El lanzamiento ocurrió a las 15.43 GMT con dos astronautas estadounidenses, un japonés y un cosmonauta ruso. El objetivo es pasar al menos seis meses en órbita y realizar decenas de experimentos científicos
Fuente: infobae.com
La NASA y SpaceX lanzaron una nueva misión tripulada a la Estación Espacial Internacional (EEI). Se trata de
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Crew-11, que despegó a bordo del cohete Falcon 9 desde el Complejo de Lanzamiento 39A del Centro Espacial Kennedy, en Florida, con cuatro tripulantes provenientes de Estados Unidos, Japón y Rusia.
El objetivo es pasar al menos seis meses en órbita y realizar decenas de experimentos científicos.
El lanzamiento ocurrió a las 15:43 GMT (11.43 hora del este de Estados Unidos), luego de que ayer las condiciones meteorológicas impidieran su despegue. El atraque con la EEI está previsto para las 3:00 a. m. del mismo sábado.
La misión Crew-11 despegará desde Florida para llevar a cuatro tripulantes a la Estación Espacial Internacional y realizar investigaciones científicas ( REUTERS/Steve Nesius)
En primera fila de izquierda a derecha, los astronautas Mike Fincke, de la NASA, y Zena Cardman, de la NASA; fila trasera de izquierda a derecha, Oleg Platonov de Rusia y Kimiya Yui de Japón, en el Centro Espacial Kennedy en Cabo Cañaveral, Florida (AP foto/John Raoux)
Esta misión marcará el sexto vuelo de la nave espacial Crew Dragon Endeavour, un vehículo que realizó su primer viaje en 2020 durante la misión Demo-2 y que desde entonces completó con éxito cinco misiones anteriores.
Para llegar a este nuevo récord, la NASA y SpaceX llevaron a cabo una revisión exhaustiva de todos sus subsistemas. La nave cuenta con mejoras en el escudo térmico y el sistema de despliegue de paracaídas, tecnologías que se pusieron a prueba durante el regreso de la misión Ax-4.
Cambios técnicos, decisiones estratégicas y una tripulación resiliente
La tripulación de la misión Crew-11 incluye astronautas de Estados Unidos, Japón y un cosmonauta ruso en un acuerdo internacional (REUTERS/Steve Nesius)
El Falcon 9 que impulsó a Crew-11 hacia el espacio, utilizó una primera etapa identificada con el número de cola B1094. Esta ya voló previamente en las misiones Starlink 12-10 y Ax-4. En su regreso durante Starlink 12-10, experimentó una fuga de oxígeno líquido, que volvió a detectarse durante las pruebas previas al vuelo de Ax-4.
Sin embargo, antes de Crew-11 no se registraron nuevas fugas. Luego de la prueba de fuego estático, SpaceX reemplazó uno de los controladores del motor cinco. “Tenía algunas señales anómalas, así que lo reemplazamos”, indicó Steve Stich, gerente del Programa de Tripulación Comercial de la NASA. “Lo hemos comprobado y funciona correctamente para el vuelo”.
Menos de ocho minutos después del despegue, si todo transcurre según lo previsto, la etapa B1094 aterrizará en la Zona de Aterrizaje 1 (LZ-1), en Cabo Cañaveral. Este podría ser el 53.º aterrizaje exitoso en ese lugar, que SpaceX planea retirar del uso activo. “Seguiremos utilizando el LZ-2 tras el retiro del LZ-1”, explicó William Gerstenmaier, vicepresidente de Construcción y Fiabilidad de Vuelo de la empresa. Ambos sitios están ubicados en el Complejo de Lanzamiento 13, que pronto será compartido con nuevas compañías como Vaya Space y Phantom Space.
El cohete Falcon 9 reutiliza su primera etapa, que aterrizará en Cabo Cañaveral tras el lanzamiento de la nave Crew Dragon Endeavour (REUTERS/Steve Nesius)
La seguridad, como siempre, ocupa un lugar central. Aunque el pronóstico del Servicio Meteorológico indicaba un 90 % de condiciones favorables para el viernes, las probabilidades de interferencia por cúmulos eran una variable a considerar. “Estaremos atentos a posibles lluvias o tormentas eléctricas en la zona de preparación. Estaremos muy atentos”, advirtió Stich.
El retraso de esta misión no afectó a los tripulantes. El jueves, luego de abortarse el intento de despegue, los astronautas abandonaron la nave Dragon sanos y salvos y regresaron a los camarotes de la tripulación. Aguardarán allí hasta el nuevo intento de lanzamiento.
La Crew-11 está compuesta por la astronauta estadounidense Zena Cardman, quien liderará la misión, el veterano astronauta Mike Fincke como piloto, el japonés Kimiya Yui como especialista de misión y el cosmonauta ruso Oleg Platonov. Los cuatro tienen historias particulares que los llevaron a este vuelo. Todos habían sido asignados previamente a otras misiones, pero encontraron finalmente su lugar en esta travesía.
El trabajo científico de la tripulación Crew-11 busca beneficiar a la humanidad con avances en biomedicina y materiales en microgravedad (REUTERS/Steve Nesius)
Cardman estaba prevista como comandante de la misión Crew-9, pero fue retirada cuando el programa Starliner de Boeing presentó fallas durante su prueba de vuelo tripulado. La NASA liberó entonces los asientos y la asignó rápidamente a Crew-11. Este será su primer viaje al espacio.
Su piloto, Fincke, es un astronauta con experiencia. Este será su cuarto vuelo a la estación espacial y el primero en una nave Dragon. El anterior había sido a bordo del transbordador Endeavour, en la misión STS-134. En un gesto simbólico, ahora despegará con la nave Dragon Endeavour, casi como un reencuentro con ese nombre. Antes de sumarse a esta tripulación, integraba la misión Starliner-1 junto a Scott Tingle, Joshua Kutryk y Kimiya Yui.
Yui, por su parte, también conoce bien la EEI. Voló por primera vez hace una década en una nave rusa Soyuz. Su experiencia incluye el desarrollo del vehículo de carga japonés HTV-X, cuyo lanzamiento está previsto para este otoño. Durante su estancia en la estación, ayudará a supervisar su llegada y acoplamiento.
Cierra el grupo Oleg Platonov, en su primer viaje al espacio. En principio iba a participar como suplente en una misión Soyuz, pero una junta médica lo retiró. Su presencia en Crew-11 se debe a un acuerdo de intercambio de asientos entre la NASA y Roscosmos, que ha permitido que astronautas rusos viajen en naves estadounidenses y viceversa.
Crew-11 es la sexta misión del Crew Dragon Endeavour, que incorpora mejoras en el escudo térmico y paracaídas para mayor seguridad (SpaceX via AP)
Un viaje con objetivos científicos y proyecciones futuras
Una vez en la EEI, los tripulantes de Crew-11 trabajarán durante al menos seis meses —y posiblemente hasta ocho— en investigaciones orientadas a preparar futuras misiones humanas fuera de la órbita terrestre baja. Estas incluyen estudios biomédicos, experimentos con microgravedad y pruebas de nuevos materiales. El objetivo final es doble: avanzar hacia la exploración de la Luna y Marte, y generar beneficios concretos para la vida cotidiana en la Tierra.
“La tripulación realizará nuevas investigaciones para prepararse para la exploración humana más allá de la órbita terrestre baja y para beneficiar a la humanidad en la Tierra”, indicó la NASA.
Mientras tanto, SpaceX continúa ampliando los límites de reutilización de sus vehículos. El Crew Dragon Endeavour se convirtió en el primero autorizado para realizar un sexto vuelo, aunque originalmente la NASA había aprobado un máximo de cinco. La empresa aspira a que sus naves tripuladas puedan alcanzar hasta 15 misiones. El uso reiterado de un mismo vehículo representa una ventaja en costos, logística y experiencia acumulada, pero exige controles rigurosos.
El pronóstico meteorológico favorable es clave para el lanzamiento exitoso desde el Complejo 39A en el Centro Espacial Kennedy (REUTERS/Steve Nesius)
Entre las modificaciones más recientes que SpaceX incorporó al Dragon se encuentran mejoras en el traje de vuelo IVA que utilizará Mike Fincke. Gerstenmaier explicó que el nuevo diseño ofrece mayor movilidad, un aspecto clave durante las maniobras de acoplamiento y posibles situaciones de emergencia.
El futuro del programa espacial tripulado depende en buena parte de estas operaciones. Cada vuelo exitoso no solo acerca a los astronautas a sus objetivos científicos, sino que también refuerza la cooperación internacional, optimiza la ingeniería aeroespacial y sienta las bases de la próxima generación de exploradores.
Crew-11 está lista para convertirse en un nuevo hito. A bordo de una nave que ya demostró su fiabilidad y con una tripulación forjada en la paciencia y la adaptación, la misión representa mucho más que un simple traslado hacia la órbita. Es, en esencia, una apuesta por el futuro de la presencia humana en el espacio.