Kim Jong-un elogió a sus soldados que combaten en Rusia y refuerza la alianza con Putin


La participación directa de combatientes norcoreanos en el frente ucraniano consolida un eje militar inédito y eleva las tensiones regionales, mientras Estados Unidos y sus aliados intentan sostener un proceso de paz cada vez más frágil

 

El líder norcoreano Kim Jong-un

El líder norcoreano Kim Jong-un visita un destructor de la clase Choe Hyon en Corea del Norte, el 18 de agosto de 2025, en esta foto publicada por la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) oficial de Corea del Norte



 

Fuente: infobae.com

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Kim Jong-un exaltó públicamente a las tropas de su país desplegadas en la región rusa de Kursk, en un gesto que subraya la creciente implicación de Pyongyang en la guerra de Ucrania. Según la agencia estatal KCNA, el dictador norcoreano “transmitió un cálido estímulo” a los oficiales y soldados que combaten junto a las fuerzas rusas, asegurando que “el nuestro es un ejército heroico” y que “ahora está haciendo lo que debe hacer y lo que es necesario. Lo seguirá haciendo en el futuro”.

El despliegue militar norcoreano no es menor. Servicios de inteligencia de Corea del Sur y de potencias occidentales estiman que Pyongyang envió más de 10.000 efectivos a Kursk en 2024, acompañados de artillería pesada, misiles y sistemas de cohetes de largo alcance.

Las bajas también han sido significativas. Seúl asegura que al menos 600 soldados norcoreanos han muerto y que varios miles más han resultado heridos desde su llegada al frente. Pese a ello, Kim ha convertido su sacrificio en un motivo de exaltación patriótica. En julio encabezó un homenaje inusual en un teatro de Pyongyang, donde rindió tributo a los caídos frente a ataúdes cubiertos con banderas nacionales y objetos recuperados del campo de batalla, una escenografía diseñada para reforzar el relato de sacrificio colectivo.

El líder norcoreano Kim Jong-un

El líder norcoreano Kim Jong-un asiste a una reunión con oficiales de la operación militar en el extranjero en Pyongyang, Corea del Norte, el 20 de agosto de 2025. Foto publicada por la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) de Corea del Norte

El presidente ruso Vladimir Putin, por su parte, no ha ocultado su satisfacción con la cooperación. En una carta enviada a Kim la semana pasada, calificó a las tropas norcoreanas de “heroicas” y agradeció su papel en la defensa de Kursk, región limítrofe con Ucrania que ha sido escenario de intensos combates. El gesto refuerza una relación bilateral que ya en 2024 cristalizó en un tratado de asociación estratégica con cláusulas de defensa mutua, firmado durante la visita de Putin a Pyongyang.

El acercamiento va más allá del frente de batalla. Corea del Norte anunció en abril que planea enviar a Rusia 1.000 desminadores y 5.000 obreros militares para apoyar en tareas de reconstrucción y limpieza de explosivos, lo que ampliaría su papel a labores logísticas y de posguerra. Este paso consolida a Pyongyang como uno de los socios más cercanos de Moscú en su esfuerzo por resistir las sanciones internacionales y sostener la ofensiva militar.

La implicación norcoreana ocurre en paralelo a los intentos diplomáticos de Estados Unidos por encauzar conversaciones de paz. El presidente Donald Trump ha mantenido reuniones con Zelensky y Putin en los últimos días, sin resultados concretos hasta ahora. Mientras Washington intenta reactivar un proceso de diálogo, la presencia de soldados extranjeros en el frente complica cualquier intento de distensión.

El líder norcoreano Kim Jong-un

El líder norcoreano Kim Jong-un asiste a una reunión con oficiales de la operación militar en el extranjero en Pyongyang, Corea del Norte, el 20 de agosto de 2025. Foto publicada por la Agencia Central de Noticias de Corea (KCNA) de Corea del Norte

Para Corea del Sur, la participación de su vecino del norte representa una doble amenaza: prolonga la guerra en Europa y legitima un intercambio militar con Rusia que podría tener consecuencias directas en la península coreana. Funcionarios de Seúl han advertido que Pyongyang recibe a cambio tecnología avanzada y respaldo político que podría fortalecer su programa nuclear y balístico.

El gesto de Kim también busca consumo interno. La exaltación de los soldados en Ucrania refuerza la narrativa de resistencia heroica que el régimen necesita para mantener cohesión en un país sometido a duras sanciones y a un aislamiento casi total. “Nuestro ejército está haciendo lo que debe hacer”, insistió Kim, en palabras que resuenan tanto en los frentes de Kursk como en los auditorios de Pyongyang.

Más allá de la retórica, el envío de tropas y recursos convierte a Corea del Norte en uno de los actores más comprometidos con Moscú en el terreno militar. Ese alineamiento redefine equilibrios en Asia y Europa, y añade un obstáculo adicional a cualquier plan de paz que intente separar la guerra de Ucrania de la constelación de alianzas que Rusia ha tejido para sobrevivir al aislamiento occidental.