Expertos y operadores advirtieron a Forbes que la acumulación de basura afecta rutas menos conocidas, donde la falta de controles y el aumento del senderismo agravan la crisis ambiental en Nepal.
Cada escalador del Everest debe bajar al menos 8 kilos de basura para recuperar un depósito de USD 4.000 (AP Foto/Kunga Sherpa)
Fuente: infobae.com
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Las imágenes de basura amontonada en las laderas del Monte Everest vuelven a circular cada temporada de escalada. En redes sociales y medios internacionales, el pico más alto del mundo se presenta como un ejemplo de turismo desbordado y sin control.
Sin embargo, operadores de expediciones en Nepal y expertos en turismo de alta montaña sostienen que ese enfoque es incompleto. El verdadero problema, afirman, no está solo en el Everest, sino en las rutas menos visibilizadas del Himalaya.
“Las expediciones de montañismo, especialmente al Monte Everest, han mejorado significativamente en los últimos años”, declaró Roland Hunter, director general de The Mountain Company, en una entrevista por correo electrónico con Forbes.
Según el empresario, que reside en Nepal entre cuatro y cinco meses al año, el campamento base está actualmente limpio debido a un mayor control de las autoridades locales. Las normas vigentes y los mecanismos de seguimiento aplicados en el Everest no siempre se replican en otras regiones del país.
Más control en el Everest, más desechos en otras rutas
Desde 2013, Nepal exige que cada escalador retire al menos 8 kilos de basura de la montaña como condición para recuperar el depósito de USD 4.000 entregado al Comité de Control de la Contaminación de Sagarmatha.
Además, el gobierno asigna un oficial de enlace por expedición que debe certificar que el campamento base fue limpiado antes de autorizar reembolsos. Estas medidas redujeron de forma significativa el volumen de residuos abandonados en la zona.
Las autoridades de Nepal obligan a los escaladores a retirar residuos y supervisar que el campamento base quede completamente limpio (Peak Promotion vía AP)
No obstante, la acumulación de basura persiste en otras áreas. “Organizamos grupos de trekking a muchos de estos campamentos base, como el de Dhaulagiri (séptima montaña más alta del mundo), y son mucho más sucios y tienen más basura que el campamento base del Everest”, aseguró Hunter.
Los campamentos ubicados entre los 7.000 y 8.000 metros suelen recibir menos atención tanto de las autoridades como de la prensa internacional. A esto se suma que el senderismo moviliza a más personas que el montañismo y abarca una superficie mucho mayor.
Hunter también advirtió que muchos operadores de trekking promocionan prácticas sostenibles sin cumplirlas. “En los sitios web de la mayoría de los operadores se indica que son ecológicos y sostenibles, aunque en la práctica hemos comprobado que no suele ser así”, señaló a Forbes.
Desechos humanos: un riesgo ambiental creciente
Además de la basura convencional, los residuos humanos representan un problema estructural en las zonas de gran altitud. En un entorno donde las temperaturas impiden la descomposición natural, esos desechos pueden permanecer durante meses y filtrarse en fuentes de agua utilizadas por las comunidades locales.
“Si no se manejan correctamente, los desechos humanos pueden quedarse durante meses en la montaña y terminar filtrándose en las fuentes de agua que utilizan tanto las comunidades como los ecosistemas locales”, explicó Gavin Bate, fundador de Adventure Alternative.
Los desechos humanos en alta montaña representan un riesgo ambiental para comunidades y ecosistemas locales (Captura de video: YouTube)
Actualmente, los desechos generados en el Everest se colocan en bolsas WAG que son transportadas en barriles por animales de carga hasta Gorakshep, donde se realiza su eliminación. Un proyecto de digestor de biogás busca mejorar el tratamiento, pero aún necesita una inversión de USD 650.000 para concretarse.
Nuevas reglas para escalar y propuestas para viajar mejor
Ante la presión ambiental y el crecimiento del turismo, el gobierno de Nepal presentó en abril un proyecto de ley con las normas más estrictas para escalar el Everest en casi tres décadas. Aunque todavía no fue aprobado, muchas de sus disposiciones ya comenzaron a aplicarse.
A partir de esta temporada, solo podrán solicitar un permiso para escalar el Everest quienes ya hayan hecho cumbre en al menos una montaña de 7.000 metros en Nepal. Además, queda prohibido realizar expediciones en solitario a cualquier pico que supere los 8.000 metros.
Además, a partir del 1 de septiembre de 2025, el costo del permiso para el Everest aumentará un 36%, pasando de USD 11.000 a USD 15.000.
Nepal implementa nuevas reglas y aumentó el costo del permiso para escalar el Everest desde septiembre de 2025 (REUTERS/Navesh Chitrakar)
Por otra parte, algunos operadores turísticos promueven cambios en la forma de viajar. “No se trata de impedir que la gente venga, sino de asegurar que aprovechen bien su tiempo en Nepal”, indicó Fathom Stead, gerente de producto de Explore Worldwide.
La empresa propone itinerarios diseñados íntegramente por tierra, lo que permite reducir las emisiones, aclimatarse mejor y generar un impacto económico directo en las comunidades locales.
La especialista en viajes de aventura Shalmali Rao Paterson, de Wild Frontiers, recomendó elegir alojamientos familiares, apoyar negocios tradicionales y participar en experiencias locales como clases de cocina o caminatas culturales. También destacó la importancia de tomar decisiones informadas.
Según Forbes, el manejo del turismo en Nepal está en plena transformación. Las regulaciones oficiales se combinan con nuevas propuestas de operadores y llamados a la responsabilidad de los viajeros. Mientras tanto, las laderas del Himalaya continúan recibiendo miles de visitantes cada año, en medio de tensiones crecientes entre sostenibilidad, economía y conservación.