El equipo refinero atraviesa una racha irregular, marcada no solo por los resultados, sino también por las expulsiones. En sus últimos cinco compromisos sufrió cuatro rojas que lo complicaron en momentos clave de cada encuentro.
Fuente: El Deber
Oriente Petrolero vive semanas irregulares dentro y fuera de la cancha. En sus últimos cinco partidos, el equipo cruceño apenas logró una victoria, mientras que acumuló cuatro expulsiones que condicionaron sus rendimientos. Una situación que preocupa tanto a la hinchada como al cuerpo técnico, que intenta sostener al equipo en una doble competencia nacional.
La seguidilla comenzó con la dura derrota por 5-1 frente a GV San José en Oruro, correspondiente a la fecha 13 del torneo “todos contra todos”. En ese partido, el paraguayo Ronald Acuña vio la tarjeta roja y, tras el incidente, dejó de formar parte del club. La crisis de disciplina se volvió más evidente en la siguiente jornada: empate 3-3 ante ABB en Santa Cruz y expulsión de Franz González, quien más tarde sufriría una grave lesión.
La única alegría reciente llegó en el marco de la Copa Bolivia, cuando Oriente venció 2-1 a Guabirá. Sin embargo, la victoria fue empañada por la rotura de ligamentos de Franz González y una nueva expulsión, esta vez del argentino Ricardo Centurión. Luego, en la fecha 15 del torneo largo, el refinero cayó 1-0 ante Bolívar en La Paz sin expulsados.
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Este sábado, Oriente volvió a tropezar: cayó por la mínima (1-0) frente a Independiente en Sucre por la sexta fecha de la Copa Bolivia. Y una vez más, sufrió una baja por expulsión. Pablo Vaca fue el protagonista negativo tras ver la tarjeta roja y dejar al equipo con diez hombres.
Con Gualberto Mojica como director técnico, Oriente ha disputado 16 partidos oficiales en la temporada, de los cuales ganó 7, empató 5 y perdió 4. En la tabla del torneo “todos contra todos” marcha en el décimo puesto con 16 unidades y por ahora fuera de la zona de clasificación a torneos internacionales. No obstante, en la Copa Bolivia lidera su grupo con 11 puntos, pero la indisciplina amenaza con pasar factura en ambos frentes.