En una noche emotiva e inolvidable, Wilstermann rompió una larga racha de 14 partidos sin ganar y venció 1-2 a Bolívar en el estadio Hernando Siles. Los aviadores remontaron con garra y carácter ante una academia dominante, pero sin contundencia.
Fuente: El Deber
Cuando menos se lo esperaba, Wilstermann renació. En la altura de La Paz, en el templo celeste, el equipo cochabambino logró un triunfo histórico y heroico. Derrotó 1-2 a Bolívar por la sexta fecha de la Copa Bolivia, y lo hizo con coraje, orgullo y una dosis de buen fútbol cuando más lo necesitaba. Después de 14 partidos sin victorias, el rojo volvió a sonreír.
El dominio fue celeste desde el primer minuto. Bolívar impuso condiciones, manejó la pelota y acorraló a su rival, aunque nunca tuvo claridad al pisar el área. John Velásquez fue uno de los jugadores más desequilibrantes del equipo dirigido por Flavio Robatto, que llegó al compromiso con cuatro bajas sensibles: Leonel Justiniano, Damián Batallini, Ignacio Gariglio y Jesús Sagredo.
Pese a esas ausencias, la academia mostró su habitual potencia ofensiva. Daniel Cataño asumió el rol de conductor, movió los hilos desde el medio, aunque no con la brillantez de otras jornadas. Aun así, generó juego y dio dirección a un Bolívar que parecía tener el partido bajo control.
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La apertura del marcador llegó a los 37’. Fue obra de una jugada colectiva que inició Velásquez con una explosiva corrida por derecha. El colombiano lanzó una asistencia precisa para Martín Cauteruccio, quien con clase se dio media vuelta y sacó un derechazo cruzado que venció a Lucas Salinas. El Siles festejaba el 1-0.
El gol de Cauteruccio, que venía de brillar en la Sudamericana, parecía encaminar una noche cómoda para Bolívar. Sin embargo, Wilstermann tenía otros planes. En el segundo tiempo, con el marcador en contra, sacó la casta y mostró que, a pesar de los problemas institucionales, aún tiene corazón.
A los 70’, Alex Cáceres desbordó por izquierda, se sacó a su marcador y mandó un centro venenoso que cruzó todo el área. Robson apareció desde el segundo palo para conectar un zapatazo inatajable que dejó sin opciones a Carlos Lampe. Fue el empate y el inicio de la hazaña aviadora.
Y el golpe de gracia llegó apenas dos minutos después. El juvenil Alfredo Aliaga, con desparpajo y determinación, fabricó una jugada por el costado izquierdo. Sirvió a Alejandro Barrón, quien remató con fuerza. Lampe no logró contener el disparo y la pelota se metió. Silencio absoluto en Miraflores: Wilstermann ganaba 1-2.
El final fue dramático. Wilstermann se quedó con 10 hombres tras la expulsión de Aliaga, pero resistió. Bolívar intentó, buscó por todos los medios, pero chocó con una defensa firme y un equipo cochabambino que jugó con el alma. No hubo tiempo para más. El rojo voló alto y celebró una victoria que sabe a gloria.
Fue el regreso a la victoria tras una sequía de 14 partidos. Curiosamente, el último triunfo de Wilstermann había sido también ante Bolívar, el pasado 1 de mayo. Esta vez, la gesta fue aún mayor: de visitante, con un equipo diezmado por las sanciones FIFA, y frente a uno de los planteles más poderosos del país.
Cristian ‘Pochi’ Chávez, hoy en funciones como entrenador, fue artífice desde el banco. Logró motivar a un grupo golpeado, pero que le respondió en la cancha con una actuación memorable. El triunfo los deja con 9 puntos en el grupo A, a solo uno del líder Blooming.
Bolívar, por su parte, cortó su buen momento y volvió a sucumbir. Con 6 puntos, se hunde en el fondo de su serie y deberá reaccionar rápido si quiere evitar complicaciones. La noche del domingo fue toda de Wilstermann, que demostró que nunca está muerto quien pelea.