Bolivia mira a México: el repechaje que puede llevarla a la Copa del Mundo


Monterrey y Guadalajara albergarán partidos del repechaje rumbo al Mundial 2026, un ensayo clave para ambas sedes mundialistas. Bolivia, que sueña con llegar a la cita, está a un punto de la zona de repesca y definirá su suerte en septiembre.

La Verde se juega la vida en septiembre.

Fuente: El Deber

Monterrey y Guadalajara, dos de las ciudades mexicanas que serán sede en la Copa del Mundo 2026, se preparan para recibir partidos del repechaje clasificatorio. Este será un verdadero examen organizativo y logístico, ya que pondrá a prueba sus capacidades para albergar encuentros de alta tensión internacional antes de la gran cita que compartirán Estados Unidos, México y Canadá.



El repechaje será determinante para las últimas selecciones que buscan un boleto a la Copa del Mundo. En el nuevo formato, seis equipos de distintas confederaciones competirán por dos cupos, en un sistema que también se utilizará en la edición de 2026. Monterrey y Guadalajara serán protagonistas de esta etapa decisiva.

Para Bolivia, el interés es máximo. La Verde aún mantiene opciones reales de alcanzar el repechaje, ya que se ubica en el octavo lugar de las Eliminatorias Sudamericanas con 17 puntos, a tan solo uno de Venezuela, que actualmente ocupa la plaza de repesca. El sueño mundialista sigue intacto.

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En septiembre, la selección boliviana afrontará dos compromisos que definirán su destino. El 4 visitará a Colombia en Barranquilla y el 9 recibirá a Brasil en el estadio de El Alto. Dos partidos de altísimo riesgo y exigencia, pero que podrían abrir la puerta hacia el repechaje intercontinental.

El nuevo sistema de repesca para 2026 contempla la participación de seis selecciones: dos de Concacaf, una de Conmebol, una de la Confederación Asiática (AFC), una de la Confederación Africana (CAF) y una de Oceanía (OFC). Según el ranking FIFA, dos equipos avanzarán directamente a la final del repechaje, mientras que los otros cuatro deberán disputar una semifinal para definir a los finalistas restantes.

Para Monterrey y Guadalajara, el desafío no es menor. No solo se trata de mostrar estadios y servicios a la altura de un Mundial, sino también de manejar la presión de partidos que podrían decidir sueños de países enteros. Las pruebas que superen en esta etapa serán clave para su papel en la Copa del Mundo.

Bolivia, por su parte, observa con atención. El repechaje, que ahora tiene un formato más abierto y global, podría convertirse en el camino para romper una ausencia mundialista que se extiende desde 1994. La ilusión crece y septiembre será el mes de la verdad para la Verde.