En apenas dos semanas y media, se reportaron cinco muertes; un padre y su hijo el 15 de julio, un joven acusado de robo de autos el 12 de julio y dos amigos linchados el 27 de junio.
Fuente: Opinión
El Trópico enfrentó una ola de violencia: en dos semanas y media se cometieron cinco asesinatos. En ese periodo —y en realidad desde el 6 de junio— la Policía no tuvo presencia en la zona, ya que se replegó por amenazas atribuidas a afines a Evo Morales, según el Gobierno. Recién este viernes, tras 41 días, los efectivos retornaron al lugar.
El hecho más reciente que sacudió la región fue un doble asesinato ocurrido el 15 de julio, alrededor de las 07:00, en la comunidad de Majo Pampa, municipio de Shinahota. Luciano T.C., su esposa Severina S.T. y su hijo Alberth T.S. fueron atacados a tiros mientras cosechaban hoja de coca en su chaco.
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Dos hombres bajaron de un vehículo gris oscuro y abrieron fuego: cuatro disparos impactaron en el padre, tres en el hijo y uno en la mujer. Los dos primeros murieron; ella fue trasladada al Hospital de Villa Tunari. Se supo que los esposos, ambos de 48 años, y su hijo, de 34, intentaron refugiarse en una choza, pero los atacantes los alcanzaron y dispararon. En el lugar, los investigadores recolectaron ocho vainas calibre nueve milímetros y una bota blanca con aparentes manchas de sangre. Alberth murió en el chaco; su padre, durante el traslado a un centro de salud.
Un testigo, que trabajaba como peón para la familia, contó que se acercó al lugar tras escuchar los disparos. Según su relato, Severina le pidió que auxiliara a su hijo, pero luego le pidió que siguiera a los atacantes, quienes escaparon en un vehículo Noah gris. Más tarde, circularon imágenes del motorizado calcinado. Se presume que pobladores lo incendiaron, presuntamente como reacción de rabia. El caso podría estar relacionado al narcotráfico, ya que, según el director de la Fuerza Especial de Lucha Contra el Crimen (FELCC) de Cochabamba, Vanderley Flores, tanto Luciano como Severina tenían antecedentes por delitos vinculados al narcotráfico: él en 2004 y 2013, y ella en 2019.
La Fiscalía informó hace unos días que inició la investigación de oficio.
Tres días antes del doble asesinato, se reportó otro crimen. El 12 de julio, en Ivirgarzama, municipio de Puerto Villarroel, Richard Virreira G. fue hallado muerto, atado de pies y manos, cerca de un río. A solo dos metros estaba su camioneta calcinada. Acusado de robo de vehículos, habría sido linchado por una turba. Tenía 24 años y, según la Policía, antecedentes por robo agravado y violencia intrafamiliar.
El caso salió a la luz la mañana del sábado 12 de julio, cuando funcionarios municipales de Puerto Villarroel, alertados por vecinos, denunciaron el hallazgo ante la Fiscalía. Esta envió a su equipo para levantar el cadáver y procesar la escena, donde también encontraron la camioneta calcinada.
El director de la FELCC de Cochabamba, Vanderley Flores, informó que colectaron varias evidencias, entre ellas una placa de un vehículo registrado en Santa Cruz y sogas quemadas. También inspeccionaron el chasis de la camioneta calcinada en la que Richard se desplazaba antes de ser interceptado por la turba. El chasis no figura en el registro, por lo que se presume que el vehículo era indocumentado.
Por las características de la camioneta, la Policía determinó que estuvo involucrada en un hecho ocurrido el 13 de mayo en Shinahota, cuando Richard compartía bebidas alcohólicas con dos mujeres. En ese momento, apareció un vehículo Noah azul y, al notar que alguien los grababa con un celular, realizó un disparo con un arma de fuego.
Fuente: Opinión