El próximo Gobierno debe pagar más de $us 8.000 millones por deuda externa


La deuda interna, la importación de combustibles, la inflación y el alza del dólar son algunos factores que dificultarán aún más la gestión económica, según expertos. El nuevo gobierno debe asumir la pesada carga financiera heredada por el MAS.

Erika Segales

 

Deuda externa
El nuevo Gobierno deberá hacer frente a las obligaciones por la deuda externa /Foto: EL DEBER

 



Fuente: El Deber

El próximo Gobierno que asumirá el mandato del país, entre 2025 y 2030, deberá destinar $us 8.383 millones al pago del servicio de la deuda externa, el monto más alto registrado en dos décadas, según un informe del Ministerio de Economía presentado a representantes de la Asamblea Legislativa Plurinacional en junio.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Expertos en economía coinciden en que los nuevos mandatarios enfrentarán una pesada carga financiera heredada por los Gobiernos del MAS, en un contexto de reservas internacionales en mínimos históricos. En su opinión será necesario asumir una política fiscal estricta con reformas estructurales y una negociación de la deuda.

Según datos oficiales, el primer Gobierno del MAS, encabezado por Evo Morales, recibió una deuda externa de $us 4.942 millones y dejó para la siguiente gestión una deuda de $us 2.601 millones; entre 2006 y 2009, se pagaron $us 906 millones por el servicio de la deuda.

Al comenzar su segundo mandato con el MAS, Morales asumió una deuda externa de $us 2.601 millones y finalizó su gestión con $us 5.736 millones; entre 2010 y 2014, se pagaron $us 1.214 millones por el servicio de la deuda.

El tercer periodo del partido azul, que continuó con la presidencia de Evo Morales, comenzó con una deuda externa de $us 5.736 millones y la cerró en $us 11.007 millones; entre 2015 y 2019, el pago por servicio de deuda fue de $us 2.646 millones.

En 2020, bajo el gobierno transitorio, la deuda externa alcanzó los $us 11.901 millones, y ese año se pagaron $us 749 millones por el servicio de deuda.

El MAS retomó el Gobierno con Luis Arce como presidente, heredando una deuda externa de $us 11.901 millones, la cual llegó a $us 13.674 millones hasta abril de 2025; entre 2021 y abril de 2025, el pago por servicio de deuda sumó $us 5.822 millones.

De acuerdo al perfil de vencimientos de deuda externa, Bolivia debe cancelar por el servicio de deuda $us 1.714 millones en 2026; $us 1.670 millones en 2027; $us 1.945 millones en 2028; $us 1.542 millones en 2029 y $us 1.512 millones en 2030. En total, estas obligaciones suman $us 8.383 millones que el próximo Gobierno tendrá que afrontar por el concepto de servicio de deuda.

La nueva gestión gubernamental, que va a subir a partir de las elecciones nacionales, va a enfrentar durante todo su periodo, 2026 al 2030, un elevado monto de deuda. Solo el 2026 va a enfrentar un monto de pago de deuda externa de $us 1.714 millones. Así de fuerte serán las salidas de dólares del país para pagar todo el crédito adquirido durante estos veinte años de gobierno, que está representado por el Partido del MAS, en tres periodos presidenciales de Evo Morales, y un periodo presidencial de Luis Arce”, señaló el especialista en economía Germán Molina.

Panorama adverso

Carlos Aranda, economista e investigador del Centro de Estudios de Políticas Públicas para la Libertad (Populi), considera que el pago por el servicio de deuda que le pesará al siguiente Gobierno es consecuencia del vencimiento de bonos soberanos adquiridos en gestiones anteriores, especialmente en 2017, año en el que se alcanzó el mayor nivel de endeudamiento con $us 3.132 millones en créditos aprobados por el Legislativo, entonces controlado por el MAS con dos tercios.

“Los vencimientos de bonos soberanos emitidos en 2017 incrementarán significativamente las obligaciones anuales durante los próximos años, con cuotas que bordean hasta los $us 2.000 millones. Nos está pesando aquel crédito colocado en 2017 y que va a tener que asumir el siguiente gobierno”, expresó Aranda.

El economista y docente universitario, Rubén Arias, advierte que en este escenario resulta poco viable que el Estado pueda afrontar esta deuda con las reservas internacionales que hasta abril de este año se calculaban en $us 2.618 millones.

“La realidad es que nuestras reservas internacionales desde el año 2014, en que tuvimos $us 15.123 millones de dólares, fueron cayendo considerablemente. Actualmente tenemos $us 2.618 millones en reservas internacionales. Esta es la realidad de nuestro ahorro, nuestras reservas que tenemos, y por tanto va a ser muy difícil pensar que a través de las reservas podamos nosotros afrontar esta deuda importante”, indicó.

Arias subrayó también que la preocupante situación del país se refleja en que el Gobierno usa los desembolsos de dólares por las deudas nuevas para cubrir deudas anteriores, lo que no es sostenible a largo plazo.

“El año 2023 Bolivia recibió desembolsos de $us 1.059 millones, pero simultáneamente ese mismo año se tuvo que pagar más dólares por el servicio de la deuda: $us 1.404 millones. En 2024 todavía es más terrible porque se desembolsó al país por parte de los acreedores internacionales $us 574 millones y los bolivianos pagamos más del doble de esa cifra por el servicio de deuda ($us 1.396 millones). Estamos sacando más dólares y recibiendo menos”, explicó.

Según datos del Ministerio de Economía, esa tendencia no cambio y hasta abril de 2025 el país recibió $us 422 millones por desembolsos de créditos, pero pagó 524 por el servicio de deuda hasta esa fecha. El 16 de junio el ministro de Economía, Marcelo Montenegro, remarcó que se necesitaban $us 800 millones más para pagar el servicio de deuda de este año.

Factores que suben la carga

Los expertos enfatizan que la deuda interna, la importación de combustibles, la inflación y el alza del dólar, entre otros, son algunos factores que dificultarán aún más la gestión económica del próximo gobierno.

Según los datos del Ministerio de Economía el siguiente Gobierno deberá asumir el pagó de Bs 52.224 millones por la deuda interna entre 2026 y 2030.

Actualmente la deuda interna consolida alcanza los Bs 69.240 millones, que representa el 18,3% del Producto Interno Bruto (PIB); no obstante, Molina observó que el Gobierno no presente los datos respecto a la deuda interna agregada, que supone un montó mayor a la consolidada.

Aranda señaló que también se debe considerar la importación de combustibles que de enero a junio de 2025 implicó un gasto de $us 1.356,5 millones, de acuerdo a los datos del Instituto Nacional de Estadística (INE). El experto indicó que también se debe tener en cuenta el alza del dólar, que fluctúa por encima de los Bs 14 en el mercado paralelo y que llegó a superar los Bs 17 en ciertos momentos.

Asimismo, el INE dio a conocer que Bolivia acumuló una inflación de 16,92% entre enero y julio de 2025. Más del doble de la proyección oficial del Gobierno, que esperaba un 7%.

El desafío

Los expertos coinciden en que el próximo Gobierno enfrentará una carga económica muy difícil de manejar si no se aplican cambios profundos y enfatizan que los candidatos que aspiran a conformar el siguiente Gobierno deben tener en cuenta que no será posible solucionar la crisis económica a fondo en un corto plazo, como prometen.

Arias señaló que la magnitud del problema exige un ajuste fiscal y una reestructuración de la economía, que incluye cerrar empresas deficitarias y reducir el tamaño del aparato estatal, pero subrayó que para ello es necesario disponer de recursos para pagar los beneficios sociales que corresponden por ley. Asimismo indicó que es necesario disminuir el tema la subvención de hidrocarburos.

Además, Arias y Molina consideran que es imprescindible renegociar las condiciones de la deuda externa con los acreedores internacionales. Esto conel motivo de aliviar el problema de balance de pagos y la presión que se tendría en el régimen cambiario.

Por su parte Aranda remarcó que cualquier plan fracasará si se mantiene una política fiscal “irresponsable”, es decir, si el Estado continua gastando más de lo que recauda, lo que agravaría la crisis en lugar de resolverla.

Fuente: El Deber