El «desgaste silencioso» está acabando con la productividad y la salud mental: los trabajadores están hartos pero ni se dan cuenta


Recientemente, expertos en recursos humanos y entornos laborales han comenzado a usar un nuevo término. El ‘Quiet cracking’ en inglés, algo así como un «desgaste silencioso» que se puede definir como una forma sutil, silenciosa y progresiva de desgaste laboral, como lo define TalentLMS y lo explica Yoani Aceves, experta en RR.HH.



A diferencia del ‘quiet quitting’ o renuncia silenciosa que supone hacer solo lo mínimo en el trabajo para evitar un despido pero sin esforzarse, o del burnout o agotamiento, en este caso, los empleados siguen cumpliendo sus responsabilidades, pero internamente van perdiendo motivación, conexión emocional y compromiso con su trabajo, aunque no lo expresen.

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Esto llega con consecuencias muy negativas. Tanto para la empresa porque la productividad puede caer en picado, como para la salud mental de quien lo padece. Hace apenas unos días analizábamos en un artículo cómo la psicología advierte que callarse el malestar no es un síntoma de madurez, sino un camino hacia la autodestrucción… pues el desgaste silencioso tiene efectos similares.

El origen de este desgaste

Frank Giampietro, director de Bienestar de la consultora EY, lo describe como trabajadores que «se presentan a trabajar» pero no prosperan, no hacen los esfuerzos para ello. Los empleados luchan silenciosamente por salir adelante en sus trabajos pero se encuentran cada vez más desconectados.

En parte, las constantes noticias de despidos, de la IA reemplazando a personas y de cómo ciertos directores están tratando a sus trabajadores son el origen de este desdén.

Con todo esto, un estudio reciente hecho en Estados Unidos (país que ha estado liderando los despidos masivos, incluso en el sector público, gracias a Elon Musk y su DOGE, con la confianza de Donald Trump), se concluye que alrededor del 54% de los empleados reportan sentirse infelices en el trabajo y les pasa a menudo, pero no se atreven a irse por la incertidumbre que les rodea.

En España si hemos estado asistiendo a una renuncia masiva porque el contexto es diferente pero las tendencias del país norteamericano pueden extenderse al resto del mundo y ese desgaste de trabajadores también afecta a los profesionales en Europa y en España como hemos visto gracias a diversas investigaciones.

Forbes explica que también una mala gestión de la carga de trabajo también está detrás de estos casos: un 29% de los empleados reportan cargas de trabajo inmanejables durante periodos de transformación tecnológica. Esta sobrecarga contribuye directamente al desgaste silencioso, ya que incluso los miembros más dedicados del equipo terminan por agotarse al enfrentarse a demandas persistentes y abrumadoras sin los recursos ni el apoyo adecuados.

Cómo saber si lo padeces

Las señales más reveladoras de este fenómeno son muy similares al agotamiento. Puedes notar que te falta motivación y entusiasmo por tu trabajo, y que te sientes inútil, o incluso enojado e irritable, como explica comenta Martin Poduška, editor jefe y experto en carreras profesionales de Kickresume, a Fortune. Además, advierte que empeoran gradualmente con el tiempo.

A diferencia de la «renuncia silenciosa», esta disminución de la productividad de los trabajadores no es intencional. Se debe, en cambio, a que se sienten agotados y poco apreciados por sus empleadores. Por otro lado, los gerentes tardan en darse cuenta. Los expertos alertan que contar con una multitud de trabajadores insatisfechos puede parecer fácil de detectar, pero el problema se está infiltrando en las empresas sin que se les vea tomar medidas al respecto.

Ya hemos visto estudios de cómo el compromiso ha ido cayendo en picado a nivel global y que el estrés y el descontento con los empleadores son las principales causas de esto. Desde Business Insider añaden que este desgaste describe a los trabajadores infelices o desconectados que se quedan en una empresa porque se sienten incapaces de cambiar de trabajo.

Gente que lo ha vivido cuenta cómo se siente

El mencionado medio ha recogido historias que son conscientes de padecer este desgaste. «Simplemente voy todos los días y me esfuerzo mucho por no desmoronarme a la hora de comer», explica Kevin que también cuenta es que una lucha de sentirse insatisfecho en el trabajo e incapaz de irse. Dice que se sentía muy desconectado de la cultura laboral de su empresa. Comenta que su rendimiento laboral en ese momento también disminuyó. Ford contó que pasó un año y medio sintiéndose atrapado, hasta que finalmente decidió irse.

Otra mujer explica que: «Con el coste de la vida y la vida que he construido en esta carrera, me sentía muy estancada, así que simplemente iba todos los días e intento con todas mis fuerzas no tener un colapso». De todos modos, reconoce que estaba más estresada que nunca y como consecuencia, experimentó «importantes problemas de salud mental», incluyendo un ataque de pánico que la llevó a tomar una baja temporal para recibir tratamiento.

Fuente: https://www.genbeta.com