Ante este problema, los expertos proponen establecer zonas de silencio radioeléctrico, negociar con operadores de satélites para reducir el impacto de sus emisiones, entre otras acciones.
Por Rafael Montoro
Fuente: Infobae
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En los últimos años, los científicos encargados de medir con precisión milimétrica la posición de la Tierra en el universo han comenzado a enfrentar un obstáculo creciente: la saturación del espectro radioeléctrico. Este fenómeno, causado por el uso masivo de redes móviles, WiFi e internet satelital, dificulta las observaciones astronómicas esenciales para la geodesia.
Como es sabido, sin estos cálculos precisos, funciones esenciales como la navegación por GPS, las operaciones bancarias en línea o la logística internacional correrían el riesgo de fallar gravemente.
WiFi y redes móviles interfieren con las observaciones de radiotelescopios
Para determinar la ubicación exacta de los satélites —y, por extensión, de la Tierra—, los geodesistas se basan en señales astronómicas extremadamente estables y lejanas, como los chorros de radiación emitidos por agujeros negros supermasivos. Estos se detectan mediante radiotelescopios que emplean una técnica conocida como interferometría de base muy larga.
Sin embargo, para funcionar correctamente, estos instrumentos requieren frecuencias limpias dentro del espectro radioeléctrico. La proliferación de dispositivos inalámbricos ha vuelto casi imposible captar esas señales sin interferencias.
La “cadena de suministro geodésica global” depende de que las mediciones de la posición terrestre continúen siendo precisas. Si se pierde esa exactitud, la navegación por satélite se tornaría inestable, afectando desde la logística internacional hasta la operación segura de las redes eléctricas.
Ante este riesgo, los expertos proponen revisar tratados internacionales para reservar frecuencias exclusivas para la astronomía, establecer zonas de silencio radioeléctrico —como ocurre en Green Bank, Estados Unidos— y negociar con operadores de satélites para reducir el impacto de sus emisiones. Pero todo comienza con algo simple: entender la magnitud del problema.
Qué es la geodesia
La geodesia es la ciencia que estudia la forma, las dimensiones y el campo gravitatorio de la Tierra. Se encarga de medir y representar la superficie terrestre, tanto a nivel global como local, utilizando herramientas y técnicas precisas.
Esta disciplina es fundamental para la elaboración de mapas, la navegación, la delimitación de fronteras y el desarrollo de sistemas de posicionamiento global (GPS). A través de observaciones y cálculos, la geodesia proporciona datos esenciales para aplicaciones en ingeniería, cartografía y monitoreo de cambios geográficos.
Para qué sirve un radiotelescopio y cómo funciona
Un radiotelescopio es un instrumento utilizado para estudiar el universo a través de la detección de ondas de radio emitidas por cuerpos celestes. A diferencia de los telescopios ópticos, que emplean lentes o espejos para captar la luz visible, los radiotelescopios captan señales de radiofrecuencia provenientes de estrellas, galaxias, pulsares y otros objetos espaciales.
Esta capacidad permite explorar regiones del cosmos que no pueden observarse con instrumentos convencionales, ya que muchas fuentes de radio son invisibles al ojo humano.
El funcionamiento de un radiotelescopio se basa en una antena parabólica, cuya superficie refleja y concentra las ondas de radio en un receptor ubicado en su foco. El receptor amplifica estas señales extremadamente débiles y las convierte en datos que pueden analizarse con ordenadores.
Los radiotelescopios suelen ubicarse en sitios alejados de interferencias eléctricas, para evitar que las señales terrestres contaminen las observaciones.
Estos instrumentos son fundamentales para la astronomía moderna. Permiten estudiar la composición de nubes de gas interestelar, detectar moléculas en el espacio y examinar el comportamiento de objetos como los agujeros negros.
Además, los radiotelescopios han sido esenciales en el descubrimiento de púlsares y en la investigación del fondo cósmico de microondas, que aportan información sobre el origen del universo. Así, los radiotelescopios amplían el conocimiento del cosmos y contribuyen al desarrollo de la ciencia espacial mediante la exploración de fenómenos que resultan inaccesibles con otras tecnologías.