
Fuente: https://actualidad.rt.com
Los tardígrados, también conocidos como ‘ositos de agua’, son unos microanimales que miden menos de un milímetro y que, a pesar de su diminuto tamaño, poseen una capacidad de supervivencia que asombra a la ciencia.
Estos organismos, descritos por primera vez en el siglo XVIII, viven en ambientes tan diversos como el musgo, los océanos, selvas tropicales, el fondo marino, las dunas, el hielo antártico e incluso volcanes de lodo. Su apodo proviene de su lento caminar y la forma de su cuerpo, que recuerda al de un oso, cuando son vistos con microscopio.
Sobreviven a explosiones de radiación ionizante
A lo largo de las décadas, se ha comprobado que los tardígrados pueden resistir condiciones que destruirían a casi cualquier otro ser vivo. Temperaturas cercanas al cero absoluto, deshidratación total, presiones extremas, años sin alimento y hasta el vacío del espacio exterior. También sobreviven a explosiones de radiación ionizante mil veces más potentes que las que cualquier animal promedio podría soportar.
Aunque su ADN si se ve dañado por esta radiación, lo que los hace únicos es su capacidad para repararlo rápidamente, según un estudio publicado el año pasado en Current Biology.
=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

«Estado tun»
Otro aspecto curioso es el mecanismo que utilizan para sobrevivir a la deshidratación extrema. Científicos de la Universidad de Tokio descubrieron que, cuando su entorno se seca, los tardígrados producen unas proteínas especiales llamadas CAHS. Estas proteínas forman una red de gel que protege sus células secas como si fueran una armadura. Cuando vuelve la humedad, esa red se disuelve gradualmente, lo que permite que el animal se rehidrate sin sufrir daños.
En este estado de supervivencia, conocido como «estado tun», los tardígrados se encogen en forma de bola y detienen casi por completo su metabolismo. Así pueden pasar hasta décadas sin agua, oxígeno o comida. Y luego, basta una gota de agua para que ‘resuciten’.
Más de 1.100 especies conocidas
Con más de 1.100 especies conocidas, los tardígrados son parientes cercanos de los artrópodos, como los insectos y crustáceos, y tienen cuatro pares de patas con garras afiladas. Algunos se alimentan de plantas, mientras que otros son depredadores.

Estos organismos no prosperan en ambientes extremos, pero son capaces de tolerarlos mejor que ningún otro, por lo que no se consideran extremófilos, sino extremotolerantes. Esta distinción los ha convertido en el foco de múltiples investigaciones científicas, especialmente en los campos de la genética, la biotecnología y la astrobiología.
De hecho, se han realizado experimentos enviándolos al espacio. Algunos sobrevivieron sin protección al vacío y a la radiación solar. Adicionalmente, el 60 % de los ejemplares conservados durante casi dos años en aire líquido a -190 °C lograron revivir.