La iniciativa podría reducir el acceso a mercados, incrementando el desempleo con impactos negativos en los ingresos y el crecimiento económico.
Por Luciano Niño
Fuente: Infobae
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“¡¡¡Es medianoche!!! ¡Miles de millones de dólares en aranceles fluyen hacia Estados Unidos ahora!”, proclamó el presidente estadounidense Donald Trump en su red Truth Social, marcando el inicio de una nueva etapa en la política comercial estadounidense.
Con esta declaración, anunció la entrada en vigor de un esquema arancelario que redefine las reglas del comercio internacional y convierte las tarifas aduaneras en un instrumento central de su estrategia económica. El trasfondo de esta medida, según el propio mandatario, es la reducción del “gran déficit” comercial que, a su juicio, el país norteamericano mantiene con buena parte de sus socios.
El nuevo marco arancelario, actualizado el 31 de julio de 2025 por Trump, se implementó tras el vencimiento de una prórroga para negociar gravámenes, que originalmente debía concluir el 9 de julio y se extendió hasta el 1 de agosto.
Para el 7 de agosto, la administración estadounidense estableció un arancel mínimo universal del 10 % para los países con los que mantiene un superávit comercial, es decir, aquellos a los que exporta más de lo que importa. La lista de los afectados por esta medida la encabeza Colombia, Argentina y Chile.
En el caso colombiano, los productos que ingresen a Estados Unidos estarán sujetos a este nuevo gravamen, con la excepción de sectores estratégicos como el petróleo, carbón, oro y los metales preciosos.
El sector de los metales recibió un tratamiento particular. Estados Unidos mantiene un arancel del 50 % para todas las importaciones de acero, cobre y aluminio, con el objetivo de proteger la manufactura nacional. Este rubro es especialmente relevante para Colombia, que exporta más de 600 millones de dólares en estos productos al mercado estadounidense.
En este contexto, Ulf Thoene, profesor de la Escuela Internacional de Ciencias Económicas y Administrativas de la Universidad de La Sabana, explicó a qué consecuencias se enfrentará Colombia tras los cambios implementados por el Gobierno Trump. Según el experto, aumentará el precio de varios productos como la ropa o los electrodomésticos.
“En Estados Unidos, los consumidores podrían enfrentar costos adicionales en 2025, con inflación en bienes como ropa y electrónicos, mientras que las empresas sufrirían interrupciones en las cadenas de suministro y pérdida de competitividad, aunque aún no está claro si los importadores, exportadores o consumidores asumirán principalmente estos costos”, dijo en entrevista con Semana.
En ese mismo sentido, señaló que el país tendrá dificultades para acceder a mercados, la tasa de empleo disminuirá y las industrias clave para el país se verán afectadas.
“En países exportadores como Colombia, los aranceles podrían reducir el acceso a mercados, incrementando el desempleo y afectando sectores como textiles y materias primas, con impactos negativos en los ingresos y el crecimiento económico”.
Sin embargo, el profesor de la Universidad de la Sabana señaló que los países a los que se les impuso aranceles tienen como opción tomar medidas similares a las que tomó Estados Unidos. A pesar de ello, señaló que existe una alta posibilidad de que se impongan más sanciones si se responde con aranceles recíprocos, por lo que es necesario buscar alternativas.
“Los países afectados podrían responder con aranceles recíprocos, desafíos en la Organización Mundial del Comercio (OMC) o renegociaciones de acuerdos bilaterales para mitigar los impactos. Es probable que surjan represalias, como en conflictos comerciales previos, junto con esfuerzos para diversificar cadenas de suministro y fortalecer alianzas alternativas, como los Brics”.
Sobre la OMC y su influencia en los aranceles de Trump, Thoene sostuvo que aunque este tipo organismos internacionales han perdido relevancia ante el creciente peso de los estados nacionales, “en teoría podrían mediar disputas, evaluar si los aranceles violan normas comerciales y facilitar soluciones multilaterales para evitar escaladas. Sin embargo, la implementación de sus decisiones es incierta, y su eficacia dependerá de la cooperación de Estados Unidos y de las posibles represalias”.