Perch: la IA de Google que ayuda a proteger especies analizando sonidos de la naturaleza


Google DeepMind ha presentado una versión mejorada de Perch, su modelo de inteligencia artificial diseñado para analizar datos bioacústicos. Esta herramienta se ha convertido en una aliada fundamental para los conservacionistas que intentan comprender y preservar la biodiversidad del planeta a través del sonido.

¿Qué es Perch y por qué es importante?

Imagina tener que escuchar miles de horas de grabaciones de selvas, arrecifes o bosques para identificar qué especies viven allí. Ese es el desafío que enfrentan los científicos que trabajan con bioacústica, una disciplina que estudia los sonidos de los animales para entender los ecosistemas. Pero el volumen de datos es tan grande que procesarlos manualmente es, en muchos casos, imposible.



Aquí entra en juego Perch. Esta IA puede escuchar esas grabaciones y decir qué animales están presentes, cuántos hay, e incluso si hay crías. Todo eso con una velocidad y precisión que libera tiempo para que los expertos puedan concentrarse en la acción directa sobre el terreno.

Una actualización que amplía horizontes

La nueva versión de Perch ha sido entrenada con el doble de datos que la anterior. Incluye registros de una gama más amplia de animales, como mamíferos, anfibios y hasta ruidos humanos (conocidos como «ruido antropogénico»). Esto le permite funcionar no solo en ambientes terrestres, sino también bajo el agua, como en arrecifes de coral, donde las vocalizaciones de peces, mamíferos marinos y otros organismos revelan información clave sobre la salud del ecosistema.

=> Recibir por Whatsapp las noticias destacadas

Gracias a esta actualización, Perch es capaz de:

  • Detectar especies en ambientes desconocidos.
  • Desenmarañar escenas acústicas complejas.
  • Funcionar con datos de fuentes abiertas como Xeno-Canto e iNaturalist.
  • Responder preguntas como «¿cuántos animales hay en esta zona?» o «¿se están reproduciendo?»

Éxitos en el mundo real

Desde su lanzamiento en 2023, Perch ha sido descargada más de 250.000 veces y ya forma parte de herramientas clave como BirdNet Analyzer, desarrollada por el Laboratorio de Ornitología de Cornell.

En Australia, Perch está ayudando a crear clasificadores para identificar especies únicas. Incluso contribuyó al descubrimiento de una nueva población del Plains Wanderer, un ave escurridiza que se creía desaparecida en ciertas regiones. En palabras del investigador Paul Roe, «este tipo de monitoreo acústico ayudará a dar forma al futuro de muchas especies en peligro».

En Hawai, los científicos del LOHE Bioacoustics Lab están utilizando Perch para rastrear a los mieleros hawaianos, pequeñas aves amenazadas por la malaria aviar transmitida por mosquitos no nativos. Con la IA, encontraron sonidos de estas aves casi 50 veces más rápido que con los métodos anteriores, lo que permite monitorear más especies en un área más extensa.

Tecnología abierta al servicio de la ciencia

Una de las fortalezas de esta nueva versión es que está disponible de forma abierta a través de Kaggle, lo que permite que investigadores de todo el mundo puedan aprovechar su potencial. Además, el modelo integra una técnica llamada agile modeling, que combina búsqueda vectorial con aprendizaje activo.

Esta metodología funciona así: un científico proporciona un solo ejemplo de un sonido (por ejemplo, el canto de un ave juvenil), y Perch busca en la base de datos los sonidos más parecidos. Luego, un experto clasifica esos resultados como relevantes o no, y el modelo aprende de manera rápida y precisa. Así, en menos de una hora, se puede construir un clasificador funcional para una especie poco estudiada.

Más allá de los sonidos: conservación con impacto

El propósito de Perch no es reemplazar el trabajo de campo, sino multiplicar su eficacia. Cada hora de grabación analizada ahorra tiempo y recursos que los científicos pueden dedicar a proteger hábitats, restaurar poblaciones o aplicar estrategias de manejo de especies.

Este tipo de tecnología tiene el poder de transformar la ciencia de la conservación. No se trata solo de detectar sonidos, sino de entender patrones, identificar amenazas invisibles y anticipar cambios en el ecosistema antes de que sea demasiado tarde.

Un futuro prometedor para la bioacústica

La bioacústica está emergiendo como una de las herramientas más potentes para el monitoreo de la biodiversidad. Y con modelos como Perch, el trabajo que antes requería semanas de escucha humana ahora puede resolverse en minutos. Esta eficiencia no solo acelera la investigación, sino que abre puertas para estudios que antes no eran viables por falta de tiempo o recursos.

Desde los bosques de Hawai hasta los arrecifes oceánicos, el sonido del planeta se está convirtiendo en una fuente de datos invaluable. Gracias a la IA, hoy podemos escucharlo, entenderlo y protegerlo mejor.

Fuente: Link