El analista en temas mineros, Héctor Córdova, indicó que el litio atraviesa una situación delicada porque la cotización actual es muy baja y hay que analizar los costos de operación para ver si habrá utilidad.
Por Marco Antonio Belmonte
Fuente: Visión 360
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El precio de la tonelada de carbonato de litio, grado batería, este lunes se situaba en 7.704,1 dólares en la Bolsa de Metales de Shanghái. Expertos advierten que a Bolivia no le conviene firmar contratos y que es mejor esperar si los valores mejoran y realizar una auditoría a todo el proceso de explotación de este recurso.
El viernes, tras una maratónica y bochornosa sesión hasta la madrugada, la Cámara de Diputados suspendió el tratamiento de los contratos de litio con el consorcio chino Hong Kong CBC, al que se oponen legisladores y cívicos de Potosí y muchos otros sectores. Sin embargo, el Gobierno insiste en su tratamiento y aprobación.
El analista en temas mineros, Héctor Córdova, indicó que el litio atraviesa una situación delicada porque la cotización hoy es muy baja y hay que analizar los costos de operación para ver si el proyecto que pretende encarar Bolivia, con empresas de China y Rusia, tendrá utilidad o no.
Las proyecciones financieras de Yacimientos de Litio Bolivianos (YLB) están sobredimensionadas, ya que la cotización actual del carbonato de litio grado batería, está por debajo de los ocho mil dólares, cuando en 2022 se había disparado a 70 mil y 80 mil dólares. “Si la cotización es ocho mil dólares, no es rentable el proyecto con la empresa china, entonces para que meterse en un lio donde el país quedará endeudado, ya que, por la inversión de 1030 millones de dólares, se deberá devolver”, puntualizó.
Se trata dijo, de un crédito que el país, tendrá que devolver intereses cuya tasa saldrá de una consulta con tres bancos, pero si la calificación de riesgo del país es baja y la tecnología de extracción directa no está probada, esto puede llegar a 22% o 200 millones de dólares anuales que tendrá que devolver Bolivia por año. Además, Bolivia deberá pagarle a CBC por uso de tecnología.
Para Córdova, se debería esperar y no firmar los contratos con apuro y si más adelante se observa que el precio del carbonato de litio mejora y hay mejores perspectivas, recién seguir adelante con el proyecto.
“Hay que leer muy bien lo que pasa con litio a futuro, si vemos que hay perspectivas de alza del precio, encaramos el proyecto, pero si no crece la demanda y la oferta se mantiene o sigue creciendo por el ingreso de competidores grandes, no tiene sentido. Hay que hacer lectura de contexto antes de lanzarse con un crédito de dos mil millones con el proyecto con China y Rusia, no vamos a poder pagar”, advirtió.
El experto señaló que, actualmente, Bolivia cuenta con una planta industrial con capacidad para procesar 15 mil toneladas de carbonato de litio y se debe tratar de completar las piscinas de evaporación que se construyeron hace varios años.
Hacia adelante también se debe analizar si Bolivia avanzará en la industrialización y producir baterías de litio o simplemente materia prima y, a partir de eso, evaluar y modificar el marco normativo, y realizar invitaciones para asociarse con empresas privadas desde la extracción de salmuera.
José Carlos Solón, investigador de la Fundación Solón, sostuvo que quedan menos de 43 días para las elecciones generales y al borde de la finalización de la gestión del presidente Luis Arce, no se puede asumir un compromiso tan grande con la firma de los contratos de litio.
Además, dijo que los documentos y convenios suscritos con empresas rusas y de China, no fueron transparentes desde su firma, hay cláusulas de confidencialidad y se desconocen los compromisos.
Por otra parte, dijo que el país, antes de encarar la nueva tecnología de Extracción Directa de Litio (EDL), gastó 885 millones de dólares en un proceso de industrialización con la técnica de evaporación, que no dio resultados.
“Faltó transparencia en todo el proceso. Por eso es que antes de reencaminar el proceso, lo primero que se debe hacer es transparentar la información y estudios que se han hecho, qué se hizo en 14 años”, puntualizó.
Por eso es que toca, de acuerdo con Solón, realizar auditorías que permitan mostrar cuánto, dónde y cómo se gastó en el litio, que falló, quiénes son los responsables, cuáles son las actas de negociación de YLB con las empresas china y rusa, qué paso con las piscinas de evaporación. Todo esto debería hacerse en la transición al nuevo Gobierno este año”, remarcó.
Según el experto, sólo a partir de esto se podrá avanzar en los pasos siguientes que deberá dar el país para seguir con la industrialización del litio y evaluar el tipo de contratos que se necesitan para este fin.