El país pagó $us 2.611 millones para importar más de 2,3 millones de toneladas de diésel y gasolina.
El combustible llega a través de buques al país. Foto: Archivo.
En 2024, los combustibles fueron, con bastante diferencia, los productos más importados en el país, pues se destinaron grandes montos de dinero para adquirir importantes volúmenes de los carburantes.
De acuerdo con el último boletín de Instituto Boliviano de Comercio Exterior (IBCE), Bolivia pagó $us 2.611 millones en la importación de más de 2,3 millones de toneladas de diésel y gasolina el último año.
En ese sentido, el diésel es el producto que más se importó durante toda la gestión 2024, pues se adquirieron más de 1,6 millones de toneladas en el mercado internacional por un valor de $us 1.732 millones.
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La gasolina, por su parte, se importó en menores volúmenes (719.561 toneladas) y a un precio más económico: $us 879 millones.
Combustibles
El boletín de IBCE muestra que no hay ningún otro producto que se acerque a los costos del combustible; ya que los siguientes más caros son los vehículos, por los que se pagó $us 129 millones, y el aceite crudo de petróleo, por $us 106 millones.
Otros, como medicamentos para uso humano, barras de acero, hierro o neumáticos, se adquirieron por volúmenes inferiores a los $us 100 millones.
Este dato demuestra lo que el Gobierno indicó en reiteradas oportunidades, sobre los elevados costos de la importación de combustibles para mantener la subvención a la gasolina y al diésel.
Gobierno
Hace un par de semanas, el presidente Luis Arce reiteró que el abastecimiento de carburantes no está garantizado en el país porque no se cuentan con los dólares suficientes para adquirirlos en el mercado internacional. En su criterio, este problema se habría resuelto si la Asamblea Legislativa aprobaba créditos de financiamiento externo.
El mandatario explicó que esta dependencia de los combustibles importados se debe a que durante las pasadas gestiones no se realizó exploración en el sector de hidrocarburos, lo que provocó que el país ya no pueda producir su propio diésel.
Con la gasolina la situación es diferente, pues todavía el país produce cerca al 50% y compra el restante; pero con el diésel la dependencia es casi total, ya que se importa más del 80%.
Sin embargo, Arce considera que con trabajos de exploración y biocombustibles se puede revertir esta situación.