El tiempo se agota y Andrónico sigue cayendo en las encuestas por su falta de solidez y su incapacidad para atraer el voto de Morales, que solo se moverá si él lo señala
Fuente: El País.bo
El desprecio profesado en las últimas semanas hacia quién fuera el alumno aventajado del evismo, Andrónico Rodríguez, ha desconcertado incluso a los tradicionales aliados internacionales que nunca entraron muy al fondo de lo que era el MAS y que no están siendo capaces de gestionar su implosión actual con cierta lógica, porque, probablemente no la tiene.
¿Quién es el bueno?, se preguntan con asiduidad al otro lado del océano, en México o en Argentina para simplificar un conflicto que es más de forma que de fondo y en el que dependiendo de las categorías de análisis y el punto temporal que se escoja como origen del conflicto, los resultados son diferentes.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas
Dejando al margen a Johnny Fernández, cuyo populismo es genuino, pero tiene un origen diferente al del MAS, se reconocen cuatro vertientes matizadas pero con su propia justificación: Evo Morales apela a “la verdad auténtica” del proceso; Eduardo del Castillo reivindica “el camino correcto”, Eva Copa la “reparación histórica” y Andrónico Rodríguez “la renovación necesaria”.
Morales considera que todos le han traicionado; Del Castillo que el gobierno con Arce hubiera sido bueno si Morales no lo hubiera boicoteado; Eva Copa que el proceso no se hubiera descarriado si Evo Morales no hubiera insistido en postular en 2019 y Rodríguez simplemente cree que el momento de renovar es ahora y que no hay que darle muchas más vueltas al pasado, sino “unir para ganar”.
Morales tiene una fuerza histórica entre sus bases, pero cuenta con un altísimo rechazo del resto que le impide cazar más votos de los que ya tiene; Del Castillo cuenta con el enorme rechazo del gobierno de Arce y la pesada carga de la crisis; Eva Copa ha sufrido un desgaste impropio durante la gestión y su motivo original ha quedado en la nebulosa y Rodríguez seguía siendo una incógnita hasta antes de ayer, cuando dejó de ser el “protegido del proceso” y pasó a volar solo.
El rol de Morales
La candidatura de Eduardo del Castillo y Eva Copa se construyen sobre el rechazo a Evo Morales, por lo tanto es lógico que Morales los defenestre. Que además no logren subir en las encuestas evidencia el fiasco de la apuesta: la base votante histórica del MAS no cree que el problema real sea Evo Morales o que se pueda construir un proceso diferente sin él. Es verdad que Eva Copa ha sufrido un desgaste grande en su gestión por asuntos que no son de la propia gestión, sino que le han atacado sobre todo por su condición de mujer, mientras que Del Castillo ha tenido “momentos de gloria” por su enfrentamiento directo con Morales… pero no precisamente por el apoyo de la gente del MAS, sino por los que nunca le votarían. Ninguno de los dos tiene la capacidad de llamar a la unidad y menos de liderarla, y aunque intentan un relato alternativo, no tiene tirón. Ayer mismo Evo Morales volvió a fustigarlos.
La estrategia de Andrónico parecía más sólida al principio. Desde septiembre de 2024 su nombre – que siempre estuvo en la lista de sucesores – empezó a sonar como candidato definitivo, pero Morales y sus bases lo rechazaron continuamente. Andrónico se mantuvo leal negando todos los rumores hasta fin de año, cuando apareció bailando en la fiesta de aniversario del MAS con Evo Morales. En enero empezó con las críticas veladas, que eran muy explícitas, pero también, al parecer, poco genuinas. Pedía cancha libre y Morales nunca se la dio, hasta que en marzo se desligó de Morales y se lanzó como candidato del bloque más garcialinerista del MAS, que en la sombra, aunque insista en negarlo, sigue moviendo los hilos.
Probablemente fue una afrenta y probablemente podía haberlo hecho de otra manera, pero en algún momento Andrónico y su círculo decidió que ya no había margen para convencer a Morales de que lo nombrara sucesor por las buenas y lo intentaron por las malas.
¿Cuál es el plan?
Después de tantos años en política, a nadie le pudo sorprender la reacción de Morales a la irrupción de Andrónico y al respaldo poco velado de su excompañero de fórmula. No podía ser otra.
Hubo teorías más o menos sólidas sobre el plan en los diferentes momentos: en el evismo todos sabían que iban a encontrar dificultades para candidatear tanto si iba Luis Arce como si no, pues en la oposición también estaban dispuestos a jugar todas las cartas. Ni Evo ni Andrónico tenían sigla y podía pasar por una división concertada en la que al menos uno quedara vivo, y en ese momento llamar a la reconciliación.
Efectivamente pasó, y de hecho hubo unas semanas que ninguno tuvo sigla hasta que Andrónico fue indultado – cuando no – por el TCP. Tal vez el indulto aun pueda ser revisable y entonces, resultaría “prudente” la posición de Morales de escenificar el quiebre. Pero se quedan sin tiempo y el mensaje del no a Andrónico se sigue distribuyendo y fijando.
El evismo insiste en la necesidad de que Morales participe, pero aquello se ve cada vez más inviable: no tiene sigla ni espacio en ninguna otra fórmula salvo terremoto en alguna de las otras tres siglas desgranadas del proceso, pues tampoco podría reemplazar a un renunciante, solo a un inhabilitado, y los plazos apuran.
Ocupar la vicepresidencia de UCS con alguno de sus acólitos – se habla incluso de su hija Evaliz – y pedir el voto para Johnny Fernández parece lo más sencillo si se olvida que Johnny hasta hace nada era señalado como aliado encubierto de Luis Arce.
Morales y el evismo ya han fracasado varias veces en el plan de paralizar el país o hacer estallar la violencia y tampoco parece probable que quiera jugarse la carta de pedir el voto nulo para poner en figurillas la legitimidad del próximo gobierno.
El problema de Andrónico
El problema ahora es de Andrónico, que no ha logrado convencer a Morales y que en su exposición pública, temeroso de decir algo que le incomode a su mentor, sigue cometiendo errores y cayendo en picado.
Hoy por hoy su única forma de repuntar vuelve a ser la de que Morales le endose su voto, que incluso pueda ser sufici9ente en primera vuelta si se mantiene la dispersión opositora y sus mensajes contradictorios. Ahora, ganar con voto endosado lo convertirá de nuevo en rehén, más debiendo purgar tantas afrentas.
Sea cómo sea, el tiempo se agota y Morales no parece tener prisa en desvelar su estrategia, está cómodo siendo el “elefante en la habitación” y también en su papel de Nerón. EL proceso, al parecer, ya no es lo más importante.
Fuente: El País.bo