Pensamiento y proclamas liberales y masistas



“Bolivia no necesita a una persona “salvadora”, sino una “receta de salvación”, traducida en un equipo que aplique las medidas necesarias para poder restablecer nuevamente la economía nacional”. Jaime Dunn.

El individuo y la sociedad buscan lograr el bien común, que es aquello construido por y para beneficio de todos los miembros de una comunidad. Esto, en sentido general y no sólo físico o económico, abarca también el conjunto de las condiciones de vida social con las cuales los seres humanos, las familias y la sociedad pueden lograr con mayor plenitud y facilidad su propio concepto del buen vivir.
Las personas con pensamiento liberal creen en el derecho a la vida, la propiedad privada, en la seguridad jurídica y el derecho de las personas e individuos de buscar su proyecto de vida. Consideran que el Estado debe dejar vivir libre al ciudadano y no ser un obstáculo. Contemplan que la igualdad ante la ley, la justicia independiente y la seguridad jurídica, dan lugar a la formación de la propiedad privada y estos son los elementos básicos para la generación de riquezas.

Los emprendedores y no los burócratas son los que pueden crear soluciones prácticas a las necesidades de la comunidad. La generación de riqueza no viene del Estado, se da solo cuando los individuos pueden, en libertad, ser creativos, innovar y así pueden solucionar los problemas de la comunidad ofertando productos y servicios.



El inventor del celular, del software; el que hace pan todas las mañanas; el restaurante que ofrece un servicio; ese gremialista; ese informal que está importando productos porque hay una alta demanda en el país, todos están en la cadena de creación de la riqueza.
En libertad y con buenas iniciativas, todos ellos están trabajando para resolver problemas de la sociedad y a cambio de la solución a esos problemas, es que se genera la riqueza y se produce el valor.

Con el “Proceso de cambio” del masismo trasciende la propiedad privada capitalista hacia al “derecho de uso” Evista. Para el MAS no existe el derecho a la propiedad privada, pero ellos se arrogan para sí mismos el derecho ilimitado a su uso. El Gran Jefe no tiene propiedad privada, no la necesita, él tiene el derecho al uso de todo, de todos y de todas.

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Las comunidades, los Sindicatos en reciprocidad y como símbolos de su amor proveen al Jefazo de todo lo que ellos adivinan, que él siente y desea. Cholitas de trece, recibimientos apoteósicos, partidos de futbol que él gana, viajes donde sus compinches Castrochavistas, museos para su ego, palacios. También eliminan todo lo que le molesta y estorba. Sus bases bloquean y sus jueces y fiscales eliminan esas plagas liberales molestas, que no reconocen su grandeza y magnanimidad.

El Estado Profundo. Los Gobiernos populistas y centralistas que desde siempre han gobernado el país, generaron una burocracia inamovible. Esta burocracia es el gobierno permanente, aquel que no cambia de una elección a la siguiente, la que sigue gobernando con independencia del nuevo gobernante electo. Estos funcionarios públicos permanecen y están repartidos en toda la estructura de la administración, desde el portero hasta los secretarios. Con el cambio de Gobierno salen los Ministros y Secretarios y queda el Gobierno permanente, que también llaman de Estado Profundo.

Ahora estamos a pocos días de las Elecciones Nacionales y es la gran oportunidad para los ciudadanos que tienen una perspectiva democrática y liberal, el cambiar el país para mejor, salvándolo de la debacle masista.
El desafío del próximo gobierno democrático es cambiar el modelo económico y político masista y construir un Estado democrático liberal y con una meritocracia que administre la cosa pública.

Los Partidos políticos ahora compiten por la presidencia y aquel candidato que tenga la mayor votación debe ser reconocido por los otros. Luego, compatibilizando sus propuestas liberales, necesitan elaborar un plan único de salvación nacional y con la gente más idónea formar un equipo para dar solución a la gran crisis económica, productiva, ideológica y moral que tiene el país.