención del financiero en 2019. A pesar de que durante meses la fiscal general Pam Bondi insinuó que existía una lista de personas influyentes que habrían sido cómplices o beneficiarias del esquema de explotación sexual, pero el Departamento de Justicia reconoció que no se halló evidencia creíble para sustentar esa afirmación.
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Epstein, arrestado en julio de 2019 bajo cargos federales de tráfico sexual de menores, fue hallado muerto semanas después en su celda del Centro Correccional Metropolitano de Manhattan. El nuevo material audiovisual publicado por el Departamento de Justicia, incluyendo imágenes de cámaras de seguridad, confirma que no se detectó presencia de terceros en la zona de su celda durante las horas previas a su fallecimiento. Las autoridades reiteran que se trató de un suicidio y que la revisión de los videos refuerza esa conclusión.
El príncipe Andrés, que en su momento fue interrogado por el FBI y se mantuvo alejado de Estados Unidos por temor a una posible imputación, aparece entre los principales beneficiarios del cierre del caso. En 2022, el duque de York alcanzó un acuerdo extrajudicial por varios millones de dólares con Virginia Giuffre, una de las principales víctimas de Epstein, aunque siempre negó las acusaciones de agresión sexual. La publicación de este nuevo informe despeja el camino para que Andrew retome ciertas actividades públicas, aunque su reputación permanece dañada.
El caso Epstein ha sido terreno fértil para teorías de conspiración, amplificadas por figuras de la extrema derecha en Estados Unidos y alentadas, en parte, por promesas incumplidas del entorno de Donald Trump. En febrero, la administración republicana distribuyó en la Casa Blanca carpetas con el título “Los expedientes de Epstein: Fase 1”, las cuales contenían información ya publicada, lo que generó decepción entre seguidores del ex presidente y críticas a la fiscal Bondi por fomentar expectativas sin fundamento.
Según el memorando, la mayoría del material recolectado por el FBI fue sellado por tribunales para proteger la identidad de las víctimas. El documento señala que incluso si Epstein hubiera ido a juicio, solo una fracción de esa evidencia habría sido utilizada públicamente. El Departamento de Justicia remarcó que su prioridad es combatir la explotación infantil y brindar justicia a las víctimas, no alimentar narrativas infundadas.
En paralelo, fuentes del equipo legal de las víctimas consultadas por la agencia Associated Press negaron haber tenido conocimiento de la existencia de grabaciones que involucraran a terceras personas o figuras públicas. Tampoco los fiscales que procesaron a Ghislaine Maxwell, la ex pareja y cómplice de Epstein, presentaron cargos por posesión de pornografía infantil, a pesar de que ese delito suele ser más fácil de probar que los relacionados con trata de personas.
En el Reino Unido, la noticia fue recibida con cautela. Andrés, quien protagonizó una desastrosa entrevista en 2019 con la BBC en la que trató de explicar su relación con Epstein, ha permanecido alejado de la vida pública desde entonces. Documentos judiciales recientes revelaron que mantuvo contacto con Epstein al menos hasta febrero de 2011, pese a haber declarado lo contrario.
Aunque el Departamento de Justicia afirmó haber revisado grabaciones de seguridad que muestran a Epstein con vida poco antes de su muerte, esas imágenes no han sido difundidas públicamente. Según el informe oficial, las cámaras del área común del pabellón donde estaba recluido no registraron el ingreso de ninguna otra persona en las horas previas al hallazgo del cuerpo. Para el FBI, esta evidencia respalda la conclusión de que Epstein se suicidó sin participación de terceros.
Con este cierre, las autoridades federales buscan poner fin a uno de los casos más controvertidos y ampliamente debatidos en torno al abuso de poder y la impunidad entre figuras influyentes de las últimas décadas. Pero la sombra de Epstein, su red de contactos y el manejo opaco del caso probablemente seguirán alimentando dudas entre quienes creen que la verdad completa aún permanece fuera del alcance público.