Emilio Martínez Cardona
La siempre cambiante o proteica política se reinventa cada día, aligerando el peso de los pronósticos cerrados y elaborando nuevas formas de incertidumbre.
Un par de semanas atrás, señalábamos el riesgo de que el androniquismo, con el 14 o 15% de intención de voto que entonces le asignaban las encuestas, se convirtiera en un “tercero fuerte” que intentase arbitrar la segunda vuelta entre los dos punteros opositores, condicionando al próximo gobierno.
Desde ese momento, la fotografía de los sondeos se ha ido transformando, con un presidente del Senado que ve bajar su respaldo a 12, 8 y hasta 7%, de acuerdo a las diversas firmas consultoras.
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Al mismo tiempo, el tercer lugar aparece disputado por el alcalde de Cochabamba y por un senador tarijeño de linaje presidencial, de manera que el joven sucesor del Chapare se arriesga a quedar cuarto o quinto, a menos que el voto indeciso tenga un comportamiento anómalo y se vuelque masivamente a su favor, de la mano de eventuales maniobras irregulares.
Pesan en ese prematuro desgaste sus limitaciones oratorias, una mala elección de acompañante vicepresidencial (bajo influencia de García Linera) y el llamado de Evo Morales al voto nulo, con el cual el ex mandatario se consolida como enterrador extorsivo de su propio “campo nacional-popular”.
Mientras tanto, las andanzas mediáticas de Marcelo Claure siguen enrareciendo la campaña, ahora con la difusión de un audio donde se escucharía decir al empresario que en Bolivia “es relativamente fácil comprar medios para poner a un político”, agregando con cierto cinismo que “será un experimento divertido”. Claure no ha negado que se trate de su voz, pero alega que la grabación está editada, es decir, que se habría eliminado algo de contexto. Excusa insuficiente.
En todo caso, el audio sólo viene a reafirmar la percepción que el propio empresario venía dando con sus posteos en redes sociales en favor de uno u otro candidato, con una motivación bastante evidente por el litio y el “capitalismo de amigos”.
Volviendo al balotaje, si el androniquismo termina por ceder el tercer lugar, la competencia de agosto a octubre dejaría de tener un alto riesgo de condicionamiento masista a la nueva administración. De cara a la segunda vuelta, se ha visto a un Tuto Quiroga que ha cuidado las formas y la amabilidad con Manfred Reyes Villa y Rodrigo Paz, a quienes puede necesitar en esa etapa, mientras que Samuel Doria Medina ha optado por el triunfalismo.
Agreguemos al cóctel las dosis de incertidumbre que se generan desde el Órgano Electoral, donde un vocal señala que los partidos tendrán la posibilidad de sustituir candidatos inhabilitados hasta 72 horas antes de los comicios, por lo que cualquier sorpresa puede darse en la dinámica política nacional.