Recuperemos lo esencial


La descomposición del Movimiento al Socialismo empezó el año 2016, cuando decidieron burlar la voluntad popular expresada en el referendo del 21F; se cayeron el año 2019, armando un vergonzoso fraude para mantenerse en el poder. Una vez más, no oyeron la voluntad popular. El desgobierno de transición y el Coronavirus liquidaron una coyuntura histórica, volvió el MAS triunfante el año 2020.

El año 2025, en el Bicentenario de nuestra Bolivia, derrotamos democráticamente al MAS. Después de 20 años, los candidatos que propugnaban el socialismo fueron derrotados en las urnas. El gobierno de Luis Arce fue una calamidad: el economista estrella se va democráticamente derrotado, con la cola entre las piernas, dejándonos un país quebrado y una crisis económica galopante. Seamos prudentes: Evo Morales quedó pertrechado en El Chapare y con la bandera del voto nulo.



La descomposición y posterior derrota del proyecto antidemocrático del MAS genera, en forma automática, un proceso de recuperación de la institucionalidad democrática. Los órganos del Estado recuperan su independencia institucional y retoman sus roles constitucionales.

El Tribunal Supremo Electoral hizo valer su cualidad de Órgano del Estado. Tuvimos un proceso electoral limpio, sin fraude, con conteo rápido y con un ganador anunciado el mismo día de la elección. Valoremos y apreciemos el desempeño del TSE, liderado por el Dr. Óscar Hassenteufel.

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El Tribunal Supremo de Justicia, bajo la presidencia del Dr. Rómer Saucedo, nos devolvió la confianza en la justicia. Se plantó frente al poder político y frenó los excesos del régimen saliente. Luis Fernando Camacho, gobernador electo de Santa Cruz y Marco Antonio Pumari, exdirigente cívico, están libres. Jeanine Áñez, expresidente constitucional, recuperará su libertad en próximos días. Los tres casos simbolizan el atropello y abuso extremo de los socialistas; son resultado de la persecución y venganza de quienes huyeron el año 2019. Se ensañaron con ellos, los tuvieron presos y lejos de sus familias: 2 años y 8 meses en el caso de Camacho; 4 años y 5 meses en el caso de expresidente Áñez y 3 años y 8 meses en el caso de Pumari. El daño en sus vidas es irreparable. Recuperaron su libertad y se muestran enteros, firmes en sus convicciones: mujer y hombres valientes, no los quebraron.

Con satisfacción podemos decir: en el mes de la Patria sucedieron hechos políticos extraordinariamente importantes.

Así llegamos a la segunda vuelta electoral entre Rodrigo Paz Pereira y Tuto Quiroga. Un escenario en el que se cierra un ciclo de 20 años de socialismo y se abre un nuevo tiempo de esperanza democrática. Derrotado el socialismo, la disputa electoral se instala entre el candidato del centro político y el candidato de la derecha. El resultado marcará el horizonte político del nuevo tiempo.

El próximo presidente tiene el desafío de construir un proyecto inclusivo que aglutine a las fuerzas democráticas, sin rencores ni odios; una construcción alternativa que convoque y seduzca a todos los bolivianos, también a la amplia base social que votó por el MAS. Solo así cerraremos el camino a los enemigos de la democracia. No habrá paz, ni estabilidad social, ni política si el nuevo proyecto político no logra cautivar e incorporar a todos.

La campaña del Bicentenario fue muy dura. La guerra sucia manchó un momento de construcción democrática. Al inicio de la segunda vuelta, la campaña se intensifica, generando dudas respecto de lo que es campaña sucia y lo que son realidades preocupantes.

Cuando los binomios se conforman dentro el círculo de confianza, las campañas ofrecen escasa turbulencia interna, el mix puede no ser óptimo en términos del marketing electoral, pero permite llevar la campaña sin sobresaltos. Cuando el binomio se conforma por acuerdos políticos de un último momento, cuando los candidatos se han conocido pocos días antes de la inscripción, exige mucha madurez e inteligencia para lograr complementar y conformar equipo en el camino. Los bolivianos somos diversos y nos empeñamos en hacer todo más difícil de lo que es.

Han transcurrido dos semanas desde la elección del 17/08 y el binomio ganador está enfrentando turbulencia interna.  En el escenario de guerra sucia, buscan etiquetar al capitán Lara, como si fuera un mono con Gillette. El hombre hace propuestas temerarias, amenaza a su presidenciable, después se desdice y corrige, no son buenas señales, generan sobre saltos y desconfianzas. Trastornos de bipolaridad resultan bastante frecuentes en la política. En nuestro medio, los políticos, muestran señales de bipolaridad frecuentemente cuando pasan de una posición radical a una conciliadora: Carlos Palenque, Carlos Mesa, Luis F. Camacho, Evo Morales entre otros. Hombres exitosos en la política mundial, que fueron señalados con trastornos bipolares: Winston Churchill, Theodore Roosevelt, Robert Kennedy, entre otros.

Rumbo a la elección del 19 de octubre, prestemos atención a las propuestas y menos atención a la guerra sucia, estemos dispuestos a elegir presidente y vicepresidente que alimenten la esperanza de un nuevo tiempo.