La batalla de Vladimir Peña contra el cáncer: «Me cambió la vida»


Con notable optimismo, Peña afirmó que está “muy animado” para continuar su tratamiento, agradeciendo el apoyo de sus seres queridos y la ciencia, que considera claves en esta etapa de su vida.

Milen Saavedra

 



Fuente: Red Uno

Vladimir Peña, exsecretario de la Gobernación de Santa Cruz, compartió sobre su lucha contra el cáncer que le detectaron en marzo pasado, que era agresivo y con poca expectativa de vida. Ahora, afirmó que está muy animado de seguir con el tratamiento.

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«Fue inesperado. El 12 de marzo me diagnosticaron el cáncer. Tuve un problema que parecía que era vesícula y en el hospital encontraron el tumor. Tenía que ser una operación rutinaria de la vesícula y fue una sorpresa encontrar un tumor, cambió la historia de un día para otro totalmente», contó en Que No Me Pierda.

Desde que se conoció su diagnóstico, contó que recibió mucho apoyo sobre todo de personas que se comunicaban con él para contarle historias propias o de familiares para darle consejos. «Es muy importante la empatía de la gente. Mucha gente lo ha superado, a otra no le fue muy bien. El cáncer está entre nosotros, ahora ya no significa muerte y es lo primero que hay que tener en cuenta. La ciencia avanzó muchísimo, hay muchos tratamientos y herramientas para darle batalla», aseveró.

A la vez, agradeció a los médicos que le están tratando. «Ahora tengo un panorama más favorable que meses atrás, porque además del cáncer tuve una parálisis durante 45 días en todo el cuerpo, no sabía si iba a volver a caminar o comer. El día de mi cumpleaños, el 15 de mayo, salí de casa apoyado en el hombre de mi esposa, cuando llegué al hospital no podía moverme, tuvieron que bajarme en silla de ruedas, estuve internado, ocho días en terapia. Gracias a Dios nunca perdí el conocimiento, no llegué a que me pongan un respirador, pero sí estuve inmovilizado. Volví a mi casa después de 12 días, el día de la madre», detalló.

Desde esa fecha, empezó a «volver a vivir», tratar de comer y caminar. Comentó que enfrentó esta etapa con serenidad y responsabilidad. «Me cambió la vida, ahora tengo una rutina, por las prescripciones médicas, como saludable, duermo temprano. Mañana tengo la novena quimioterapia. Le dedicó una hora y media a mi tratamiento, diariamente, a revisar mis estudios, ver lo próximo que tengo que hacer, tratar de ser riguroso. Uno aprende que esto no es una batalla de uno solo, uno pone el cuerpo, pero también es la batalla de tu esposa, tus hijos, tu madre, hermanos, amigos, la gente que te quiere y eso lo hace más llevadero», agregó.

Asimismo, apuntó que ante este tipo de enfermedades devastadoras, es necesario aferrarse a la fe y las creencias, pero también a la ciencia. «Hay días buenos y malos, el cuerpo responde de forma distinta y al día siguiente tienes que volverte a levantar. Pero aquí estoy después de tres meses nuevamente caminando, con mucho ánimo y energía para salir adelante», compartió.

Con la voz entrecortada, develó que hubo dos momentos difíciles en estos meses, el primero, cuando le iban a hacer la cirugía mayor y se puso a pensar en sus tres hijos; la segunda fue cuando se le paralizó el cuerpo y llegó a pensar que no iba a poder. «Ahora, miro con mayor tranquilidad la vida, sabiendo que es efímera, pero también linda, maravillosa, con oportunidades, es un aprendizaje duro y complejo», afirmó.