El régimen chino endurece el control sobre los minerales críticos y sacude la industria de defensa


Nuevas restricciones chinas a la exportación de minerales esenciales generan demoras, sobrecostos y vulnerabilidad en la cadena de suministros de defensa occidental

 

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FOTO DE ARCHIVO: Un avión de combate Lockheed Martin F-35 durante la Exposición Aeroespacial Internacional en Berlín, Alemania, en junio de 2024 (Reuters)



 

Fuente: infobae.com

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Un reciente episodio en el puerto chino de Ningbo puso de relieve la creciente presión que China ejerce sobre la cadena global de suministros de minerales críticos. Una carga de 55 toneladas métricas de antimonio, mineral esencial para la industria de defensa, quedó retenida por tres meses cuando pretendía salir rumbo a una fundición en México.

United States Antimony Corporation, responsable de la entrega, solicitó la intervención tanto del Departamento de Estado como de la Casa Blanca, pero la carga solo fue liberada bajo la condición de que regresara a Australia y no entrara a Estados Unidos.

Al recibir la mercancía, la firma descubrió que los sellos del producto habían sido violados, lo que llevó a su CEO, Gary Evans, a afirmar: “El transportista, todos los involucrados, nadie había visto algo así antes”.

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ARCHIVO: Un soldado de las Fuerzas de Operaciones Especiales de Ucrania camina por el agua a orillas del río Dniéper utilizando gafas de visión nocturna, en junio de 2023 (AP)

Este acontecimiento pone en contexto las nuevas restricciones impuestas por China sobre la exportación de minerales críticos, lo que ha provocado serias demoras y sobrecostos en la producción de empresas occidentales, según informó The Wall Street Journal.

El país asiático suministra alrededor del 90% de las tierras raras mundiales y domina mercados de minerales clave, como germanio, galio y antimonio, indispensables para la fabricación de componentes militares. La imposición de controles más severos se produjo simultáneamente con el incremento de las tensiones comerciales entre Washington y Beijing, y aunque el flujo de tierras raras se reanudó tras concesiones estadounidenses, el régimen chino mantiene restricciones estrictas para aplicaciones militares.

El impacto directo sobre la industria de defensa estadounidense se traduce en retrasos de hasta dos meses en la entrega de insumos. Un fabricante de piezas para drones, consultado por el diario, debió posponer pedidos mientras buscaba reemplazos no provenientes de China para imanes ensamblados con tierras raras.

Los insumos, según comerciantes, han llegado a multiplicar su coste habitual por cinco. En el caso del samario, indispensable para fabricar imanes que resisten las altas temperaturas de motores de aviones de combate, un proveedor llegó a ofertar el material a 60 veces su precio habitual, lo que incide en el aumento de los costos de sistemas de defensa.

Las cadenas de suministro militares estadounidenses enfrentan una dependencia crítica de minerales chinos. El propio Pentágono ha reconocido la vulnerabilidad y exige ahora que los contratistas de defensa dejen de usar imanes que contengan materiales de origen chino a más tardar en 2027.

No obstante, los propios proveedores y fabricantes suelen acumular reservas que cubren menos de un año de producción. El caso de los fabricantes de drones resulta especialmente preocupante, ya que muchos de ellos, al tratarse de pequeñas empresas emergentes, cuentan con poco margen financiero y nula experiencia en la gestión de cadenas de suministro extensas, lo que, según especialistas del sector, los deja en una posición frágil en la actual coyuntura.

El efecto de estas políticas se observa también en el comercio de materiales para microelectrónica, motores de drones, visores nocturnos, sistemas de guía de misiles y satélites de defensa. Según datos de la empresa de software Govini, más de 80.000 componentes utilizados en armas del Departamento de Defensa estadounidense contienen minerales sujetos actualmente a restricciones de exportación por parte de China. Además, casi todas las cadenas de suministro relacionadas con minerales clave para el Pentágono dependen en algún tramo de un proveedor chino.

El control chino sobre la exportación de tierras raras se ha vuelto más intrincado desde que las autoridades exigen exhaustiva documentación sobre el uso final de estos insumos. Las compañías occidentales afirman que los reguladores chinos solicitan incluso imágenes de productos y líneas de ensamblaje para asegurarse de que no se destinen a fines militares.

FOTO DE ARCHIVO. Un miembro

FOTO DE ARCHIVO. Un miembro del servicio ucraniano del 14.º Regimiento de Sistemas Aéreos no Tripulados prepara un vehículo aéreo no tripulado de largo alcance antes de su lanzamiento hacia territorio ruso (Reuters)

Esta condición llevó a la estadounidense ePropelled, con sede en New Hampshire y especializada en motores de propulsión para drones, a enfrentar retrasos de uno o dos meses en sus envíos. China demandó a la empresa planos, imágenes de productos y listas de clientes, además de aseguramientos de que los imanes suministrados no tendrían uso militar. Chris Thompson, su vicepresidente de ventas globales, sostuvo: “Por supuesto que no vamos a proporcionar esa información al gobierno chino”.

Ante la imposibilidad de garantizar suministros desde China, ePropelled recurrió a proveedores en Estados Unidos, Europa y Asia, comprando incluso imanes a empresas de Japón y Taiwán, que también dependen de materias primas chinas. Paralelamente, cerró acuerdos con startups estadounidenses como Vulcan Elements y USA Rare Earth, aunque estos no podrán abastecerla antes de fin de año y requieren desarrollar sus propias fuentes alternativas de suministro.

Frente a esta crisis, el Pentágono ha incrementado los fondos para impulsar la producción local y aliada de materiales estratégicos. El año pasado, otorgó 14 millones de dólares a una empresa canadiense para fabricar sustratos de germanio, usados en celdas solares para satélites militares.

En julio, el Departamento de Defensa adquirió una participación de 400 millones de dólares en MP Materials, que opera la mina de tierras raras más grande de América, a fin de potenciar su capacidad de manufactura de imanes. El CEO de Lockheed Martin, James Taiclet, calificó este acuerdo como “transformador”, por lo que facilitará el aprovisionamiento de imanes para aviones F-35 y misiles de crucero, aunque reconoció que incrementar la oferta alternativa demandará tiempo.

El Foro de Minerales Críticos, creado por el Departamento de Defensa a inicios del año pasado, busca catalizar nuevos proyectos de cadenas de suministro, colaborando con empresas mineras para asegurar recursos estratégicos como antimonio y germanio. Las grandes firmas de defensa, que delegaban la adquisición de estos insumos en subproveedores, ahora negocian directamente con productores, conscientes de que la pasividad podría dejarlas sin acceso a los materiales clave.

Nicholas Myers, CEO de Phoenix Tailings, lo expresó así: “Las grandes compañías se están poniendo cada vez más nerviosas, porque reconocen que no conseguirán los imanes, pase lo que pase, a menos que se involucren directamente”.

La situación afecta especialmente a quienes, como la estadounidense Leonardo DRS, se acercan al límite de sus reservas estratégicas. Su CEO, Bill Lynn, advirtió que solo quedan existencias de germanio para cumplir con los pedidos a corto plazo: “Para mantener entregas oportunas, el flujo de materiales debe mejorar en la segunda mitad de 2025”. Lynn anunció que la firma explora no solo diversificar proveedores, sino también rediseñar productos que prescindan de germanio.