La noche del domingo pasado, tres conteos rápidos: UNITEL, Red UNO (El Deber ha dado la misma encuesta) y SIREPRE dieron el panorama final de la primera vuelta electoral. Hubo una sorpresa (Paz Pereira) pero advertida en pronósticos, hubo componentes ganadores y hubo perdedores: claros (el masismo en sus vertientes y el populismo acomodaticio) y previstos (los tradicionales). Iré desglosando los tres conteos rápidos y no podré basarme en los resultados oficiales porque hoy lunes a las 12:00 sólo se ha avanzado al 27,78 %; también me basaré, con preferencia y aunque remarco el respeto que tengo por los demás panelistas (la gran mayoría mis buenos amigos), en dos analistas de ambos paneles de las redes televisivas: Amalia Pando y Carlos Valverde porque con sus opiniones —aunque no sea absoluto en todo— son con los que más confluyo. Vamos al análisis sobre los avances.
El primero: El mirismo ha resucitado, una afirmación que copio de Pando. Cuando en columnas anteriores mencioné que la campaña de UNIDAD era heredera del mirismo, en realidad era de los desgajes: MBL, UN, MSM, SOL.bo y demás; el verdadero heredero del mirismo antes del 89 ha sido Paz Pereira (por dar relieve a su padre, Jaime Paz Zamora, con su compañía al votar; por el uso de colores y por ubicar su sede de campaña en el histórico callejón del Gallo en La Paz donde su padre colocó una escultura de ese animal que le dio nombre. No por gusto el guiño de Quiroga en reconocimiento a Paz Zamora en su discurso la noche del domingo.
El segundo: Hubo guerra sucia y debió, en diferente medida, dañar a Doria Medina, Quiroga y Reyes Villa. Pero, a diferencia de un amigo que en X (Twitter) criticó con empeño a los tutistas por ella (aunque supuso que el líder no fuera proclive a ello), recuerdo que las verificadoras de información: Bolivia Verifica y Chequea Bolivia (que han hecho un enorme y excelente trabajo para estas elecciones y tendrán que seguirlo haciendo hasta la próxima vuelta) demostraron cómo desde ejecutivos de una de las empresas de Doria Medina y de colaboradores de Reyes Villa se estuvieron invirtiendo cantidades significativas en comprar espacios en redes sociales para poner bulos y tergiversaciones, los conocidos fake news. En resumen: pecados de todas esas campañas.
Tercero: El masismo no-evista se perdió dentro de las elecciones. Ni Andrónico (tras el atentado en donde votaría y la violencia evista con sus seguidores) ni Rodríguez (abucheado al votar) ni Copa (más abucheada aún y que tuvo que salirse de la elección cuando estaba de candidata a… perder la sigla, a pesar de su bullying institucional contra Jaime Dunn) ni Fernández (de plano ya sin sigla por no cumplir el baremo de votos y abucheado y agredido que le afectó el votar, con registrada respuesta violenta de sus guardaespaldas) han pasado, en conjunto, a no más del 13 % de los votos válidos. Fue, sin dudas, un voto castigo.
Cuarto: El masismo evista también perdió dentro de las elecciones. Porque la campaña por el voto nulo —que aspiraba a sobrepasar contundentemente el voto válido— se quedó chuta cuando los nulos totales no llegaron a más del 19,4 % (en el SIREPRE y 17,5 % en UNITEL)) y descontando el promedio del 3,5 % en las cuatro últimas elecciones (sin 2019), el voto EVO nulo no pasó del 15 – 16 % en mucho.
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Quinto: El reclamo de los primeros sondeos de un candidato nuevo y/o un candidato joven se cumplieron en castigo de los políticos tradicionales. Quiroga se estancó en su promedio del 27 % de las últimas encuestas y llegó así a los conteos rápidos, pero Doria Medina cayó casi un 7 % respecto al promedio de las tres encuestas últimas del 8 y 10 de agosto; por el contrario, Paz —bastante nuevo relativamente y con vice joven y nuevo— subió entre el 21 y el 22,5 %. ¿Por qué bajó Doria Medina? Considerando que las guerras sucias le royeron en parte, que el apoyo de Almaraz y el de Claure le fueran envenenados (coincido con Valverde, sobre todo en Santa Cruz) y que el apoyo de Camacho fue un espejismo (lo que seguramente se comprobará en 2026 si, libre ya, tercia de nuevo por la Gobernación), la guerra sucia de sus empleados le debió afectar y, además, su larga presencia en la vida política nacional desde su inclusión en el gobierno de Paz Zamora y el desgaste tras sus intentos electorales en 2005, 2009 y 2014, su ruptura de la Unidad Democrática para 2019 y su vinculación tácita con el gobierno y candidatura de Añez.
Sexto: El reclamo de los primeros sondeos de un candidato nuevo y/o un candidato joven también se cumplieron en los resultados. Aunque Paz no es un político nuevo (fue alcalde de Tarija entre 2015-2020 y senador del 2020 a hoy) ni joven (58 años) a su favor arrastra el recuerdo de su padre (que continuó las reformas y estabilidad del 21060) y que no está sindicado de corrupción (sí de mala gestión cuando alcalde); su vicepresidente, Edman Lara, es joven (37) y tiene —aunque pueda parecer paradójico— el plus de que nunca había incursionado en política y es conocido por sus denuncias de corrupción en la policía (que, como capitán, le valieron graves represiones).
Séptimo: La generación que estuvo en los reflectores desde los 90 se va. Quiroga se aboca a su última oportunidad en el ballotage de octubre (antes fue candidato en 2005, 2014 y 2020, esta en la que se retiró sin terciar), de Doria Medina ya hicimos el recuento y para Fernández lo condenan su bajísimo average el que se une con el fuerte desgaste de su gestión municipal y haber competido ya antes en 2002 con un escasísimo quinto lugar.
Octavo: La exclusión de Jaime Dunn de las elecciones no impidió su presencia y, con seguridad, el éxito de sus propuestas. Paz ha incorporado muchas ideas de Dunn, destacándose su capitalismo popular (retomado en gran medida de Hernando de Soto). El crecimiento acelerado de Paz se produjo después de que Dunn —político nuevo y bastante joven (57 años, un año menor que Paz)— truncara su avance acelerado desde el desconocimiento popular hasta alrededor del 7 % al inicio de los sondeos, como varios analistas señalaron, principalmente destacado por Pando y Valverde. Con Paz (con Lara) y Dunn, esta ha sido la elección de los outsiders.
Me faltaría mucho: análisis de bancadas, programas, alianzas. Pero prefiero dejarlo para los resultados finales y nuestro reencuentro próximo.