Fuente: La Razón
La paraba barba azul (Ara glaucogularis) es una especie encontrada solamente en las sabanas benianas de Bolivia. Según un censo nacional de 2015, la población estimada de estas aves era de 500 individuos.
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Esta especie está calificada en peligro crítico de extinción en los próximos 50 años, bajo el criterio de la Lista Roja de especies amenazadas de la IUCN. Incluida en el apéndice I de la Convención Internacional sobre el Tráfico de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES).
Está considerada como una de las especies de aves más amenazadas del mundo por la BirdLife International 2000. Según Gómez (2007), su población es extremamente pequeña. Cada subpoblación aislada declina rápidamente debido al tráfico ilegal. Éste sumado a la tala indiscriminada de los bosques donde habitan, constituyen las amenazas más serias para esta especie.
A las amenazas se suma el uso de plumas en tocados para danzas tradicionales. Aunque esta última se va eliminando de forma gradual a través del uso de plumas artificiales.
Pero también las parabas barba azul son atacadas por otros animales, como el oso melero, mono capuchino, la boa constrictora y el toco tucán. Éstos suben a sus nidos para comer los huevos, impidiendo así su reproducción, según una publicación de La Región.
Estas aves habitan solo en los Llanos de Moxos, extensas sabanas del departamento del Beni.
Hasta 1992 se la consideraba a la paraba barba azul extinta luego de que su población decayó de forma drástica. Sin embargo, fue redescubierta cuando investigadores observaron un grupo de aproximadamente 50 ejemplares.
CONSERVACIÓN
Desde entonces se hacen esfuerzos de conservación para esta especie. Así, el tráfico ilegal internacional a la que estaba sometida en las décadas de los setenta y ochenta empezó a reducirse desde su inclusión en el apéndice I de la Convención Internacional sobre el Tráfico de Especies Amenazadas de Fauna y Flora (CITES), grupo en el que se consideran a las especies con mayor riesgo de extinción y se prohíbe su comercialización.
Una institución que asumió el desafío para la conservación del ave es la Asociación Armonía, también conocida como Asociación Civil Armonía, que en 1996 implementó el Programa de Conservación de la Paraba Barba Azul con investigaciones sobre su biología y ecología.
Desde 2002, se implementaron acciones de protección directa, incluyendo acuerdos con comunidades locales, instalación de cajas nido (nidos artificiales) y campañas de sensibilización.
Desde 2007 se desarrollan campañas contra el tráfico ilegal, incluyendo un amplio trabajo para reemplazar el uso de plumas de parabas en los tocados (sombreros) del baile de macheteros por materiales alternativos que no impliquen la muerte de aves.
La institución no gubernamental sin fines de lucro, creó también en 2008 la Reserva Natural Barba Azul que se ha ido ampliando con el paso de los años, convirtiéndose en un área clave para la protección del hábitat del ave. Desde su establecimiento, también se han impulsado iniciativas de turismo de observación de aves como una estrategia de sostenibilidad.
RESERVA LANEY RICKMAN
Otro sitio clave para la reproducción de la especie es la Reserva Laney Rickman, ubicada en el municipio de Loreto del departamento del Beni, creada en 2018, donde se centran en evitar la extinción de especies de aves en el país
“En la Reserva Laney Rickman se aseguran sitios de reproducción, reduciendo amenazas como incendios, pérdida de hábitat y captura ilegal. El trabajo de conservación es mediante cajas nido. Se sigue un protocolo sistemático que inicia antes de la temporada reproductiva y donde se implementa acciones de manejo y conservación como: instalación y mantenimiento de cajas nido, restauración de bosques, manejo de pastizales con ganadería sostenible y monitoreo poblacional”, explicó a La Razón el director Administrativo de Asociación Civil Armonía, Iván Pérez Hurtado.
Este trabajo ha permitido que 164 pichones hayan volado con éxito desde el inicio del programa de nidos artificiales en 2005. Eso significa que una de cada cuatro aves en libertad ha salido del programa de reproducción.
“Ambas reservas se mantienen y protegen hasta el día de hoy. La motivación que impulsó este proyecto es que los objetivos de Armonía se centran en evitar la extinción de especies de aves en el país”, acotó Pérez.
Señaló que actualmente, Armonía lidera el censo nacional 2025, diez años después del último conteo, siguiendo la recomendación de efectuar este tipo de evaluaciones cada década para conocer con precisión las tendencias poblacionales.
Este nuevo censo, acompañado por investigaciones científicas en genética y por la elaboración conjunta con autoridades de gobierno, organizaciones y especialistas de un Plan de Acción para la Conservación de la especie, permitirá determinar la situación actual de la Paraba Barba Azul y ajustar las estrategias de conservación.