En 2025 ya ingresaron más de 311.000 toneladas de banana y miles de toneladas de tomate desde países vecinos.
Pero los datos oficiales no registran el ingreso ilegal de estos alimentos desde Bolivia.
Fuente: El Deber
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La caída en el precio del tomate, sumada al aumento de los costos y el ingreso de mercadería de contrabando desde Bolivia (berenjenas y banana), según denunciaron los productores, golpeó de lleno al sector hortícola de Salta (Argentina), donde advirtieron que la actividad se volvió insostenible. Aseguraron que, en este contexto, buena parte de la cosecha termina descartada.
Fernando Ortiz, productor salteño, aseguró que la actividad se volvió “insostenible”. Solo en su finca ya arrojó 140 toneladas de tomate y 60 de berenjena por la falta de ventas. “Es imposible competir con el doble de costos. Nuestros insumos están en dólares y el precio de venta no cubre ni la producción”, lamentó.
Datos oficiales del Servicio Nacional de Sanidad y Calidad Agroalimentaria (Senasa) muestran que entre enero y agosto ingresaron de manera legal 7.633 toneladas de tomate, principalmente desde Chile (7.586 toneladas) y Brasil (47). Sin embargo, en el Mercado Central de Buenos Aires, alertan que también está entrando tomate, berenjena y banana, de forma ilegal, desde Bolivia, por lo que no figuran en los registros oficiales.
En paralelo, las importaciones de banana siguen creciendo. En lo que va de 2025, Argentina compró 311.686 toneladas, un 13% más que en todo 2024. Parte de ese volumen llega desde Bolivia, Paraguay, Brasil, Ecuador y Colombia, lo que agrava la presión sobre los productores locales.
La combinación de sobreoferta, bajos precios y contrabando redujo la rentabilidad del sector. Muchos horticultores optaron por achicar superficie, disminuir el uso de fertilizantes y mano de obra, lo que impacta directamente en la calidad de la producción.
“Hoy Bolivia y Paraguay tienen costos más bajos en energía, insumos y maquinaria. A nosotros no nos da la cuenta. Lamentablemente, hemos tenido que tirar casi el 50% de lo cosechado”, explicó Ortiz, quien intenta reconvertir parte de su producción a tomates envasados para no perderlo todo.
La crisis no es exclusiva de Salta: productores de Corrientes y Jujuy enfrentan la misma situación, la caída de las ventas y los precios en picada no cubren los costos de producción y transporte.
Fuente: El Deber