Elecciones 2025: Expertos advierten que candidatos repiten fórmulas antiguas para “calmar” la crisis sin resolverla


El diagnóstico común fue que Bolivia atraviesa una crisis multidimensional que va más allá de lo económico

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Foto archivo: Abi

 

Fuente: ANF / La Paz



 

Los programas de gobierno presentados por los candidatos a las elecciones generales del próximo 17 de agosto fueron duramente cuestionados por analistas políticos. Fabián Yaksic, exdiputado; Carlos Borth, exsenador; y, Raúl Prada, académico y exconstituyente, coincidieron en que las propuestas electorales son “calmantes” momentáneos que no abordan las causas estructurales de la crisis multidimensional que atraviesa el país.

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Para los expertos, los documentos registrados ante el Órgano Electoral Plurinacional (OEP) están lejos de constituir verdaderas hojas de ruta. “Son papeles que cumplen una formalidad burocrática, más que planteamientos reales de país”, denunció Fabián Yaksic. A su juicio, la disparidad entre programas de hasta 60 páginas y otros de apenas 12, con generalidades y «frases hechas», revela una profunda improvisación.

Carlos Borth agregó que existe una desconexión entre lo que los candidatos promocionan en campaña y lo que registran como propuestas. “Lo que vemos en televisión o redes sociales está hecho para el marketing, pero no tiene correlato con lo que formalmente se inscribe. Es una puesta en escena más que una propuesta coherente”, afirmó.

Uno de los puntos más críticos abordados fue la falta de visión a largo plazo. Raúl Prada calificó los programas como “respuestas de corto plazo” a síntomas como la escasez de carburantes, dólares y productos básicos. “No hay una mirada estratégica del país. Son calmantes para unos cuantos días, pero no curan nada”, dijo con ironía.

Los analistas hicieron las declaraciones en el panel del programa Homopolíticus, de TV Universitaria.

Yaksic fue aún más duro al calificar muchas ofertas como “demagógicas y espectaculares”, hechas para manipular al electorado. “Creen que la gente es estúpida, que pueden prometer que el litio ya se ha vendido o que los precios de la gasolina se fijan con decreto. Es un cinismo brutal”, señaló, denunciando la falta de seriedad en la contienda.

El diagnóstico común fue que Bolivia atraviesa una crisis multidimensional que va más allá de lo económico. Prada habló de un «derrumbe ético y moral», una degradación institucional que se suma a la crisis ideológica, ecológica y política. “No hay propuesta que ataque esta complejidad. Solo se parchan huecos”, lamentó.

Yaksic, por su parte, vinculó esta precariedad en las propuestas con el agotamiento del modelo económico del MAS. “Su llamada revolución democrática y cultural ha llegado a un ocaso. Lo que queda es desesperanza y anomia”, aseguró.

 

El modelo económico también fue motivo de crítica estructural. Prada denunció que tanto el neoliberalismo previo como el populismo del MAS han reproducido el mismo “modelo colonial extractivista”. “No hay un modelo nuevo. Seguimos siendo una economía dependiente que exporta materias primas. Lo demás es puro relato”, afirmó.

En ese marco, la figura del presidente argentino Javier Milei fue traída a colación como advertencia. Prada calificó al mandatario como un “personaje bizarro y anacrónico”, producto del desgaste del populismo, y denunció que algunos candidatos bolivianos lo están imitando sin comprender su contexto. “Es una impostura que pone en riesgo la estabilidad de Sudamérica”, advirtió.

El analista fue más allá al señalar que estos imitadores repiten incluso las groserías del argentino. “Eso ya es una caricatura. No entienden que Milei no es una propuesta, sino un síntoma”, dijo. A su juicio, introducir ese tipo de discurso en Bolivia sería distorsionar peligrosamente el escenario político regional.

Carlos Borth complementó esta idea afirmando que la contienda electoral se ha convertido en una “batalla de narrativas, no de ideas”. En su opinión, los políticos apelan a emociones y eslóganes, dejando de lado las soluciones técnicas. “Hablar de un modelo ecológico no sirve si la gente no puede comprar arroz o conseguir diésel”, explicó.

Sin embargo, Borth y Yaksic coincidieron en que la mayoría de la población busca un cambio. “La gente quiere sacar al MAS del poder, aunque no necesariamente sabe con qué reemplazarlo”, dijo Yaksic. Señaló que cerca del 70% del electorado quiere una alternativa, pero no ve opciones claras.

Este vacío puede llevar, según Yaksic, a una frustración profunda y a un eventual régimen de transición. Borth subrayó que, incluso si el próximo presidente gana con apenas el 30 o 32% de los votos, lo importante es iniciar un nuevo ciclo democrático. “El objetivo inmediato es que los responsables de esta crisis se vayan”, sostuvo.

En cuanto a las respuestas económicas concretas, los expertos identificaron dos posturas: ajustar el modelo vigente, como propone Andrónico Rodríguez, o cambiarlo por un enfoque más liberal, como sugieren Samuel Doria Medina, Tuto Quiroga o Manfred Reyes Villa. “Es una disputa entre ajustes y rupturas, pero ambas siguen siendo superficiales”, opinó Borth.

 

Uno de los ejemplos más citados fue el modelo de explotación del litio. Borth denunció que se copió el esquema chileno sin considerar las diferencias geográficas. “Uyuni tiene más lluvias que el desierto de Atacama. La evaporación solar no funciona igual. Además, requiere grandes cantidades de agua dulce, que no tenemos”, explicó.

A pesar de tratarse de un tema estratégico, los expertos observaron que los programas no contemplan estudios técnicos serios. Yaksic insistió en que estas promesas solo sirven para el show mediático. “Venden el litio como si ya fuera una realidad, pero no hay ni condiciones ni viabilidad económica”, aseveró.

Además del litio, Prada criticó la falta de propuestas sobre temas como la ampliación de la frontera agrícola, la explotación minera y las regalías ínfimas que pagan las cooperativas. “Están en silencio sobre temas clave. Eso es peligroso”, advirtió.

El analista alertó también que Bolivia enfrenta un “peligro existencial”, con riesgo de colapso económico y un horizonte sin soluciones.

“El país necesita prepararse para lo peor. Si seguimos con esta ceguera, podríamos vernos inmersos en conflictos mayores, incluso armados”, alertó Prada. A su juicio, los programas actuales niegan esta posibilidad y, por lo tanto, son inútiles.

En ese sentido, los tres analistas coincidieron en que las elecciones son una oportunidad crucial, pero también un riesgo. Si no se introducen ideas nuevas y se mantiene el actual nivel de improvisación, la democracia podría salir debilitada, no fortalecida.

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