La delegación ucraniana estará encabezada por Rustem Umérov y buscará acuerdos humanitarios, como la liberación de prisioneros y el retorno de menores trasladados a territorio ruso
Negociaciones en Estambul: Ucrania y Rusia vuelven a la mesa de diálogo bajo la presión de EEUU para lograr una tregua (REUTERS/Cagla Gurdogan)
Fuente: infobae.com
Ucrania y Rusia podrían retomar este miércoles en Estambul las negociaciones para alcanzar un posible alto el fuego, en lo que sería la primera reunión entre ambas delegaciones en más de siete semanas. Pese a la confirmación de Ucrania sobre su participación, el Kremlin no ha garantizado aún oficialmente su presencia y ya advirtió que no deben esperarse “milagrosos avances”.
La cita se produce en medio de crecientes presiones internacionales, en particular de Estados Unidos, cuyo presidente, Donald Trump, dio recientemente a Moscú un plazo de 50 días para alcanzar un acuerdo de paz o enfrentar nuevas sanciones. El conflicto, que se extiende desde la invasión rusa de febrero de 2022, ha dejado decenas de miles de muertos y destruido zonas enteras del este y sur de Ucrania.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky, confirmó que la delegación de Kiev será encabezada por Rustem Umérov, ex ministro de Defensa y actual secretario del Consejo de Seguridad Nacional.
“He ordenado formar la delegación para las negociaciones con la parte rusa. Encabeza la delegación Rustem Umérov”, escribió Zelensky en su canal de Telegram. También integrarán la comitiva representantes del Ministerio de Asuntos Exteriores, de inteligencia y de la Oficina del Presidente.
El presidente ucraniano, Volodimir Zelensky (REUTERS)
Umérov ya lideró las dos rondas anteriores, celebradas también en Estambul, el 15 de mayo y el 2 de junio. En esos encuentros, las partes lograron acordar intercambios de prisioneros y presentaron sus respectivas condiciones iniciales para un eventual acuerdo, aunque ambos borradores fueron calificados por Moscú como “diametralmente opuestos”.
Ucrania busca avanzar esta vez en temas humanitarios concretos, como la liberación de todos sus ciudadanos cautivos en territorio ruso y el retorno de menores ucranianos trasladados por la fuerza, según reiteró Zelensky. Otro objetivo es preparar un eventual encuentro directo entre él y el presidente ruso, Vladímir Putin, algo que no ocurre desde 2019. No obstante, el Kremlin ya ha indicado que será necesario “mucho trabajo” antes de considerar una reunión bilateral entre ambos mandatarios.
En paralelo, Rusia ha intensificado en las últimas semanas sus ataques sobre varias ciudades ucranianas y ha reivindicado avances militares en distintos sectores del frente. Este repunte de la ofensiva añade tensión al proceso diplomático, que sigue condicionado por la imposibilidad de resolver el desacuerdo territorial.
Moscú insiste en que cualquier acuerdo deberá reconocer su control sobre las cuatro regiones ucranianas que declaró anexadas en septiembre de 2022, además de Crimea, ocupada desde 2014. Kiev ha rechazado de plano esa condición y sostiene que no aceptará ningún tipo de negociación territorial mientras continúe la ocupación. “No habrá cesión ni reconocimiento de lo ilegal”, ha sido la posición reiterada por funcionarios ucranianos en las últimas semanas.
Vladímir Medinski, asesor del Kremlin (REUTERS)
Por la parte rusa, se espera que la delegación vuelva a estar encabezada por Vladímir Medinski, asesor del Kremlin y responsable de las dos rondas anteriores. Medinski es considerado por Kiev como una figura con escasa autonomía política, lo que ha generado dudas sobre la seriedad de las negociaciones.
Turquía, que actúa como país anfitrión, ha pedido a ambas partes que “no cierren la puerta al diálogo”, según declaró recientemente su presidente, Recep Tayyip Erdoğan. Ankara ha promovido desde el inicio del conflicto diversos canales de mediación, aunque sin resultados sostenibles hasta ahora.
La reunión de este miércoles marca un nuevo intento diplomático en un escenario estancado, donde las posiciones centrales de ambos gobiernos permanecen irreconciliables y las condiciones sobre el terreno siguen evolucionando de forma violenta.