Entre las víctimas había dos pilotos de nacionalidad neerlandesa y una enfermera chilena. Murieron cuando la aeronave operada por Zeusch Aviation cayó en picado segundos después del despegue en Southend
El Reino Unido confirmó la muerte de cuatro personas que viajaban en el avión sanitario siniestrado cerca de Londres
Fuente: infobae.com
Cuatro personas murieron tras el accidente de un avión sanitario ocurrido el domingo en el aeropuerto de Southend, al este de Londres. Las autoridades británicas confirmaron que todos los ocupantes de la aeronave eran extranjeros y que el vuelo había completado una misión médica antes del siniestro.
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El aparato siniestrado es un Beechcraft B200 Super King Air de 12 metros de largo, matrícula PH-ZAZ, operado por la empresa neerlandesa Zeusch Aviation. El vuelo SUZ1 había aterrizado más temprano en Southend procedente de Pula, Croacia, tras una escala previa en Atenas, y se dirigía de regreso a Lelystad, Países Bajos.
Según informó la policía de Essex, los fallecidos serían dos pilotos neerlandeses y una enfermera chilena, de acuerdo a un documento que lista a los pasajeros. Aún se trabaja para la identificación oficial de los cuerpos.
“Podemos confirmar con tristeza que las cuatro personas a bordo del avión fallecieron. Todas eran extranjeras”, declaró en conferencia de prensa el jefe de la policía de Essex, Morgan Cronin. “Nuestros equipos forenses trabajan en paralelo con los investigadores de accidentes aéreos y la RAF para esclarecer las causas.”
El aeropuerto London Southend permanece cerrado y las aerolíneas han desviado o cancelado vuelos tras el accidente (Joe Giddens/AP)
El avión había despegado poco antes de las 16:00 del domingo desde la pista principal del aeropuerto de Southend-on-Sea, y, según múltiples testigos, alcanzó apenas unos 50 a 100 metros de altura antes de inclinarse violentamente hacia la izquierda, realizar un giro brusco en espiral —descrito como un “corkscrew”— y estrellarse de forma casi vertical. La nave explotó en una bola de fuego a pocos metros de la pista, dentro del perímetro aeroportuario.
“Fue como ver un sacacorchos que cae directo al suelo. Se elevó, giró a la izquierda de forma agresiva y se desplomó. La explosión fue inmediata”, relató Ben Guppy, testigo del siniestro, que observaba los despegues desde el quinto piso del Holiday Inn junto a su hija de 15 meses. “El avión estuvo en el aire apenas unos segundos.”
El impacto generó una columna de humo visible a más de 30 kilómetros de distancia. El calor de la explosión se sintió hasta en el Rochford Hundred Golf Club, ubicado junto al aeropuerto, donde se encontraban varios jugadores al momento del accidente. “Fue una ola de calor súbita, como si alguien hubiera abierto un horno”, describió un bartender del lugar, James Philpott, a la BBC.
La AAIB investiga las causas del accidente con un equipo multidisciplinario y trasladará los restos a Farnborough para análisis
La Rama de Investigación de Accidentes Aéreos (AAIB) desplegó un equipo multidisciplinario con especialistas en ingeniería, operaciones aéreas, factores humanos y análisis de datos. La portavoz del organismo, Lisa Fitzsimons, indicó que es “demasiado pronto para especular sobre las causas” del siniestro, pero confirmó que los restos serán trasladados al centro técnico de la AAIB en Farnborough, Hampshire, para análisis exhaustivo.
La Autoridad de Aviación Civil del Reino Unido estableció una zona de exclusión aérea alrededor del lugar del accidente para preservar la escena y facilitar las pericias.
El propietario del avión, según el diario De Telegraaf, es Con Zwinkels, empresario neerlandés del sector tecnológico y expiloto de Boeing 747 para la aerolínea Martinair. Zeusch Aviation confirmó en un comunicado que el SUZ1 “estaba involucrado en un accidente” y señaló que la compañía “coopera plenamente con las autoridades en la investigación”.
El avión despegó y cayó en picada tras un giro brusco, explotando cerca de la pista y generando una columna de humo visible a 30 km
El aeropuerto London Southend, que esperaba operar 22 vuelos el lunes (20 de easyJet y 2 de Eastern Airways), permanece cerrado hasta nuevo aviso. Las aerolíneas han derivado sus operaciones a terminales alternativas o cancelado los vuelos programados.
La ministra de Transporte británica, Heidi Alexander, calificó el hecho como “una tragedia” y afirmó estar “recibiendo actualizaciones constantes”. También se pronunciaron autoridades locales y legisladores como el parlamentario laborista David Burton–Sampson, quien pidió a la población “no acercarse al lugar y permitir que los equipos de emergencia realicen su trabajo”.