El nuevo presidente de Anapo estará al frente del VI Congreso Internacional de la Soya, que se realizará a partir de mañana en Santa Cruz. Dice que el futuro de la producción agrícola en Bolivia pasa por la sostenibilidad y la biotecnología
Fuente: El Deber
Con un discurso enfocado en la unidad del sector y la defensa de la producción nacional, Abraham Nogales Antelo asumió la presidencia de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo) para la gestión 2025-2026, en un acto realizado la noche del 14 de agosto.
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Una de sus primeras tareas es impulsar el VI Congreso Internacional de la Soya, que se realizará a partir de mañana 25 de agosto, con participación de cinco países. Será la principal plataforma de innovación y conocimiento del sector agroproductivo boliviano.
— ¿Cuáles son sus objetivos y proyecciones para su gestión al frente de Anapo?
Mi gestión tiene un norte: consolidar a la soya sostenible como motor de la economía y garantía de la seguridad y soberanía alimentaria de Bolivia. Estamos decididos a darle el hombro al país y a trabajar para aumentar la productividad por hectárea. Y eso podrá ser posible solo si optimizamos los recursos, con más innovación tecnológica y prácticas sostenibles.
En un momento en que el escenario internacional y la economía plantean una oportunidad para el agro en Bolivia, nosotros respondemos con algo más: seamos un referente regional de producción responsable que además de producir alimentos, genere más empleo y divisas para el país.
— ¿Cómo se construirá una nueva agenda con el gobierno?
Queremos construir una agenda productiva por la soberanía alimentaria junto a los nuevos gobernantes, legisladores y productores. Esta agenda productiva debe contemplar de forma prioritaria los temas estructurales que necesitamos como sector productivo para aumentar la producción de alimentos en el país, relacionados con la liberación plena y total de las exportaciones, el acceso a la biotecnología moderna con el uso de semilla genéticamente mejorada para cultivos de soya, maíz, trigo y algodón, la seguridad jurídica para las tierras productivas, el mejoramiento de la infraestructura productiva y logística de exportación, con Puerto Busch como referente y, por supuesto, que nos garanticen la provisión oportuna de diésel.
Esta agenda debemos construirla de forma conjunta con el nuevo gobierno en el marco de un trabajo técnico y objetivo, que incluso debería trabajarse ni bien se conozca al ganador de las elecciones de la segunda vuelta, para que en los primeros días de gobierno ya comiencen a tomarse las decisiones más acertadas.
— ¿Por qué es importante hablar de sostenibilidad cuando pensamos en el futuro de la producción de soya en Bolivia?
La sostenibilidad no debe quedarse en el discurso, porque los productores la estamos haciendo realidad desde hace mucho tiempo, con la adopción de tecnologías conservacionistas para la producción de nuestros cultivos en Santa Cruz. Como resultado, en la actualidad el 90% de la superficie sembrada con cultivos extensivos (soya, maíz, trigo, girasol y sorgo) se desarrollan con siembra directa y rotación de cultivos, en el marco de un sistema de producción sostenible que cuida la fertilidad de los suelos y protege el medioambiente.
La sostenibilidad, y así lo han entendido los agricultores en Santa Cruz desde hace más de tres décadas, es clave porque nos permite aumentar la productividad, manteniendo las áreas que tenemos. Así, garantizamos alimentos, divisas y empleo, y demostramos que Bolivia puede ser referente regional en prácticas agrícolas responsables y sostenibles.
— Más allá de la exportación, ¿de qué manera la soya impacta en la economía y en otras cadenas productivas del país?
La soya representa la producción de alimentos estratégicos para el país, porque en el marco de su producción en rotación con cultivos, aporta con una producción anual de al menos seis millones de toneladas de granos de sorgo, maíz, trigo, girasol, sorgo, chía y, por supuesto, soya.
Esta producción es un aporte importante para otras cadenas productivas que necesitan esos insumos para la producción de alimentos para el país; entre ellas la avícola, la porcina, la lechera y la de carne de res, que son las que permiten que la carne de pollo, la carne de cerdo, la carne de res, el huevo y leche, entre otros, lleguen hasta las mesas de las familias bolivianas.
Esto significa que el clúster de la soya es la más importante cadena productiva de alimentos en el país, por su efecto multiplicador en los demás eslabones de producción de alimentos. Y no solo por eso, sino también por la generación de mas de 130 mil empleos directos e indirectos, la producción de seis millones de toneladas de granos que aportan a la seguridad y soberanía alimentaria y la generación de casi 2.000 millones de dólares en exportaciones, como sucedió en 2023.
— ¿Puede Anapo asegurar que la innovación y la tecnología puede producir más sin necesidad de ampliar la frontera agrícola?
La biotecnología es una herramienta fundamental, y por eso es uno de los temas del VI Congreso Internacional de la Soya; porque es parte de la solución: permite contar con tecnologías para disminuir la afectación por condiciones climáticas adversas, como la sequía o el ataque agresivo de plagas como el gusano cogollero en el maíz.
Como Anapo podemos afirmar que el acceso a la biotecnología moderna en los cultivos de soya, maíz y trigo, con seguridad va a significar un salto tecnológico importante para que los productores puedan mejorar su productividad y con ello producir mayor cantidad de estos alimentos para el país.
El acceso a la biotecnología para los productores va a significar brindar las mismas herramientas tecnológicas que ya utilizan productores de países del Mercosur (Brasil, Argentina, Paraguay y Uruguay), desde más de 20 años, con lo cual tendremos la oportunidad de competir en mejores condiciones en el mercado internacional.
— ¿La soya con biotecnología es sostenible?
Este VI Congreso Internacional de la Soya confirma que el futuro de la producción agrícola en Bolivia pasa por la sostenibilidad y la biotecnología. Nuestro compromiso como productores es demostrar que podemos alimentar a los bolivianos, generar divisas y empleo, y al mismo tiempo cuidar los suelos y el medio ambiente. La soya sostenible es, sin duda, una oportunidad de desarrollo para todo el país.
PERFIL
Abraham Nogales Antelo es licenciado en Administración de Empresas. Es productor soyero con amplia trayectoria en el sector agrícola desde 2010, proveniente de una familia de tradición agropecuaria. Ha sido parte del directorio de Anapo en diversas oportunidades; asimismo, ha sido vicepresidente de Fegabeni de 2009 a 2011. Ha tenido una participación activa en comisiones técnicas y económicas en defensa institucional del sector.
Fuente: El Deber