Tras su aprobación en Bolivia, la tecnología HB4 tuvo un espacio importante en el Congreso, como la herramienta con la que se podría ingresar a una etapa de mayor productividad y solidez en el mapa mundial de productores de soya.
Fuente: Prensa ANAPO
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Incorporar biotecnología moderna, avanzar hacia variedades tolerantes a la sequía y continuar adoptando buenas prácticas agrícolas sostenibles son los principales retos que emergen para el sector oleaginoso, con miras a consolidar el avance de Bolivia hacia la producción de soya sostenible. Durante el VI Congreso Internacional de la Soya, que se llevó a cabo en Santa Cruz, expertos nacionales e internacionales coincidieron en que el futuro de la producción dependerá de la capacidad de los productores para adoptar tecnologías como la soya HB4, la agricultura de precisión y el uso sostenible de los suelos productivos.
“Además de nutrir los conocimientos de los productores, este Congreso también pudo evidenciar lo que necesitan los productores para aumentar su producción con enfoque de sostenibilidad. Y en este camino, la biotecnología es una herramienta fundamental”, aseveró al cierre del evento, Jaime Hernández, gerente general de la Asociación de Productores de Oleaginosas y Trigo (Anapo).
Después de dos años, la mayor cita científica y tecnológica de los productores de soya bolivianos, fue -indica el gerente- una muestra el esfuerzo que sigue haciendo el sector productivo, “a pesar de todas las adversidades” para innovar e introducir prácticas agrícolas sostenibles, “porque eso es lo que realmente dará sostenibilidad a la producción no solo de soya, sino también de maíz, girasol, trigo, chía y sorgo”. Junto a esos cultivos, la soya representa la más importante cadena productiva del país, con más de seis millones de toneladas de producción al año.
La meta próxima
Durante el evento que reunió a más de 700 participantes, entre productores pequeños, medianos y grandes, además de técnicos de propiedades agrícolas y técnicos de casas comerciales que brindan asistencia técnica, se presentó los avances de la tecnología HB4, que ya se encuentra aprobada en países del MERCOSUR y Estados Unidos, y que en Bolivia podría dar inicio a su cultivo comercial a partir de la próxima campaña de verano.
“Si tomamos los tiempos que implica validar la genética de este evento biotecnológico, hacer la multiplicación de semilla y otros, creemos que muy posiblemente ya en 2027-2028 estaremos con una producción comercial con esta semilla genéticamente mejorada”, explicó Hernández. Esto quiere decir que los productores de soya bolivianos están frente a una etapa de mayor productividad y, por ello, los conocimientos que deja el VI Congreso Internacional de la Soya son aún más relevantes.
Superar el desafío y convertirlo en la oportunidad que puede significar una salida real a la crisis económica del país demanda un pacto productivo por la soberanía alimentaria, aseveró el gerente. Este consenso, indica, deberá hacer énfasis en la liberación de exportaciones, seguridad jurídica de la tierra y acceso a innovaciones tecnológicas que permitan sostener la competitividad del agro boliviano.
En el marco del cierre del congreso, el gerente general de Anapo también dejó en evidencia que el éxito de la próxima campaña dependerá tanto de la provisión oportuna de insumos y diésel, como de la rápida incorporación de herramientas tecnológicas que ya utilizan países vecinos, como la biotecnología moderna con semilla genéticamente mejorada.