Bolivia en números: crece la producción agrícola, pero caen reservas y aumenta el desempleo urbano


Un nuevo informe del IBCE refleja una economía boliviana en desequilibrio: mientras la producción agrícola y avícola marca récords, las reservas internacionales caen a mínimos históricos y el desempleo urbano repunta.

La producción agrícola crece en Bolivia /Foto: ED

Fuente: eldeber.com.bo



El Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE) publicó su boletín “Bolivia en Cifras” con datos actualizados hasta junio de 2025 que dibujan un panorama económico contrastante: por un lado, sectores como la agricultura, ganadería y avicultura muestran avances sostenidos; por otro, las reservas internacionales netas continúan en picada y el desempleo urbano vuelve a crecer, en un contexto de inflación que sigue presionando el bolsillo de los bolivianos.
Reservas internacionales en mínimos históricos
Las Reservas Internacionales Netas (RIN) llegaron a 2.807 millones de dólares en marzo de 2025, una leve mejora respecto a 2024 (1.977 millones de dólares), pero muy lejos de los 13.039 millones de dólares registrados en 2015. En una década, Bolivia ha perdido casi el 80% de su respaldo externo, lo que ha debilitado la capacidad del país para afrontar choques externos o sostener el tipo de cambio.

La inflación acumulada al primer semestre de 2025 alcanzó el 15,53%, superando ya el total anual de 2024 (9,97%). La tendencia al alza es motivo de preocupación en un contexto marcado por conflictos sociales y escasez de combustibles, factores que han impactado en los precios de bienes básicos.

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Desempleo urbano vuelve a subir

En cuanto al empleo, el reporte muestra que el desempleo urbano alcanzó las 194.016 personas en marzo de este año, lo que representa un repunte respecto a 2024 (165.662 personas).

Santa Cruz, Cochabamba y La Paz concentran el mayor número de desocupados, una señal de que la recuperación postpandemia aún no consolida mejoras estructurales en el mercado laboral.

El aumento en las cifras de desocupación en los principales departamentos y a nivel nacional en lo que va de 2025 es una señal de alerta

Exportaciones y saldo comercial

Bolivia cerró el año 2024 con un déficit comercial de 982 millones de dólares, y la proyección para mayo de 2025 indica un saldo negativo de 592 millones de dólares. Esta tendencia confirma el retorno al déficit observado desde 2023, cuando el país registró  -684 millones de dólares.

Entre 2005 y 2014, Bolivia mantuvo superávits comerciales consecutivos, destacando los años 2012 (3.224 millones de dólares) y 2013 (2.553 millones de dólares). A partir de 2015, comenzó una fase de déficit, con el punto más bajo en 2016 (-1.437 millones de dólares). En 2021, el país registró una recuperación con un superávit de 2.044 millones de dólares, pero esta fue seguida nuevamente por saldos negativos en los años posteriores.

Producción agropecuaria en ascenso

Pese a las dificultades macroeconómicas, el campo sigue mostrando dinamismo. La campaña agrícola 2023-2024 alcanzó una producción de 23 millones de toneladas, cifra récord en los últimos 10 años.

En el sector pecuario, la producción de huevos se triplicó en comparación con 2005, superando los 2.675 millones de unidades, mientras que la carne de pollo subió a 579.764 toneladas. El hato bovino creció un 55%, alcanzando los 11,2 millones de cabezas.

La carne bovina sigue siendo la más producida en Bolivia, con 349.417 toneladas en 2024. Le siguen la carne porcina (135.959 toneladas) y la ovina. En conjunto, los datos reflejan un crecimiento sostenido del agro y la ganadería en el país.

Otros indicadores.

El Producto Interno Bruto (PIB) per cápita en 2023 fue de 3.736 dólares, con una tendencia estancada respecto a los dos años anteriores. Mientras que el índice de Gini, que mide la desigualdad, se mantuvo en 0,43 en 2023, sin mejoras significativas desde 2019.

La pobreza extrema afecta al 23% de la población, especialmente en áreas rurales. El salario mínimo nacional subió a 2.750 bolivianos en 2025, un incremento del 9% respecto a 2024.

El informe del IBCE revela una economía con sectores resilientes, pero que no logran compensar los desequilibrios estructurales acumulados en la última década. La caída de las reservas, el aumento del desempleo urbano y la presión inflacionaria son señales de alerta que deberían llamar la atención de los tomadores de decisiones.